En momentos tan álgidos como los actuales, la remuneración sigue siendo simbólica y lejos de contar con el respaldo de los mandos y jefes superiores, los agentes son sometidos a constantes presiones, entre ellas, los famosos exámenes de control de confianza, que en algunos de sus términos, parecieran no atender a lógica alguna.
Analizando detenidamente el texto de la reciente información publicada en el diario español “El País” bajo el encabezado, “Fracasa México en su intento de depurar policías municipales”, con base en el testimonio de elementos policiacos, se aprecian motivos y elementos que llevan a entender que hay una profunda insatisfacción de quienes, por vocación o por necesidad, ingresa a los cuerpos policiacos.
Uno de los entrevistados hace hincapié en los exámenes y lo menos que se puede pensar, es que son una especie de sesiones de tortura, que además, tampoco resuelven nada, porque no garantizan que los agentes tengan un expediente limpio y sobre todo, sean servidores públicos sin compromisos con el delito en cualquiera de sus manifestaciones.
Otro testimonio describe incluso las humillaciones de las que empezaron a ser víctimas a partir del 2008, cuando se puso en marcha la supuesta depuración, tras la lucha abierta contra el narcotráfico: “hay que soportar la visita de funcionarios en casa, hurgando todo y haciendo encuestas a los vecinos para que den fe de cómo vivimos, para saber si nuestro nivel de vida corresponde a lo que ganamos”.
Incluso se advierte que la preparación en este tipo de actividades es poco valorada o casi siempre sale sobrando, porque alguno de los consultados decía que luego de años de servicio, recibiendo capacitación y adiestramiento, lo único que ha recibido son malos tratos y hasta amenazas.
En concreto, la actividad policiaca es de las más difíciles, porque independientemente de un ingreso insuficiente, tampoco, en una generalidad, son formados como corresponde, cuentan con armas y equipos casi obsoletos para combatir a delincuentes de probada peligrosidad.
Es claro que bajo tales circunstancias, gradualmente fueron rebasados por la maña, que con sobrados recursos derivados de sus actividades ilícitas, no tienen dificultad alguna para adquirir instrumentos de primera línea. Esto lo vemos en nuestro entorno cercano, las instituciones federales en materia han tenido que suplantarlos en la mayoría de los casos o coadyuvar con ellos a fin de poder desarrollar las tareas de prevención del delito.
En Morelos, hace ya buen rato que se puso en operación el Mando Único, integrado por elementos estatales a los que se sumaron aquellos que resultaron aptos -según los exámenes- de las corporaciones municipales. Sin embargo, no ha dejado de darse un acompañamiento de parte de la Policía Federal y del Ejército.
No podemos negar que hay una disminución en la incidencia de delitos de alto impacto, ejecuciones, violaciones, secuestros, sin embargo, la recuperación del control del estado parece muy lenta, aún con esos apoyos, y hay una serie de denuncias en contra de presuntas irregularidades de elementos por amenazas, extorsiones, y torturas que dan fe de un mal comportamiento, algo históricamente imposible de erradicar.
Pero habría que preguntarse entonces ¿es realmente un fracaso el intento en la formación del Mando único?, todavía es temprano para advertirlo, sí se aprecia mayor capacidad de reacción, porque se actúa con un número significativo de elementos, a cambio de ello, las agrupaciones municipales han quedado prácticamente desmanteladas y la primera responsabilidad en la salvaguarda de la seguridad pública es local.
Nuestro estado sigue siendo uno de los más inseguros, conjuntamente con Guerrero y Michoacán, lo que ha requerido de la presencia permanente de las fuerzas federales a fin de poder contrarrestar los embates de los delincuentes que parece, se siguen disputando el territorio en lo que respecta a la producción, venta y consumo de enervantes.
Lo que queremos decir es que aún con toda la inversión que en materia de seguridad y prevención ha realizado el gobernador en la construcción de cuarteles, el C-5, y cámaras de video, todavía el Mando Único no puede enfrentar por sí solo a los grupos del delito.
Claro, y así lo esperamos, estamos enfrentando una coyuntura de “efecto cucaracha “, de Guerrero hacia nuestro territorio, por toda la lucha que se viene dando allá luego de lo de Ayotzinapa. Los criminales buscan refugio particularmente en la región sur, por eso el clima tan álgido en Amacuzac, Puente de Ixtla o Tlaltizapán. Ojalá que luego que pase la tormenta las cosas vuelvan a su nivel. Y lo anterior ha obligado a las autoridades a redoblar el esfuerzo y a buscar apoyos del gobierno federal para poder sortear el temporal.
Una vez recuperada la calma, habría que ver cuál es el nivel de desempeño del Mando Único, si en efecto resulta ser el instrumento adecuado para conservar a la entidad en niveles aceptables de armonía y seguridad que perdió desde hace ya algunos años.
Porque la participación del Ejército, la Marina y Policía Federal debe ser temporal, ellos tienen otras obligaciones, los municipios y los estados están obligados a darle al ciudadano la seguridad que requiere, porque además, es su obligación constitucional y ante la cual han resultado incompetentes por un buen tiempo.
Todavía quedan algunos reclamos y con sobrada razón, por lo que pasó en Iguala, siguen manifestaciones y protestas con mayor incidencia en la zona centro del país, pero igualmente se ve una disminución del clima de inestabilidad que en su oportunidad casi se generalizó en toda la república.
Ya el debate lo vemos a nivel de medios de comunicación, el gobierno tuvo que reaccionar y recurrir a estrategias radicales y precisas para enfrentar la contingencia, igual y después de estas amargas experiencias se pueda por fin menguar la incidencia delictiva.
1 comentario
Policias no son victimas, habra que preguntar cuantos han asesinado, por proteger a la Gente, mas sin emcambio se han vuelto victimarios y arbitrarios, la Gente ya no se siente protegida, si no que les tiene miedo, operan como un grupo de la delincuencia, cuantos no hemos sufrido, sus atropellos, con Patrullas a alta velocidad, aventandoles la patrulla a la Gente, cuantos no habremos sufrido la extorsion y robo en los puntos de revision, cuantos mas no han sufrido la tortura los golpes aciendo policias la justicia por propia mano.
Hey
Con 359 asesinatos, Morelos lejos de tener la tranquilidad y la paz.… Compartelo!