Cada trinchera tiene sus números, que lógicamente le favorece a quienes los exponen, pero sus movimientos se suman a la incertidumbre, en una especie de “fuego cruzado” que da fe de la lucha que tendrán que dar, si quieren tomar algunos metros de delantera porque se antoja que van nariz con nariz.
Bueno, ayer en actos casi simultáneos, mientras la aspirante del Revolucionario Institucional, Maricela Velázquez Sánchez, oficializaba la adhesión del diputado local Carlos de la Rosa Segura, ahora ex perredista, el candidato de los amarillos hacía lo propio con media docena de líderes priistas, quienes se dijeron decepcionados por lo que viene ocurriendo al interior de ese instituto político.
O sea golpe por golpe, mostrando mutuamente que piensan llegar a la recta final de la manera que sea necesario. Y es que ambos bandos traen con que pelear, uno lleva todo el apoyo de la administración pública estatal, ella -por lo menos eso se piensa- tiene el respaldo de una dirigencia nacional que seguramente está siendo alimentada financieramente desde la Presidencia de la república, de tal forma que son los que más dinero tienen para buscar llegar primero a la meta.
Pero mientras ellos se vigilan permanentemente, a fin de no ofrecer ningún flanco débil, pareciera que el abanderado del Partido Social Demócrata (PSD) Cuauhtémoc Blanco Bravo hace lo suyo desde una esquina discreta. Viene avanzando sigilosamente, aprovechando el descuido de quienes se consideran más fuertes, por disponer de dinero, estructuras y experiencia en esto de las elecciones.
El famoso “Cuau” busca penetrar en las conciencias del electorado con el argumento de que no es político y por lo tanto es socialmente más confiable. Asegura que no viene por dinero, porque personalmente ya lo tiene, y que creció en medio de la pobreza, por eso entiende y sabe lo que la mayoría del pueblo necesita.
Ayer invitó a los medios de comunicación porque inauguró una nueva casa de campaña al norte de la ciudad y a diferencia de otras ocasiones concedió un tiempo para preguntas de los medios. Habló de algunos temas, aunque sí mostró cierto desconocimiento de otros, pero muy concretamente llamó la atención aquello de que “ya sabemos que los otros preparan su operación para comprar voluntades, nosotros le decimos a los ciudadanos que reciban la lana, que se la claven, pero que voten por mí, finalmente eso es lo que hacen los políticos”.
Sobre el hecho de que algunas organizaciones empresariales y de prestadores de servicios lo excluyeran en los debates, sólo contestó “no lo hicieron porque me tienen miedo y si me llegan a invitar con mucho gusto asistiré”. En otra parte del interrogatorio, reiteró: “mi madre me enseñó desde niño que no hay que ser tranzas, porque a quien mal obra, mal le va”.
Se ve que gradualmente se va a ir metiendo en la contienda, es quien mejor imagen pública trae, su popularidad es tal que no necesita comprar espacios publicitarios. Muy particularmente los medios electrónicos nacionales le dan una cobertura como a nadie más y ello es suficiente para que se vuelva competitivo en esta contienda.
Y se antoja que ni Velázquez Sánchez o Messeguer Guillén le están prestando el interés que se requiere, cosa que le permite ir articulando sus jugadas sin muchas presiones. Y salvo dos o tres expresiones, como que tampoco se han querido meter con él. Los golpes bajos en toda su intensidad están entre los equipos de Messeguer y Velázquez Sánchez.
El candidato del PRD anunció la suma de algunos cuadros priistas, uno de ellos Víctor Román Morales, quien se dijo ex dirigente municipal de la CNOP. Sostuvo que por cerca de 35 años militó y sirvió a los intereses del priismo, pero se va porque jamás le reconocieron su trabajo.
Otro fue Jeremías Guzmán, éste se dijo ser hasta el momento consejero estatal del PRI y delegado en la Plutarco Elías Calles. Ambos traerían consigo cuadros y estructuras para sumar al PRD. Pero como decíamos, en la otra esquina el legislador de la Rosa Segura anunciaba su separación de la fracción parlamentaria del PRD y sumaba activos a favor de la candidata del PRI a la comuna.
Un verdadero enredo, el que seguramente vamos a apreciar con mayor intensidad, a medida que nos acercamos al fin de las campañas electorales y se aproxime el 7 de junio. Algo comenzamos a ver con claridad, que son tres las fórmulas que llegarán a la recta final, las demás han comenzado a rezagarse, sí en lo que tiene que ver con la disputa de la presidencia municipal de Cuernavaca, porque otra cosa muy diferente es la batalla por las diputaciones locales y federales, ahí como que el voto irá en función de la persona, no del partido.
Continuamos viendo que el distrito federal uno se cierra entre el priista Fernando Martínez Cué y el panista Javier Bolaños Aguilar, aunque a nivel de la alcaldía Luis Miguel Ramírez se antoje poco competitivo. Pero en ciertos distritos locales como que los partidos medianos pueden dar la sorpresa, en el IV se perfila Eduardo Galaz, por Movimiento Ciudadano, en los otros tres no se muestra mayor ventaja para alguno de los contendientes. Tricolores y amarillos le apuestan a que los candidatos a la comuna induzcan triunfos a la legislatura local, sin embargo podría darse el voto diferido, porque ambos llevan aspirantes poco conocidos. Como quiera que sea, la elección se pone interesante, aunque priva la consciencia entre los propios políticos de que como en justas anteriores, el abstencionismo se perfila como el gran triunfador, algunos estiman que sólo participará el 30% de los empadronados.