Muy frecuentemente, los partidos políticos envían a sus mejores cuadros por este conducto, es decir, buscan garantizar a través de políticos con cierta experiencia, nivel en el debate y compromiso e institucionalidad con sus siglas, de tal manera que evita ponerlos en riesgo.
Para la elección en puerta, podemos mencionar a más de media docena de agraciados que podría decirse, están desde ahora con un pie dentro de la legislatura que tomará protesta el primero de septiembre del año en curso y son los siguientes, porque todos van como número uno de su respectivo listado.
Por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) va quien fuera líder del CDE por unos meses, José Luis Correa Villanueva; en el Revolucionario Institucional (PRI) la primera posición ha sido para Francisco Moreno Merino, aquel que de no haber cometido el error de agredir a las mujeres en tribuna, siendo diputado federal, habría sido senador en este momento.
En Acción Nacional (PAN) aparece Víctor Manuel Caballero Solano, ex secretario de salud en el gobierno de Marco Adame Castillo; Movimiento Ciudadano tiene al ex secretario de turismo Jaime Álvarez Cisneros; en el Partido Nueva Alianza tenía que ir la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) delegación 19, María Eugenia Ocampo Bedoya.
El Partido Humanista lleva a su dirigente Jesús Escamilla Covarrubias, el Social Demócrata a uno de los Yáñez, faltaba más; Encuentro Social tiene a Efraín Mondragón Corrales y Morena a Manuel Nava. El Verde tiene a Javier Estrada González.
Claro, dos o tres pudieran no llegan por insuficiencia de sufragios, como en el caso del PES y el Humanista parecieran los partidos más débiles en el proceso, porque Morena seguramente logrará meterse con uno o dos, pero en lo que corresponde al resto de los arriba mencionados, seguro los vamos a ver en escena.
Dos o tres son ya políticos con experiencia, porque además de contar con una carrera en la materia, ya pasaron por el recinto legislativo local, como en el caso de Correa Villanueva y Estrada González. Por esta vía plurinominal llegarán 12, los restante 18 para completar los 30, irán a pelear la curul en las urnas y en efecto no será nada fácil. Esos 18 distritos seguramente quedarán distribuidos entre las tres fuerzas más grandes, PRI, PAN y PRD, se antoja complicado que algún “chiquito” se lleve una de mayoría.
ADMITE GRACO: MANDOS DEL C-4 Y TORRE MORELOS ESTABAN INFILTRADOS
En otro tema, luego de lo dicho ayer por el gobernador Graco Ramírez Garrido, en el sentido de que cuando asumió el mandato se encontró con que las corporaciones policiacas, incluyendo mandos del C-4 y de Torre Morelos, estaban infiltradas por la delincuencia organizada, pudiera haber un cambio de rumbo en lo que se refiere a expedientes abiertos en casos muy significativos, como en lo relacionado al atentado que sufriera el ahora fiscal general de justicia Rodrigo Dorantes Salgado.
Como se recordara, derivado de aquel desafortunado suceso en el que por fortuna el funcionario la libró, pero no dos de sus escoltas, hay diez ex policías acreditables presos, están amparados y se considera que de un momento a otro se decidirá su situación legal por esa vía.
Garrido Abreu se refirió precisamente el caso, cuando afirmó que eran los mandos del C-4 y de Torre Morelos los que acataban instrucciones de la maña, o sea que a estas alturas, al mandatario ya le quedó claro que los responsables de la agresión no fueron los policías, que recibieron instrucciones de actuar, sino fueron los que estaban en ese momento al mando y oficialmente se les debe tener perfectamente identificados, faltaba más.
Si las cosas son así, que de ninguna manera es descabellado, significa que los pobres elementos han pasado años privados de su libertad sin deberla y lo más justo es que se corrija el rumbo. Y sí existen evidencias en ese sentido, se habló mucho de cómo desde el C-4 se daba la orden a los uniformados de que procedieran contra el hoy fiscal.
De acuerdo, no son culpables del atentado, pero entonces consideramos que lo que se hará es proceder en contra de esos mandos, de otra manera el asunto quedaría impune y tampoco sería la solución. La cosa es ¿siguen esos personajes de negros antecedentes al interior de las estructuras oficiales? O ya quedaron fuera.
Como quiera que sea, tendrán que ir tras sus huesos, porque sería injustificable que se perdonara a unos, porque en efecto, no hicieron otra cosa que acatar la orden, pero no se castigara a los que sí tenían la finalidad de eliminar a Dorantes Salgado. Y si esto va así, ¿cuál sería la responsabilidad de quien estaba al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, hoy comisión, Alicia Vázquez Luna? Porque la señora tuvo que conocer muy bien cómo se dieron las cosas y se prestó a perseguir a los pobres elementos, en lugar de ir contra esos mandos coludidos.
Es decir, lo dicho ayer por el gobernador tendría que cambiar las cosas profundamente en el caso en referencia y si está comprobado -que de otra manera no lo hubiera dicho- no hay vuelta de hoja, los que deben estar al interior del penal de Atlacholoaya son esos sujetos que dirigían las operaciones nada menos que desde el C-4 y Torre Morelos, que era el mismo corazón de las estrategias de “combate” al delito. ¡Fíjese nada más!