Ayer, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al gobierno estatal, Amado Orihuela Trejo sostuvo una reunión con trabajadores y delegados del Sindicato del Seguro Social y lo que muchos de ellos le dijeron mostró otra realidad bastante contraria a la que observamos. Y mire que a través de medios informativos conocemos de sucesos desafortunados todos los días, pero nos parece que buena parte de lo que acontece es cuidadosamente ocultado, a fin de que no trascienda, por eso apreciamos una realidad menos difícil. Ya a través de un líder gremial, nuestro amigo José Salgado Patiño, líder de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope), sabíamos que en la región sur de la entidad, hace dos o tres semanas, estaban desaparecidos algunos empresarios del sector comercial, pero ayer se dio a conocer la principal queja ante Orihuela Trejo, y fue que sólo a nivel del sector salud, en la zona de influencia de Jojutla, hay en este momento, tres secuestrados, dos desaparecidos y dos más que ya fueron encontrados sin vida. Esto es únicamente en Jojutla, ¿Cuántos casos más hay en el resto del estado?, ciertamente que estamos atravesando por una coyuntura muy difícil, pero en ella llevamos ya dos o tres años, hay que encontrarle una solución a esto, porque de otra manera nunca saldremos del pozo, la seguridad es algo indispensable para poder aspirar al desarrollo, sin ella ningún esfuerzo vale la pena. La Secretaría de Economía a nivel federal y otras dependencias niegan la fuga de capitales y el cierre de negocios diversos por inseguridad en el país, pero es real, de ello Morelos no escapa, así sea en comunidades medianas o pequeñas, los enemigos de lo ajeno no encuentran freno, sabemos de manera directa del cierre de negocios por las elevadas cuotas que la delincuencia organizada está cobrando a quienes tienen algún changarrito. Los propietarios acaban bajando la cortina y buscando incluso refugio en otros lugares, porque su esfuerzo no se ve reflejado en bienestar, trabajan para los malosos y las instancias responsables de salvaguardar sus intereses no aparecen por ningún lado. Hace mucho vivimos en la indefensión y en las manos de los delincuentes, las instituciones públicas no lograron ya sobreponerse a este problema y al reclamo insistente de la sociedad, es más, hay señales que nos llevan a considerar que de plano han tirado la toalla porque no pudieron cumplir con esta garantía constitucional. Empezamos a comprender por qué la gente está tan enojada y no quiere saber nada de una posible continuidad del régimen, una de las ventajas del aspirante priista Orihuela Trejo frente a sus otros oponentes, particularmente el panista, es que la derecha se enredó en el tema de la seguridad y ya no pudo con el paquete, de ahí que todo parezca muy cómodo para el candidato del tricolor, por eso las ventajas que lleva de sus contendientes.
Políticos de conveniencia
Y mire, a medida que nos adentramos en las campañas, nos damos cuenta de cómo los políticos de todos los niveles han dejado atrás la pasión y la entrega por sus respectivas preferencias partidistas, hoy priva el interés personal y las ambiciones desbordadas, y si no encuentran satisfechos sus apetitos electorales, simplemente buscan refugio en la casa de enfrente. Sobre todo, después de la elección interna de candidatos en los tres grandes partidos, PRI, PRD y PAN, como es natural, la mayoría de quienes reclamaban espacios se quedaron fuera y todavía sabemos de personajes marrulleros, que simulan seguir en su partido, pero que por abajo están orientando a sus conocidos a votar en contra. Otros, por lo menos más congruentes, de plano dan a conocer públicamente su renuncia a su instituto político para pedir asilo en otro, los menos son indiferentes y toman distancia de los actuales procesos para esperar mejores tiempos. Esta conducta, desafortunadamente se vuelve cada vez más común, y sólo refleja que esos políticos están aferrados a meterse en el juego electoral, para superar condiciones económicas adversas, pero de ninguna manera por vocación de servicio o deseos de trabajar por mejorar las condiciones sociales de sus pueblos y comunidades. Buena parte de quienes se dicen ser parte de la clase-política, ya estuvieron en el PRI, casi la absoluta mayoría, pasaron por el PRD y terminaron en el PAN, bueno, otros ya andan dándole una segunda vuelta a esa militancia rotativa e interesada. Pero además, ni siquiera se trata de auténticos líderes sociales y personas con prestigio y ascendencia al interior de sus poblaciones, en buena parte son figuras desgastadas y desprestigiadas que aún así, luchan desesperadamente por formar parte de las nóminas del presupuesto público, donde, lejos de desarrollar honestamente sus responsabilidades, van a ver qué agarran y se llevan a costa de la marginación colectiva.