Algunas organizaciones sociales de Cuautla señalan al Mando Único como actor de todo tipo de arbitrariedades, agresiones, extorsiones y amenazas, algo que, como decíamos, no es nada nuevo, es el comportamiento que les conocemos desde hace décadas, pero que jamás ha podido corregirse y por todo lo que se comienza a ver pareciera que tampoco en esta ocasión.
Está claro que Capella presionó hasta el límite para obligar a muchos alcaldes -uno de ellos el de Cuernavaca, Jorge Morales Barud- a que le cedieran el manejo de los cuerpos policíacos capitalinos; en su oportunidad se sospechó que estaba detrás de algunos atracos como el robo en el restaurante “El Secreto”, en un intento de desestabilización para aflojar voluntades.
Bueno, algunos comerciantes del Centro Histórico señalan que en una ocasión, de muchas de esas veces que se han reunido, Capella les dijo abiertamente que pidieran a Morales le entregara la plaza para poderles garantizar más seguridad, sin embargo, luego de haber logrado el objetivo, el ambiente ya se le empezó a descomponer, simplemente no puede con el paquete y mire que ahora se habla de estricto control informativo, es decir, una absoluta centralización que raya en la censura periodística con el fin de que muchos delitos no trasciendan. Es decir, concentrar todo el control policíaco tiene sus ventajas, sobre todo si se piensa usarlo como instrumento político y hasta de espionaje a los adversarios electorales, más aún para tener el poder y decisión absoluta si se necesita llegar a arreglos y negociaciones con la delincuencia organizada, sin embargo, también representa riesgos, uno de ellos el posible fracaso de propósitos y compromisos que pareciera, ya se está dando.
Bueno, toda esta descomposición que se señala desde la visión ciudadana, está dando como resultado que en la heroica ya se hable de la preparación de una marcha silenciosa con dos objetivos, exigir más seguridad y pedir la cabeza de Jesús Alberto Capella, a quien ya igualmente le atribuyen actitudes de soberbia porque dicen que los dejó plantados en una reunión que tenían programada y en la que se le entregarían pruebas de delitos cometidos por sus “muchachitos”. Tal vez eso fue lo que lo llevó a cancelar su asistencia, habría advertido de la solidez de los señalamientos y mejor optó por esconder la cabeza.
Lo cierto es que el sobrevalorado personaje ya enfrenta un severo desgaste en su figura y su desempeño, muchos agentes policíacos hacen de las suyas y cometen todo tipo de atracos sin que exista alguien capaz de ponerlos en su lugar y es porque no se trata de nuevos cuadros, son los mismos elementos que venían laborando en lo que fue la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), ahora Comisión de Seguridad, es decir, con todos los vicios y mañas que los caracteriza y estaba visto que así no saldrían los resultados ofrecidos.
Hoy en día es casi imposible controlar la información pública y menos en cuestión de seguridad. Lo que las instancias facultadas para dar a conocer hechos delictivos, no den a conocer, aparece por distintos cauces, uno de ellos las redes sociales, por eso no es nada conveniente apostarle a ello sin la posibilidad de que la situación empeore, porque finalmente se perderá aún más la confianza a esas instituciones.
Por lo pronto, el funcionario en cuestión tendrá que hacer algo para poder revertir su visible retroceso y en ello debe jalar al secretario de Gobierno, Jorge Messeguer Guillén porque han actuado en pareja, de hecho, en el organigrama éste es el jefe de aquel, de tal forma que si se hunde uno, arrastra al otro, esa es la cosa.
Mientras tanto aquí en la capital la situación en materia de prevención del delito no ha mejorado, se continúan presentando acciones de alto impacto en esa materia, incluyendo algunos ejecutados que dan fe de que el famoso Mando Único hasta este momento no ha logrado apagar el fuego y si por el contrario, las acusaciones hacen ver que algunos policías se siguen aprovechando del uniforme y de la portación de armas de fuego para dedicarse a toda clase de raterías. De la región sur de la entidad ya se levantaron voces que los señalan como extorsionadores de jóvenes, a los que detienen simplemente por su aspecto físico o su vestimenta, o sea, que si traes cabello largo o andas mal vestido, puedes ser objeto de agresiones y de despojo de pertenencias y que sepamos, no conocemos de algún código penal que considere lo anterior como un delito.
Y el asunto es que ya por lo que se menciona en algunos municipios, Capella comenzó a perder piso, como ocurrió con su antecesora Alicia Vázquez Luna, refieren que llega con todo lujo de prepotencia, amenazando con abrir investigaciones contra quien se le ponga enfrente, es decir, espionaje político, lo que decíamos, además de que en el caso muy particular de Temixco, por ejemplo, patrullas nuevas que adquirieron se las lleva a otras alcaldías como a Emiliano Zapata, para que vean que el Mando Único sí representó un cambio, pero a ellos les ha estado enviando unidades casi en desecho y a jefes policíacos que desconocen el territorio y no saben dónde están pisando.
Para acabar pronto, pura apariencia de Capella Ibarra, por eso el ambiente se le viene complicando y si no se baja de su nube, las presiones se multiplicarán y tendrá que regresarse a Tijuana o de plano irse a la banca como Alicia, como le decíamos, ya le mueven las aguas desde diversas trincheras del estado, Morelos es un territorio muy difícil.
Radiografia del Poder
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¿Fracaso del Mando Único?
La cabeza de Capella
Hemos insistido hasta el cansancio que con los mismos cuadros sería muy difícil enderezar el camino, añejamente torcido, por parte de la mayoría de quienes integran las corporaciones policíacas y parece que no herramos, ya hay quienes comienzan a pedir la cabeza del muy ponderado jefe policíaco, Jesús Alberto Capella Ibarra, por el incumplimiento de metas y propósitos.
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