Aquí lo hemos advertido: un considerable porcentaje de figuras importantes de dicho instituto político, ex diputados, ex alcaldes y otros personajes que incluso fueron parte de aquel movimiento de fundación del partido en 1991, ve con desánimo el rumbo que ha tomado el proceso, porque están siendo desplazados los lugareños para dar entrada a avecindados que además cuentan con antecedentes poco honorables.
La reciente visita de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, puso en alerta a cuadros valiosos; se mostraron decepcionados por la actitud de éste que fue muy complaciente con su paisano Graco Ramírez a pesar de las traiciones que de él ha recibido en reiteradas ocasiones.
Un ex legislador decía al reportero que cómo creer en el discurso de bondad, amor, honestidad y pureza de AMLO, teniendo al lado en los mítines al ahora aspirante al gobierno de Morelos, con un caudal enorme de antecedentes imperdonables.
Y es que no olvidan que al final del proceso electoral del 2006, del cual se dijeron despojados por la derecha, Graco hizo equipo con Jesús Ortega y Jesús Zambrano y negociaron con la presidencia de la república, dándole la espalda a su abanderado.
Ahora las protestas buscan impedir que la elección de candidatos se dé a partir de designaciones directas, haciendo a un lado a aquellos que han trabajado incansablemente por fortalecer al instituto y esperan ser tomados en cuenta.
Se sostiene que derivado de una negociación de grupos, Graco ha convenido entregar la primera posición de la fórmula por el Senado de la República al diputado local Fidel Demédicis Hidalgo. Aquí el asunto es que para los dos espacios en cuestión, venían muy encarrilados Juan Salgado Brito y Rabindranath Salazar Solorio. Es más, se consideraba que entre ellos quedaría el uno dos.
Con lo que está pasando, por lo menos uno quedará desplazado y relegado a una diputación federal si es que le va bien. Las cosas se les están descomponiendo y ello le resta posibilidades al PRD para la elección constitucional.
Vienen de una dolorosa derrota de la justa electoral del 2009, igual que los panistas; necesitan una recomposición, pero difícilmente se va a dar con un candidato a la gubernatura con tantos cuestionamientos y además visto como extraño en estas tierras.
La cosa no está nada fácil porque el escenario muestra que desde la cúpula se avanzó con base en acuerdos de escritorio, con la visión de mostrar unidad hacia afuera a pesar de las rupturas claras entre los famosos "chuchos" y el ala de López Obrador.
La unción de Graco fue producto de este tipo de arreglos políticamente convenientes, según ellos, pero que lastiman a todos aquellos que se mantuvieron fieles a sus doctrinas y convicciones, resistiendo los embates del enemigo en el poder.
El caso es que en la repartición de candidaturas los siguen haciendo a un lado y eso es lo que no aceptan, pero la política es así, de conveniencia coyuntural. Y la verdad es que el senador con base en su relación cercana con parte de la dirigencia nacional y aprovechando su cómoda posición en el Senado se les adelantó e inició precampaña desde hace años, superando en mucho a quienes desde responsabilidades menos importantes, como Rabindranath Salazar Solorio en el Congreso local, pretendían también buscar la candidatura al gobierno local.
Ramírez Garrido pudo llegar con todo a su favor a la hora de la decisión a pesar de que el jiutepequense casi le pisa los talones, y de esa forma se quedó con el espacio.
El PRD deberá reconsiderar sus decisiones. Se juega mucho en esta contienda. Requieren mejorar su presencia en el recinto legislativo y lograr más presidencias municipales para ir por mejores tiempos.
Sin embargo, es altamente posible que al igual que en el 2009 algunos cuadros valiosos y de ética profunda acaben buscando refugio en trincheras contrarias, porque lo que viene aconteciendo no les satisface y los más beneficiados pudieran ser nuevamente los priistas. Aquí en Cuernavaca el tricolor ganó con la suma de bastantes amarillos.