Todo tiene un propósito, la protección de intereses que nada tienen que ver con la obligación constitucional de impartir justicia pronta y expedita, por el contrario, es una perversión pensada en convertir esas instancias en instrumentos dóciles y serviles a favor de quienes detentan poder público.
Decimos esto porque está en puerta el nombramiento de tres magistrados en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y ya las fuerzas antes referidas, se mueven a fin de inducir sus respectivas propuestas orientadas a reformar su presencia ahí, para continuar garantizándose impunidad en caso de ser necesario.
El gobernador Graco Ramírez Garrido parece estar muy consciente de ello o quizás ya empezó a recibir las primeras presiones, a fin de que ceda terreno y por ello advirtió que “no se debe permitir más la injerencia externa, ni del Poder Legislativo o los partidos”. Y es que las experiencias más recientes muestran la clara partidización del Poder Judicial, incluso, hay una inconformidad de cerca de 20 jueces ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por la más reciente designación de magistrados que, a su juicio, se dio precisamente con esas características, posiciones de partido.
Se trata de Bertha Rendón Montealegre, por sus antecedentes, espacio cedido al Partido de la Revolución Democrática (PRD); Juan Emilio Elizalde, para el Revolucionario Institucional (PRI) y Juan Carvajal, para el Acción Nacional (PAN). Todavía la SCJN no ha definido, se dice que está por hacerlo, pero en principio ya atrajo el asunto, de tal manera que sí lo va a analizar. Es entonces muy posible que de revocar esos nombramientos, sean seis y no tres a los magistrados que hay que designar, por eso las fuerzas andan moviéndose.
Ojalá que la SCJN ayude a contrarrestar esas embestidas que han transformado a los órganos de impartición de justicia, en espacios controlados y siente precedentes para que se recupere la autonomía perdida. Por eso el Poder Judicial pasa por momentos muy difíciles, consecuencia de su composición interna, no hay un trabajo armónico e integral pensado en mejorar progresivamente la impartición de justicia, hay grupos de camarillas que jalan cada una por su lado y que se presume, son manipuladas desde el exterior para controlar los mayores espacios posibles, sobre todo aquellos en los que se decide respecto al ejercicio presupuestal.
Como ocurre en otras instituciones, el TSJ se ha transformado en bolsa de trabajo para ramas familiares, hay magistrados que tienen en nómina a toda su familia, amigos y demás recomendados, distorsionando perversamente el papel y responsabilidad de un poder de tanta trascendencia como ese, por eso es vergonzoso aceptar que se llegara a tanta maldad.
Consejeros del IEE
Y hablando de ambiciones, en el Instituto Estatal Electoral (IEE) decidieron hacer una corrección a tiempo para evitar señalamientos de que la cosa anda igual o peor, luego de que se dijera que los consejeros decidieron unilateralmente asegurar su salida inminente, ya que el Instituto Nacional Electoral (INE) los desplazará a partir de las próximas elecciones. La desaparición del IEE lleva implícita la salida de los seis magistrados que optaron por cobrar por adelantado sueldos, prestaciones y apoyos, equivalentes al periodo para el cual fueron elegidos.
Entre los magistrados se encuentran varios con pertenencia partidista, porque aquí sucede lo mismo, cada instituto político coloca al mayor número de representantes para poder manipular resultados en elecciones a favor de sus candidatos. Como sociedad estamos en manos de mafias políticas que, desde todos los puntos, tuercen el rumbo de la democracia, las libertades y derechos ciudadanos. Esos acuerdos, ya publicados en el periódico oficial “Tierra y Libertad”, serán revocados para evitar señalamientos, sobre todo en las redes sociales.
Comopaís y como estado pasamos por momentos sumamente críticos, donde la ética y la moral están ausentes y predomina la ambición y el interés personal.
La simulación y el engaño son elementos presentes prácticamente en todas las esferas del ejercicio del poder público, los políticos buscan en todo momento el mayor beneficio con el menor esfuerzo, no hay normas que los obliguen a dar resultados porque éstas son generadas bajo los mismos esquemas y propósitos, dejar hilos sueltos que permitan manga ancha y manejo a discreción de los recursos financieros porque finalmente son su objetivo central. Por eso es buena la rectificación.
Siempre escucharemos, luego de la aprobación de las leyes de ingresos y egresos, que los presupuestos asignados son insuficientes para poder cumplir con las tareas de su competencia, es decir, el dinero nunca les alcanza, luchan por todos los medios que se les dé más.
Y mientras funcionarios, diputados, alcaldes, regidores y magistrados, presumen de autos nuevos, residencias y propiedades diversas, convivios en los mejores restaurantes, afuera vemos a un pueblo cada vez más empobrecido. Niños y adolescentes abandonados a su suerte, jóvenes sin posibilidades de formación académica porque sus familias no tienen ni para el pasaje, menos para ofrecerles algún gasto extra. Y todavía se preguntan del porqué de tanta delincuencia, cuando son los principales responsables de mucho de lo que nos sucede, porque su voracidad no tiene límite.