Claro, existe siempre la posibilidad de que éste se reelija. De hecho, la mayoría de quienes pasan por dicha posición logran por lo menos un periodo más de mandato, sin embargo, se comienza apreciar que pudiera no ser su caso, las cosas no le han salido bien porque él mismo las hizo mal.
Bueno, recién había tomado cargo, se empezaron a conocer hechos que mostraban a un funcionario dedicado a cultivar y multiplicar sus intereses, hoy cualquiera que tenga mínimo conocimiento de los asuntos internos en el Poder Judicial, lo menos que afirma es que hay escandalosos índices de corrupción que amenazan con impedir su permanencia.
Todavía recordamos cómo Falcón Vega, quien ya era magistrado, buscó llegar a la presidencia apoyado en errores cometidos por su antecesor, lo acusó de todo tipo de irregularidades, incluso exageró en muchos de los casos, porque la idea era desprestigiar a Ricardo Rosas Pérez para montarse y proyectar su figura.
Llegó afirmar que había dejado un gran desfalco que merecía iniciar procesos legales en las instancias competentes y los levantó, sin embargo, al paso del tiempo nunca logró sostener sus dichos, mucho menos comprobar las presuntas irregularidades y dejó pasar el tiempo.
Finalmente su objetivo de llegar a la presidencia se cumplió y ya no tenía caso seguir con algo que se le podía revertir y paulatinamente se fueron documentando hechos mucho más graves de su parte. Reiteramos, apenas se sentó en la silla y lo primero que hizo es colocar a sus familiares, amigos y cómplices en cargos bien remunerados.
Llegó a hacer lo que mucho cuestionó y esto, todo parece indicar, le costará su salida, porque además aquellos que lo apoyaron también comienzan a hacer maletas por final de sexenio y difícilmente arriesgarían nada por él.
Los panistas lograron instalarlo, había que quitar de en medio a Rosas Pérez, porque no era del grupo en el poder, esa fue la principal causa de que prácticamente lo persiguieran, tan fue así, que se vio obligado a buscar apoyo en la casa de enfrente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y cuando aquellos se dieron cuenta, comenzaron a bajarle y a dejarlo en paz.
Sin embargo, la vida suele ser una especie de rueda de la fortuna, hoy estás arriba, al rato bajas y te toca. Falcón Vega va a tener que enfrentar toda una serie de cuestionamientos producto de su voracidad y no tendrá muchos defensores.
Hay señales de que la mayoría de sus compañeros magistrados, conscientes de que ha estado pasando, hace rato están en su contra, algunos de éstos además quieren su posición, ya la vienen trabajando.
Incluso se aprecia que el proceso de elección, a mediados de mayo, será muy interesante, porque ya la fuerza de la actual administración estatal no será suficiente como para buscar heredar la presidencia a un propio, pero las otras representaciones en la Cámara local, perredista y priista también andarán en la indefinición, porque aún no habrá sucesión formal, de tal manera que puede salir el bueno por cualquier lado.
El tricolor intentó impulsar a un propio hace algunos meses a través del Congreso local y no lo logró, a pesar de contar con mayoría de diputados en su fracción, sin embargo desde Palacio se hizo un esfuerzo de inteligencia para reforzar el grupo de Falcón y los otros desistieron.
No obstante, en este momento las cosas son ya bastante distintas, no se descarta que el mismo gobernador opte por someter a negociación con la fuerza política que para ese entonces ya se considere, sea la que lo releve en la gubernatura, y de esta forma entregar un espacio sin complicaciones a futuro.
Pero lo que se ha insistido hasta hoy, es que ya el señor presidente del TSJ sabe que en mayo queda fuera y pareciera que ni intentará su reelección, de otra manera le iría peor. Lo más sensato sería entregar la parcela sin resistencia, para no ir a una lucha interna que lo puede exhibir con todo el desorden que va a dejar.
¿Por qué es tan importante que desde el gobierno se tenga control de este poder? Ante cualquier conflicto político del mandatario en turno con sus adversarios políticos, éste puede ser sometido a juicio político, el desarrollo del proceso comienza en el Congreso local, pero es el TSJ la instancia competente para calificar la procedencia o no de tal denuncia.
Jorge Carrillo Olea perdió control del Tribunal a mediados de su mandato y cuando se le presentó su enjuiciamiento no tuvo defensa, avanzó en el Congreso y en el Poder Judicial.
Sergio Estrada en cambio mantuvo siempre ascendencia y control de tal espacio, por eso cuando debió enfrentar su propio juicio político, salió más o menos bien librado, así que sigue siendo fundamental contar con la mayoría de los magistrados de ese lado para evitarse complicaciones.
A estas alturas, Marco Adame Castillo está más allá del bien y del mal, los partidos políticos andan a la greña con sus candidatos y en busca de la sucesión, a ninguno le interesa entrar en conflictos que están fuera de tiempo, por eso tampoco para él es trascendente seguir controlando al tribunal, esa será tarea de quien lo sustituya.
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