Pero todo indica que mientras pegan con la derecha, cobran con la izquierda, porque la mayoría se la pasan en las calles gritando e insultando al que se les pone enfrente, la pregunta es ¿a qué hora dan clases a sus alumnos?, porque se continúan asumiendo como mentores y ello implica estar al frente de grupos.
Es decir, la absoluta mayoría de los que andan en esos asuntos cobran sin trabajar y eso no puede ser tolerado por las instituciones, así que por todas esas razones, se nos antoja que la decisión oficial de rechazar el diálogo con ellos hasta que se pongan a dar clases, ha sido reconocido por la mayoría ciudadana de este país.
Pero también habría que considerar que el gobierno apechugó y aguantó toda clase de tropelías de la CNTE, muy en particular de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) y de los grupos de Oaxaca, para no enrarecer más el clima de inseguridad y violencia que permeaba principalmente en las tres entidades arriba señaladas, antes del proceso electoral del pasado siete de junio.
Los soportó y hasta anunció que suspendía indefinidamente la evaluación magisterial, uno de los puntos que rechazan esos movimientos, porque saben que andan tan distraídos, que jamás pasarían los exámenes, así que hay que rechazarlos a como dé lugar.
Pero una vez superado el proceso electoral y además, con un resultado como para el partido en el gobierno, todo indica que las cosas van a cambiar y que –ojalá así sea- se endurecerá la mano en contra de esos grupos radicales y extremistas que no luchan por el bienestar ciudadano, sólo por sus intereses muy particulares.
En buena medida, son responsables de la mala imagen que tiene nuestro país en el extranjero, pero igualmente autores de hechos penosos que avergüenzan a todos y que están ocasionando ingobernabilidad, independientemente de otras consecuencias más graves.
Nunca estaremos a favor de la represión o persecución, sin embargo, sí de que las instituciones competentes metan al orden a aquellos que violentan el estado de derecho, porque la agresión no es a las instancias gubernamentales, es para todos nosotros como ciudadanos de este país.
No es posible permitir tanta impunidad y omisión, porque también eso es un delito, se tiene que llamar a cuentas a quienes incurran en alguna falta, como se hace ante cualquier ciudadano, ellos no deben ni pueden tener privilegios, así que en lugar de consentirlos, se les debería, en primera instancia, cancelar su título de maestros, si no se asumen a las normas legales en la nación y además, someter a proceso legal a todos aquellos que hubiesen cometido delito grave.
Si no somos capaces de entender que las leyes son para respetarse, estaremos perdidos, seguiremos viviendo en la anarquía y el desorden, y siendo presas de cualquier rufián que ya le encontró la medida a las autoridades y hace de las suyas cuando le da la gana, eso simplemente no puede ser.
Impepac, ¿elección torcida?
Por otro lado, es muy lamentable ir confirmando paso a paso que el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) no estaba preparado para conducir correctamente las elecciones del pasado siete de junio. Eso lo advertimos mucho tiempo antes, en primera instancia, porque sabíamos de la relación directa que mantuvo la consejera presidenta, Isabel León Trueba, con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su inclinación por esa izquierda.
Segundo, porque poco antes que arrancaran las campañas, se mencionaba que la mayoría de los consejeros estaban en pañales en la materia y eso se reflejaría en los resultados, parece que se cumplen las predicciones, lo que apreciamos hoy día es un tortuoso desaseo, por eso tanta inconformidad de parte de partidos y candidatos.
Bueno, se subió a redes una imagen donde se aprecia que un auto particular transporta –y circulaba cerca del Impepac- una urna, que por cierto va ya abierta, cuando se supone que todo ese material tendría que estar ya resguardado, ¿qué es lo que está pasando?.
Pero ahora, con las revisiones que se vienen haciendo de algunas urnas, por presión de partidos, se constata que aquello es un problema mayúsculo, no hay una contabilidad mínimamente aceptable, se denuncias votos que no corresponden a la casilla respectiva, nulidad de sufragios en excesos, ¿con qué objetivo? Y errores innumerables que muestran el desaseo con que se desarrolló la votación, simplemente es casi insólito.
No es nuevo esto de las impugnaciones y denuncias ante los tribunales luego de una justa como la del domingo pasado, pero generalmente es entre candidatos, que se acusan mutuamente de marrullerías y triquiñuelas para poder llevar agua a su molino cada uno.
Aquí buena parte de las quejas van directamente en contra del trabajo que se supone, debió aplicar el Impepac y que simplemente no hizo, ya sea por presiones de alguna autoridad superior que metió mano para apoyar a algún aspirante, o por incapacidad de los consejeros, el caso es que es una revoltura que difícilmente podrá ser depurada.
Penoso es que se continúe confirmando la participación abierta de elementos del Mando Único apoyando acciones ilegales en las votaciones, es decir, delitos electorales que conforme a derecho, tienen que ser sancionados. Pues no, ahí están los videos, las pruebas y no hay autoridad que aplique las sanciones que corresponden, ¿de qué se trata?.
Pero en el caso del MU hay un responsable, el comisionado de Seguridad Pública, Jesús Alberto Capella Ibarra, porque es seguro que sus muchachitos no habrían movido una mano sin la instrucción superior, de tal forma que habría que pensar en solicitar su renuncia al cargo ante tales anomalías, ¿no le parece?.