Desde luego que no todos los legisladores son iguales, hay sus excepciones, pero la gran mayoría rayaron en la absoluta ausencia de valores y de pudor en el manejo de su responsabilidad ante un pueblo que seguramente se las cobrará, y muy caro, porque todavía algunos de ellos van en busca del voto de ese ciudadano al que traicionaron.
Queremos referirnos de manera muy particular al diputado Julio Espín Navarrete, quien por cierto va ahora de candidato a la presidencia municipal de Puente de Ixtla, cargo que ya mal desempeñó y del que salió por piernas hará cuestión de seis años; bueno, un grupo de ciudadanos amenazaron en aquel entonces con construirle un monumento a la corrupción en el zócalo de la cabecera municipal, hoy quiere otra vez regresar, pero por lo que se le olvidó.
El caso es que Espín Navarrete contaba nada más y nada menos que con más de 100 trabajadores a su servicio, dados de alta en la nómina del Congreso local, desde luego que no había lugar para el desempeño de labores para tantos, es decir, la absoluta mayoría sólo se presentaba los días de quincena a cobrar y parece que ni eso, porque alguien recogía los cheques de unos 80 y se los llevaba. ¿Realmente tenían nombre y apellido esos supuestos trabajadores?, hoy algunos otros diputados lo dudan, consideran que se trata de “aviadores”, cuyos cobros debían ir a parar a otras manos, entre ellas, las del mismo legislador Espín.
Pero hay otra teoría, que esos poco más de 80 que nunca se conocieron, los traía haciendo trabajo electoral en su municipio y su distrito, porque ya preparaba el terreno para buscar la candidatura a la presidencia de su pueblo o a la diputación federal. El asunto es que cuando se ve obligado a pedir licencia para contender por la alcaldía, se empieza a saber todo; lo comenzaron a descobijar y un buen día, uno de sus cercanos colaboradores se presentó en tesorería para reclamar los cheques de todos esos presuntos “aviadores” y fue entonces cuando trascendió el desorden.
Le pidieron al personaje que enviara a cada uno de los interesados a recoger su dinero, y desde luego se armó la gorda, porque eso simplemente no era posible, imagínese, durante más de dos años y medio Espín pudo tranquilamente maniobrar todo esto.
Pero eso tampoco es todo, cada diputado tiene un ingreso mensual promedio de 66 mil pesos menos impuestos, por concepto de lo que en el poder legislativo se conoce como dieta, pero además un fondo de 50 mil pesos mensuales adicionales para gestiones y gastos de representación.
Pues el señor en su calidad de presidente de la Mesa Directiva de esa cámara, se auto liberó dicho dinero por los cinco meses que faltan, o sea, a su suplente lo dejó colgado de la brocha, solo podrá cobrar su dieta y eso si es que no le aplica algún otro ajuste.
Aún hay más, Julio Espín conserva para su servicio tres unidades vehiculares que son propiedad del Congreso, una la asignó a sus hijos, otra está encargada de llevar y traer a la Ciudad de México a un familiar suyo que debe estar atendiéndose de quimioterapias, y una tercera que debe ser de lujo, la trae él.
Mire, en términos generales se menciona que se han descubierto algo así como 200 aviadurías en el legislativo, pero cerca de 100 las tenía Espín Navarrete, algo verdaderamente espeluznante y que simplemente debería sancionarse con todo el peso de la ley, porque se nos antoja un hecho sin precedentes.
Ahora bien, si por lo menos se hubiera observado un esfuerzo siquiera mediano por cumplir como representante popular, quizás la crítica sería menor; pero mientras estuvo ahí se condujo siempre como un rufian, sólo que tampoco era nuevo, reiteramos, ya lo había dejado ver como edil en Puente de Ixtla.
Hay otros diputados que a pesar de todo lo que ocurre, buscan hacer lo suyo, Jorge Arizmendi García viene intentando por lo menos poner orden, de entrada, tras lo ocurrido, sólo se autorizarán 10 plazas por legislador; a las once de la mañana en punto inician las sesiones ordinarias y con reloj en mano comienza a pasar lista, porque con anterioridad, citaban a esa hora pero arrancaban dos o tres horas después y sin ningún rubor, ya el viernes pasado a las once y cuarto había quórum. Bueno, el diputado Luis Arturo Cornejo sigue buscando la manera de darle impulso a los festejos con motivo del centenario de la revolución mexicana y bicentenario de la independencia, este martes 17 de los corrientes, en lugar de que la sesión solemne con motivo de la erección de Morelos como estado se lleve a cabo en el Congreso local, como es tradicional, se realizará en Cuautla, para recordar el rompimiento del sitio de la heroica.
Incluso, lanzó la convocatoria para un concurso nacional de oratoria denominado “campeón de campeones”, precisamente para resaltar dichas fechas históricas. Si hay pues aquellos que hacen la diferencia, sin embargo tenemos que reconocer que son los menos, la absoluta mayoría llegó a hacer de las suyas, y hasta el final buscaron sacar raja económica, por eso heredan un recinto legislativo en quiebra.