Lo anterior debe haber sido producto de un largo esfuerzo en materia de convencimiento y sobre todo de cabildeo con las principales cabezas del sector, porque a pesar de que a veces no se aprecian, hay muchos profesores con liderazgo que son los que mueven contingentes cuando se hace necesario.
Evidentemente que detrás de todo eso debió estar la intervención de quien funge como secretario de la comisión de educación en el Congreso local, el diputado Matías Nazario Morales, en una relación bastante directa con la dirigente de la Sección 19 del SNTE, María Eugenia Ocampo Bedolla, entre ambos debieron “planchar el traje” con anticipación para bajar el nivel de oposición que se veía venir sobre el tema y que en otras entidades hizo crisis.
Se esperaba mayor resistencia de los opositores, pero se operó con bastante acierto, aunque lo que le interesaba a los maestros era no poner en riesgo sus garantías laborales y prestaciones y ahí se procedió igualmente con madurez, colocando candados para que no se pierdan logros históricos. Pero en concreto, la aprobación parece más fácil de lo que se llegó a considerar, ahora hay que esperar que en la práctica se alcancen los objetivos, porque en efecto, la evaluación de los educandos no depende únicamente del papel del maestro, existe una serie de factores que inciden en forma determinante para ello.
Como dicen algunos mentores, tiene que ver el entorno familiar, el nivel económico, hay pequeños que van a la escuela con el estómago vacío, el apoyo académico de los padres y por supuesto el ambiente escolar, la disposición de los instrumentos necesarios y adecuados para el aprendizaje, hay planteles que francamente dan lástima, escuelas con aula de cómputo, otras no. Es decir, como que la prueba no se puede hacer al parejo, tendría que desarrollarse de acuerdo a las condiciones generales de la zona, de otra manera será una falacia, ¿no le parece?
DESACUERDOS PARTIDISTAS
Por otro lado, el trabajo de búsqueda de consenso entre poderes y partidos políticos ha quedado momentáneamente suspendido, el dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Abel Espín García, admitió que factores como la aprehensión de quien fuera secretario de Finanzas en el sexenio anterior, Alfredo Jaime de la Torre, y algunos otros problemas han llevado a la suspensión de los encuentros y reuniones por vía de la mesa de la reforma.
Es decir que hay una especie de ruptura coyuntural entre líderes de instituciones políticas y también de fracciones parlamentarias al interior del recinto legislativo que impide llegar a acuerdos respecto a problemas fundamentales como la seguridad pública.
En el debate público, los panistas continúan acusando a las instituciones de Gobierno de haber iniciado una especie de persecución y ajuste de cuentas contra figuras identificadas con sus filas. Por el otro lado, el dirigente del Revolucionario Institucional (PRI), Jorge Schiaffino Isuza, se suma a la crítica señalando que se es imparcial cuando se procede contra panistas y priistas, pero no se toca a perredistas, cuando hay muestras de actos de corrupción y hasta denuncias contra ex ediles de ese instituto.
Todo eso ha llevado a un distanciamiento que se traduce en la suspensión temporal de lo que se había comenzado hace semanas, el seguimiento hacia la concreción de la reforma político-electoral, cosa que nos parece desafortunada, porque los momentos cruciales por los que estamos pasando reclaman de la intervención de todos, sin distingos de creencias religiosas, preferencias sexuales o partidistas.
Pero debería ser el secretario de Gobierno Jorge Messeguer Guillén quien buscara recuperar esa armonía, en particular se necesita de un frente común para alcanzar mejores resultados en el combate a la delincuencia, al Gobierno estatal le urge porque ya estamos en el mes 18, al final del cual seguramente el gobernador Graco Ramírez Garrido ofrecerá algún resumen de los logros y alcances obtenidos en esa materia, por el compromiso contraído con la sociedad morelense.
Siempre habrá desavenencias, la política es de intereses, pero también de consensos, está comprobado que el enfrentamiento entre partidos, poderes y niveles de autoridad sólo conduce al fracaso. Morelos ha vivido amargas experiencias en ese sentido, todavía no nos recuperamos del todo de aquel pasado que llevó a la renuncia de Jorge Carrillo Olea como gobernador, como consecuencia de enemistades entre políticos.
Se tiene que aprender de los fracasos para no repetirlos, en ese sentido es que nos parece desafortunado que pasemos por situaciones de distanciamiento entre quienes tienen la alta responsabilidad de llevar al estado por el buen camino. Bueno, hoy los reclamos también surgen desde la administración pública estatal, se acusa a los legisladores de haber retardado la puesta a consideración de su asamblea de iniciativas enviadas al recinto legislativo de parte del Poder Ejecutivo, caso concreto, la relacionada con la transformación de la Procuraduría General de Justicia en fiscalía.
Todas esas son señales inequívocas de que algo anda mal entre poderes, que han aparecido pequeños obstáculos que los llevan a tomar distancia unos de otros y a culparse mutuamente de un esfuerzo que les corresponde a todos por igual. Actuar por arriba de cualquier interés, que no sea el de abundar en la búsqueda de soluciones a nuestros múltiples problemas, los cuales exigen de la entrega total de aquellos que tienen la responsabilidad de guiarnos por el camino correcto. Claro, como dice el dicho, hasta en las mejores familias hay conflictos, pero tendrá que imponerse la cordura para evitar más desasosiegos de los que ya tenemos.