Algo comienza a oler muy mal porque conforme a algunas imágenes captadas durante la tarde noche del pasado jueves 11 de junio, los consejeros electorales municipales estaban manipulando unos 40 paquetes electorales y más aún, frente al cúmulo de irregularidades, elementos de la Fiscalía Especial Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), que fueron requeridos, acudieron precisamente al Impepac de Cuernavaca, donde les cerraron el paso.
Esto amenaza con complicar aún más las cosas, porque ante tal suceso, los de la FEPADE decidieron trasladarse a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), para hacer del conocimiento la actitud de los consejeros municipales y como que esas son palabras mayores.
Bueno, el diputado local con licencia y aspirante a la diputación federal Matías Nazario Morales comentó al respecto: “frente a tantas cochinadas, lo más prudente para el propio candidato del Partido Social Demócrata Cuauhtémoc Blanco Bravo sería que se revisaran los paquetes, así no quedaría duda de los resultados y de llegar a conservar la ventaja, sería un presidente municipal más legítimo. Lo inédito es que ya se unieron con el PRD y ambos rechazan el conteo voto por voto”.
Habrá que ver hasta dónde se estirará la liga, porque ya podemos apreciar un conflicto de mayores proporciones, porque sabemos que el CEN del Partido Revolucionario Institucional (PRI) está considerando seriamente solicitar la anulación de la elección en la capital.
Estarían todavía concediendo breve tiempo para que el Impepac estatal acceda, si no sucede así, el posicionamiento comenzará a cambiar y entonces avizoramos una especie de rompimiento entre el partido en el poder federal y la administración estatal.
¿Por qué?, pues desde las diferentes trincheras y niveles del tricolor se sigue culpando de manera directa de todo lo que está pasando a la administración estatal, porque los cuerpos policiacos, en particular el Mando Único, trabajo en función de los intereses electorales del candidato del Partido de la Revolución Democrática.
Pero ¿cuál sería el objetivo buscado al favorecer al aspirante del PSD una vez que se vieron perdidos? Lo que dicen los adversarios es que se ha preferido gobernar con Blanco Bravo, porque presenta mayores debilidades una vez en el ejercicio del gobierno en el ayuntamiento, además de que facilita las cosas rumbo a la elección federal y estatal del 2018.
El asunto es que Cuernavaca aparece mucho más complicada que el resto de los municipios en lo que corresponde a la elección. Claro, acaso Jiutepec, donde el ex priista y ahora perredista Manuel Agüero Tovar también hizo lo que quiso y aún así no pudo asegurar el triunfo. También ahí, si el señor tuviera vergüenza y un poco de pudor, ya habría declinado, aceptado que ni con la compra de votos o quema de urnas logró sus objetivos.
Pero quienes están exhibiéndose hasta el cansancio, son los consejeros del Impepac, lo más prudente y eso tendrán que valorarlo todos los partidos –claro, menos el PRD- es que se haga una sustitución total del consejo, comenzando por la presidenta Isabel León Trueba, porque en verdad, vienen llevando las cosas al extremo como jamás lo habíamos visto.
EN EL ESCRUTINIO SOCIAL, LA LIBRÓ JMB
Y mire lo que son las cosas, a nivel de protestas y reclamos, parecía, mucho antes del proceso electoral, que el alcalde Jorge Morales Barud estaba en el piso, que la opinión pública en Cuernavaca le era muy adversa y que por lo tanto sería arrasado mediante el voto ciudadano en las urnas.
A decir verdad y como están resultando las cosas, su calificación aparece incluso por encima de la del gobierno estatal o federal. ¿Por qué?, pues a pesar de que el tricolor estaría perdiendo -si es que se ratifica mediante conteo de voto por voto el triunfo del Cuauh- quedaría como segunda fuerza, además de que la alianza por la prosperidad se está llevando tres de las cuatro diputaciones locales en la capital.
¿Recuerda usted al gritón aquel Gabriel Rivas Ríos?, pues le advertimos que todo lo que hacía con un grupo de habitantes que se quejaban de todo, era porque quería ser candidato, así fue, contendió por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y desde luego él sí fue derrotado penosamente, era de los que le hacían ruido constantemente al edil.
Pero en efecto, por lo menos a nivel de urnas, Morales debe estar bastante contento, porque un buen número de sus gobernados parecieron validar su gestión. Otra cosa ocurrió frente al estado, el candidato del partido en el poder se iba hasta el cuarto lugar y aquí en territorio cuernavacense perdieron hasta la camisa, es decir se antoja que no ganarán una sola legislatura local y tampoco la federal.
Y del mismo modo, los amarillos se venían colocando en segundo lugar en lo que tiene que ver con el número de votos alcanzados a nivel estatal, los priistas lo estaban relegando, de tal forma, que sí van a tener que revisarse las políticas públicas gubernamentales porque algo extraño viene ocurriendo, en torno a la percepción que una mayoría ciudadana tiene ante el desempeño de esta administración.
Para el gobierno en turno, históricamente se ha tomado el resultado de la elección intermedia, como el examen popular que califica el desempeño de sus autoridades, el último que ganó esta justa fue Sergio Estrada Cajigal en el 2003, porque Marco Adame Castillo perdió hasta la camisa en la elección del 2009. Hoy, los números tampoco son los esperados por el régimen en turno.