Y además, hay razones de sobra para que tempranamente cundiera la desilusión entre aquellos que hasta antes del proceso de elección de candidatos, llegaron a pensar que serían un Partido ejemplar, diferente a los otros, que aquí se ejercería la democracia a plenitud. No fue así, los cuadros fueron electos con base en grupos de interés, políticos que no desaprovecharon la oportunidad para meter mano y colocar a incondicionales, familiares e influyentes en las candidaturas más codiciadas.
Eso obligó a algunos cuadros y además, valiosos, a tomar distancia, uno de ellos, que trabajó muy duro en la afiliación de militantes para el nuevo instituto, hizo campaña intensa en Cuernavaca para posesionar esas siglas, fue el abogado Juan Juárez Rivas, al final, lo hicieron a un lado en sus aspiraciones a una diputación local, que podría decirse, la había ganado con crecer, por eso decidió irse.
Pero ya ve lo que acaba de pasar recientemente, Alfonso Barrera Urióstegui, ese que durante buen tiempo dijo buscar la presidencia municipal de Cuernavaca por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que cuando se vio rebasado buscó en todas las otras trincheras comprar algún espacio, sin éxito, además acaba de ser anunciado como el aspirante de Morena a la diputación federal por el primer distrito.
El problema es que con o sin fundamento, hay una serie de señalamientos en su contra, el protagonismo con que suele manejarse ha dado pie a versiones poco honorables, entendemos incluso que parte de ello fue lo que llevó al priísmo a no darle participación, pues en el Movimiento de Regeneración la está encontrando y estimamos que lejos de representar una fortaleza será una debilidad.
Sin embargo, lo menos que se puede decir es que con tal de generar expectativas de crecimiento, ese Partido le abre la puerta a quien sea, sin analizar antecedentes ni valorar consecuencias. Es decir, un caos, nada que tenga que ver con la promesa de hacer de ello una plataforma que establezca la diferencia entre los Partidos, que siguen siendo objeto de desconfianza ciudadana.
Y se observa algo curioso esta vez, Morena lleva una tendencia creciente a nivel nacional, tanto, que en este momento se encuentra prácticamente al parejo con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ambos rondan los 12 puntos, pero en nuestro estado, donde López Obrador ha sido una figura política preponderante, que en su momento fue factor de triunfos de la izquierda, en este momento pareciera no influir mayor cosa.
Ya lo dijimos, mucho tiene que ver la desilusión de aquellos que se la creyeron, pensando que el comportamiento sería novedoso y se equivocaron, de la manera que sea, salvo Jiutepec, donde seguimos considerando que puede ganar, en el resto de los municipios o distritos electorales, casi no pintan, a pesar de la insistente presencia de López Obrador.
Pero a su paso por Cuernavaca y Jojutla, para ofrecer conferencias sobre el tema financiero nacional, a AMLO no le fue nada bien, incluso fue abucheado por sus propias huestes, que le reclamaron el porqué de las imposiciones y dando muestras de intolerancia, a un dirigente de Jojutla lo acusó de priísta. En efecto, ya no mostró el músculo de antaño, en esta capital estatal no logró reunir ni a mil simpatizantes y con todo y acarreo.
PRI: ¿Candidatos para perder?
Aunque en algunas otras trincheras también se aprecian muchas deficiencias y cuadros de escasa o nula capacidad, una de ellas es la del Partido Revolucionario Institucional (PRI), si bien en zonas como Cuernavaca las mediciones electorales les conceden ventajas frente al resto de los adversarios, en territorios como Temixco parecen estar fritos.
La fórmula a la alcaldía es francamente débil, el abanderado, Andrés Huicochea Santaolaya, va en confrontación de otros cuadros del mismo instituto y si la dirigencia estatal no pone orden, igual y serán relegados a la tercera o cuarta posición, porque están partidos en muchos pedazos.
Por claras diferencias en el proceso de elección interna, parece que aquellos que comulgan con el ex alcalde Nereo Bandera Zavaleta, le jugarán a un Partido distinto; el cuestionado candidato a la diputación local por el V distrito, libra igualmente una guerra contra Huicochea y dudamos que entre ellos pueda haber conciliación, son agua y aceite, pero hablando con franqueza, ni uno ni otro tienen nada que hacer en la contienda, están fritos y sólo irán a servir de escalón a otros contendientes.
Habría que decir que en el caso de Andrés, hay otros agravantes que van a pesar, aunque el muchacho, que pareciera no ser mal elemento, poco tiene que ver en ello, es más bien algo así como antecedentes familiares y tiene que ver con ciertos negocios.
Es decir, si algunos opositores le quieren hacer daño, echarán mano de elementos muy sensibles socialmente. Por años han basado su economía en el manejo de negocios del giro rojo, igual y existen aquellos que exageran, pero se habla hasta de trata de blancas y cosas bastante delicadas, que, como reiteramos, ya no son asuntos muy directos de Andrés, pero en esto de la política todo se vale y ya hace rato es objeto de diversas observaciones que le generan escozor dentro del electorado.
Muy difícil tarea tiene el tricolor en este municipio no les vemos “patas para gallo” y además, fracturados terriblemente en su interior y sin unidad, estrategia, acompañamiento, no se puede pensar en cosas grandes, la realidad es que no será en esta vez cuando logren recuperar la comuna a manos del PRD.