Finalmente fueron “convencidos” de que no era lo más prudente y decidieron posponer la expresión de protesta, pero el ambiente es candente, todavía hasta entrada la tarde, el subsecretario de gobierno Ricardo Robledo, quien atendió a los inconformes, seguía en diálogo con las organizaciones legalmente constituidas.
La modalidad impuesta en Xoxocotla intenta reproducirse en diversos pueblos y comunidades, ya en Atlacholoya operan unidades similares, la cosa es que trabajan fuera de la legalidad porque no hay permisos otorgados para tal efecto, las condiciones bajo las cuales circulan esas unidades son de alto riesgo, ninguna autoridad revisa las condiciones mecánicas de las mismas, porque oficialmente no existen.
Sin ninguna precaución cruzan calles, incluso la carretera federal Alpuyeca-Jojutla, de tal manera que cuando se maneja por esa zona, hay que tener mucha precaución, porque salen como hormigas por todos lados, es algo bastante improvisado y parecerá que tampoco existe interés por someterlos a control. Los cálculos hablan de unos 800 mototaxis sólo en dicha población.
Pero en lo que toca al sistema estatal de transporte colectivo, existen muchas deficiencias más, la mayor parte del parque vehicular de las rutas está para llorar, algunas unidades circulan de milagro, aún cuando la nueva ley condiciona la utilidad de modelos no mayores a los diez años.
Hay un claro incumplimiento de normas permitido por la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT) a cargo de Manuel Santiago Quijano, un personaje que se afirma tiene muchas tablas, pues fue funcionario en el Distrito Federal, pero que aquí, igual que sus antecesores, parece haber caído en la tentación de entrarle al negocio y permitir cualquier cantidad de incongruencias.
Bueno, por lo menos ya dijo que se hará una minuciosa revisión de las rutas, para evaluar sus condiciones y buscar la forma de que sean remplazadas, pero esos discursos y declaraciones los hemos escuchado hace décadas, son una manera de salir del paso ante la crítica, al paso del tiempo no pasa nada.
En este rubro hay demasiados intereses, existen concesionarios bastante poderosos, que también, violando las leyes, vienen creando monopolios, acaparan decenas de permisos de taxis y de rutas. Desde luego que en la SMT lo saben, pero no se hace nada, todo termina en negociaciones y beneficios mutuos entre funcionarios y permisionarios, eso ha sido de toda la vida.
También hay que aceptarlo, es un gremio que cuenta con cierta fuerza política, se habla de unas 30 mil unidades en el estado y cuando se ponen de acuerdo, son capaces de cerrar Cuernavaca y con las manos en la cintura, de tal forma que la autoridad le piensa para poder meterse con ellos y tal vez opte por las ganancias, por lo menos eso es lo que se aprecia.
Ya ve que se ha intentado introducir el famoso “Morebús”, ya que agilizaría el servicio en aquellas rutas en las que circule, además de que reduciría el número de unidades del resto del sistema, porque contaría con el doble o más de plazas, pero tampoco eso se ha logrado, por la negativa de los transportistas actuales. Igual y no estaría mal porque recorrerían grandes distancias, se habla de un circuito entre Cuernavaca, Jiutepec, Emiliano Zapata y Temixco, evitando que un usuario tenga que pagar dos o tres rutas para llegar a su destino, pero los concesionarios lo ven como negocio de otros y no lo han permitido.
CONTROL VEHICULAR SIN CONTROL
Sin embargo, el mayor descontento parece centrarse en la Dirección de Control Vehicular, que de control no tiene nada, porque se observa absoluta anarquía, falta de papelería para todo tipo de trámites y hasta inexistencia de placas para las altas y las bajas por los cambios de propietarios.
Claro, esta instancia opera con cierta autonomía frente a la SMyT, hasta hace unos años dependía directamente de la secretaría, pero se encontraron algunos errores que aconsejaron darle un manejo distinto, sin embargo, todo indica que no ha sido para bien, porque es objeto de muchas quejas, críticas y señalamientos.
Y aunque no es ya asunto de la SMyT, donde poco se conoce que viene pasando es en torno al programa de verificación, porque se encuentra paralizado, no hay acción alguna, los verificentros están desiertos, algo extraño ocurrió en ese sentido, porque se dejó de empujar.
Ya se dijo que los equipos con los que se hacían operativos para sancionar a quienes incumplían con ese requisito, eran rentados, que venían de Puebla, ya en este gobierno se dejaron de usar, pero no se echo a caminar algún otro programa. Cierto, es un tema de competencia de la Secretaría de Desarrollo Sustentable a cargo de Topiltzin Contreras MacBeath, pero de todos modos guarda una relación directa con aquellos que tiene que ver con el transporte público, por eso hacemos referencia al tema.
Es decir, en su conjunto, el rubro sigue presentando graves deficiencias y la modernidad, calidad en la prestación del servicio, capacitación de operadores y todo lo que tiene que ver con una mejora hacia el usuario son deudas pendientes, tanto del gobierno, que es la instancia reguladora, como de los permisionarios que desde luego hacen lo humanamente posible para no invertirle y agotar al máximo muchas unidades “chatarra”, porque para ellos es negocio, lo que menos les preocupa es que el usuario sufra cualquier tipo de agresiones, desprecios, inseguridad, sólo van por las ganancias.