El ex secretario de Finanzas y el ex titular de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Villarreal y Román Isidoro, respectivamente, son quienes están desarrollando un esfuerzo más directo con los panistas, ya que todos los días recorren dos o tres municipios presentando sus propuestas y proyectos en caso de ganar, en primer término, la candidatura, porque luego vendrá lo más difícil, la contienda constitucional.
El Senador Rivera Pérez se sigue manejando a mayor distancia, sigue apostándole a la compra de espacios publicitarios de toda naturaleza y eso podría llevarlo a serios problemas a la hora de la decisión final.
Más aún, trae entre sus cuadros de pre campaña, a dos que tres rufianes, uno de ellos incluso inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública para ocupar algún cargo público en el gobierno, el ex delegado de la Secretaría de Desarrollo Social Oswaldo Castañeda Barrera.
Recordará usted que hace poco más de un año, le encontraron malos manejos en los recursos destinado a programas sociales, como Hábitat o Pisos Firmes. Muchos apoyos y obras nunca se ejercieron y fueron a parar a un rancho que el ex funcionario adquirió en Puente de Ixtla. También en la compra de autos de lujo y francachelas que llegó a protagonizar, incluso con la asistencia de su compadrito el Senador, que cojea del mismo pie para esas cosas.
Pues es ahora uno de los que le anda "arrimando gente", sin embargo, con esos antecedentes dudamos que logre convencer a muchos. Es más, pudiera más bien representar un riesgo.
Pero no es el único, también trae como "promotor" a quien, durante su gestión como presidente municipal de Cuernavaca, se desempeñó al frente del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC), Jesús Valle Romero, es decir, aquel que conjuntamente con la constructora L # F, S.A. de C.V., construyeron el tanque de agua elevado en la colonia Chamilpa, que se vino abajo en febrero del 2007 y luego incluso fue robado.
El costo de esa obra fue de unos dos millones de pesos, el desastre se dio apenas iniciada la gestión en la comuna de Jesús Giles Sánchez, cuyos daños le costaron más de un millón 200 mil pesos, es decir, fueron más de tres millones de pesos perdidos por la pésima calidad de los materiales y la mano de obra, porque se presume que a sus bolsillos se llevaron la mayor parte del dinero presupuestad.
Pues, entre otros, esos son algunos de los que le acompañan, por eso las estimaciones señalan que la cosa no está decidida y que eso que afirman precisamente personajes como Castañeda Barrera en el sentido de que "les ganará a razón del cinco por uno", podría ser sólo un deseo de su subconsciente.
Sobre todo, porque el legislador federal no se está bajando a nivel del ciudadano. Sin mucha presencia territorial y con serios problemas de personalidad, ha preferido manejarse a distancia y esto no es lo más adecuado.
Ya estamos a la vuelta de la esquina, sus adversarios están trabajando horas extras en una firme determinación de pelear palmo a palmo los votos de los panistas, particularmente los adherentes, porque en lo que se refiere a los activos, Rivera Pérez sí tiene el mayor control.
No obstante, debe recordarse que los activos son apenas unos cinco mil, los adherentes suman más de 28 mil, de hecho son los que van a definir al candidato y aquí es donde Rivera Pérez tiene el menor liderazgo.
Y consecuentemente es a donde le andan pegando Villarreal y Román Isidoro, aunque también debe tenerse presente que el CDE a cargo de Germán Castañón Galaviz tiene los dados cargados a favor del defeño-poblano.
Les queda escaso medio mes para la búsqueda del voto panista. De esos más de 32 mil militantes vota menos de una cuarta parte.
En la encuesta para elegir a su candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, sufragaron menos de ocho mil, así que es muy posible que para esta ocasión lo hagan entre seis y siete mil, por lo que con unos dos mil 500 se estaría ganando, pero hay que ir por ellos, a convencerlos hasta sus propios domicilios, si es posible, y bajo nuestra percepción, no hay nada definido, la moneda continúa en el aire a pesar del triunfalismo de uno de los contendientes.