Eso puede ser muy real y lo podemos confirmar en algunos casos concretos como Cuernavaca, a decir verdad, en la capital del estado se pudo observar con claridad que de esos tres años y dos meses (porque esta generación de ediles extenderá su ejercicio hasta el 31 de diciembre por una reforma constitucional) sólo se aprovechó uno.
En efecto, el primero transcurrió sin pena ni gloria, el alcalde Manuel Martínez Garrigós lo destinó a la generación de propuestas y elaboración de proyectos, algunos de los cuales no lograron prosperar, como fue el caso del segundo piso en la avenida Plan de Ayala.
Claro, también es entendible que se tiene que conceder un periodo de aprendizaje a las nuevas autoridades, sin embargo, se nos hace mucho un año, en lo general después de seis meses se tienen que empezar a dar resultados.
El caso es que por los motivos que sean, la comuna cuernavaquense mostró actividad interesante a partir del segundo año de gestión, que fue cuando se desarrolló todo lo que tiene que ver con el embellecimiento urbano mediante la remodelación de áreas verdes, avenidas y camellones, incluyendo la repavimentación de la avenida Morelos sur y el distribuidor vial Emiliano Zapata en Buena Vista, además de algunos parques como el de Acapantzingo.
Pero ya al final del año anterior, Garrigós decidió solicitar licencia al cargo para ir en busca de la candidatura al gobierno del estado de Morelos, aspiración que no prosperó, pero que lo dejó definitivamente fuera de la comuna.
Y en lo que va del 2012 -ya rebasamos el primer trienio- no se observa nada interesante, por el contrario, la ciudad presenta algunos problemas serios en materia de saneamiento y limpieza, es ya muy común ver en esquinas y aceras de la mayor parte de esta capital amontonamiento de bolsas de basura que son motivo de crítica y molestia de sus ciudadanos, porque es una mala señal e imagen hacia quienes nos visitan.
Queda claro que no hay suficiencia de equipo de recolección ni personal para atender esta necesidad básica, acaso en el Centro Histórico medio se mantienen brigadas de atención, pero fuera de esta zona, inician los problemas.
Tampoco vemos ya el desarrollo de inversiones y obras de interés estructural, en este que es ya el tercer y último año, todo indica que así nos la vamos a llevar.
Conforme al calendario presupuestal, le corresponderá al aactual presidente municipal estar al frente de la alcaldía un año completo, entró en diciembre del año pasado, se irá el 31 de diciembre de este año, ejercerá el presupuesto completo, pero no hay acciones de trascendencia, desconocemos que está.
Este desajuste tiene mucho que ver con el cambio de mandos, sí se hace necesario que se hagan algunas modificaciones legales a fin de que quienes desempeñan responsabilidades como la de ser presidente municipal, estén impedidos para aspirar a otros cargos que los obliguen a separarse de sus responsabilidades.
Ello es igualmente aplicable a los legisladores locales, porque el futurismo dejó al Congreso local con más del 50 por ciento de la legislación con suplentes que tampoco saben a qué llegan al Congreso y no tienen capacidad para seguir desahogando decenas de propuestas legislativas que son hoy materia de rezago.
Lo lamentable es que esas estructuras burocráticas siguen consumiendo presupuesto sin rendimiento alguno, para acabar pronto, todo el recurso en el Congreso, correspondiente al año en curso, se lo van a gastar sin ningún beneficio de trascendencia para los ciudadanos.
Claro, en el caso de la comuna, hay algunas tareas que no se pueden detener, como aquello que tiene que ver con la prestación de servicios diversos a la ciudad, agua potable, alumbrado, la propia limpieza, que demandan de mucho personal para su cumplimiento.
Cuernavaca sigue presentando necesidades fundamentales para transformarse en una metrópoli moderna, como ocurre con la mayor parte de las capitales en los estados de la República.
Seguimos inmersos en una ciudad bastante complicada en materia de tránsito vehicular, los congestionamientos son constantes y eso que todavía no llegamos a niveles de confinamiento como la ciudad de México o Toluca, que tienen dimensiones mucho más grandes.
El asunto es que sólo una tercera parte de las gestiones en Ayuntamientos y Poder Legislativo es aprovechada, los otros dos años se van en puros aprendizajes o entrega y los recursos no se ven, es un verdadero desperdicio al que debemos encontrarle una solución, porque es dinero del pueblo que sólo alimenta la burocracia.
El gobierno en sus tres niveles y sus tres poderes no debe ser generador de empleo, su función es bien administrar los recursos públicos y transformarlos en acciones de beneficio a los gobernados, cualquier otro uso que se le dé al dinero será un desperdicio.