Pero no solo eso, también se advierte que las sanciones a que haya lugar se van a ejercer de manera estricta y sin miramientos, o sea, quien falte a impartir su clase ante grupo, recibirá el recorte respectivo en su cheque de pago quincenal, cosa que tampoco están dispuestos a tolerar los que muestran rechazo a la Ley.
Morelos, a diferencia de estados como Michoacán, Guerrero o Oaxaca, donde las cosas han llegado al exceso en lo que toca a la protesta de los maestros, se había mantenido al margen, la resistencia a la reforma era mínima, la disidencia magisterial, como se identifica a quienes comulgan con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) realizaba manifestaciones de 200 o 300 profesores, pero de unas semanas a la fecha, la situación cambió, hace cerca de dos semanas participaron cerca de 15 mil y se aprecia que los “institucionales” también se sumaron a la inconformidad, lo cual complica las cosas.
Por lo que se comienza a apreciar, el conflicto se radicalizará por algún tiempo, porque no vemos en la parte oficial ninguna señal en el sentido de atender sus demandas, que son muy claras, que en Morelos se dé marcha atrás a la reforma y a la aplicación de la evaluación, cuando es un tema ya validado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Pero tratemos de ir un poco más al fondo y en principio diríamos que la postura del gobierno del estado seguramente no es muy agradable para la misma parte oficial, más bien la vemos obligada, como que se encuentra entre la espada y la pared; por un lado, la presión de los maestros que irán seguramente endureciendo sus posicionamientos y por la otra, tener en frente al gobierno federal, cuya instrucción es igualmente indeclinable, “la reforma va y en serio, no hay marcha atrás”.
Y simplemente, a nivel federal no hay muchas razones como para pensar en derogar esa disposición, porque son sólo tres o cuatro estados en la república y de manera parcial, donde hay serios problemas de rechazo, la absoluta mayoría del magisterio en México pudiera no estar muy de acuerdo, pero mantienen la calma
Sólo que ya analizado desde el punto de vista local, pues es otra cosa, aquí y lo decíamos en principio, de pronto creció el enojo y miles de maestros, a lo mejor la absoluta mayoría, determinaron agregarse y actuar con bastante dureza, incluso exponiéndose a posibles sanciones y porqué no, hasta a perder la plaza.
Y ¿cuál sería entonces nuestro pronóstico?, pues que a pesar de los aprietos en los que se está metiendo, la administración estatal pareciera no tener otra opción que apechugar, primero, porque insistimos, es ya una disposición de la corte que advierte de sanciones a quien se resista o la violente, y segundo, porque con toda seguridad, el mismo gobernador, Graco Ramírez Garrido, no querrá asumir una disposición contraria a la Federación que pudiera llevarlo a un conflicto con los niveles superiores de poder, algo que no es deseable, porque se continúa percibiendo un trato bastante conveniente para Morelos, entre el mandatario estatal y el presidente de la república, Enrique Peña Nieto
Es así que ateniéndonos a lo anterior, no vemos cómo las autoridades locales pudieran dar un solo paso atrás sobre la famosa evaluación y entonces le apostarán al cansancio de los mentores, pero para que eso ocurra, seguramente tendremos que padecer muchas marchas, bloqueos carreteros, toma de edificios y todo tipo de reacciones y consignas contra el régimen estatal.
Así como vemos el ambiente, se antoja que el IEBEM y la dirigencia de la Sección 19 del CNTE deberían ya, como en el conflicto del 2008, recurrir a los operadores para ir desarticulando algunos liderazgos y lograr la recuperación del control, que evidentemente ha perdido ya la secretaria general de esa organización, María Eugenia Ocampo Bedoya, porque se ve que sus representados se salieron por la tangente.
Y debiera ser así, porque de otra manera estaríamos en la antesala de otra movilización cercana a la que llevó a un paro que duró cerca de tres meses y que puso en jaque al gobierno de Marco Adame Castillo, a quien por un pelito obligan a renunciar al cargo, por eso insistimos en que se deben tomar estrategias en torno a lo que está pasando, porque el sector educativo local no parece tener otra que mantenerse en la disposición que viene del centro del país.
Otra pregunta sería y ¿donde están esos cuadros capaces de operar y buscar bajar el nivel de rijosidad que traen los profesores como pasó en aquel 2008?, nosotros responderíamos que no los vemos por ningún lado. Para apagar este tipo de fuegos, la maestra Elba Esther Gordillo, que era líder moral del magisterio a nivel nacional –hoy bajo proceso penal- contaba con elementos preparados y aún así, requirió de más de 30 de ellos a fin de ir apaciguando las aguas y a pesar de eso debió soportar los golpes por algunos meses.
Para acabar pronto, localmente no apreciamos recursos humanos de esa estatura como para desarrollar el trabajo que se necesita en materia y pensar que con acciones de contención y represión se pueda resolver, pudiera resultar contraproducente, son muchos y unidos parecen demasiados y capaces de todo. La única ventaja es que ya estamos a unos días del fin del año escolar y el periodo vacacional podría enfriar el ambiente.