Bueno, también validando su expresión en el sentido de que “para algunos niveles de autoridad son invisibles”, difícilmente podremos encontrar un censo confiable en la materia, hay el gobierno estatal o federal, la población indígena no pasa de 90 mil o 100 mil, mientras que para algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) superan las 250 mil personas, es decir la mayoría son invisibles.
Por los elevados índices de marginación en que viven y la nula atención de las cabeceras municipales a fin de apoyarlos para que superen el rezago, se ha generado un movimiento estatal en el que más de media docena de comunidades en esas condiciones, exigen a los poderes aprobar la integración de nuevos municipios.
En esa lista se encuentra en primera línea Xoxocotla, seguida de Tetelcingo en el municipio de Cuautla, Santa Catarina en Tepoztlán, Cuentepec en Temixco y Hueyapan, por citar algunos. Llevan años de lucha y en espera de una respuesta.
No fue casual que en las pasadas elecciones, se diera una radicalización de esos grupos. La queja de líderes en esta propuesta, como Juan López Palacios, es que como nunca, son objeto de desprecio y de olvido institucional.
Ellos acusan igualmente a sus respectivos alcaldes de centralizar los recursos presupuestales y de no compartirles nada a través de obras y servicios, por eso consideran que lo mejor es tomar distancia e intentar la separación. No van a una aventura, han desarrollado todo un proyecto que prevé cualquier inconveniente en caso de convertirse en cabeceras municipales.
Es incluso sorprendente el modelo de ayuntamiento que proponen, porque ya viene calculado con precisión, la manera como se ejercerán los pocos recursos de los que dispondrían y hasta contemplan reducir en un 50% el costo de ciertos servicios o trámites, como en el caso de las actas de nacimiento.
El periodo de ejercicio de un edil o su similar sería de cuatro años, su nombramiento sería por usos y costumbres, es decir la asamblea ciudadana, que tendrá facultades para revocar el mandato en caso de que no se cumplieran los compromisos. Por lo expresado de parte del gobernador Graco Ramírez, en el sentido de pedirle al Congreso local agilidad en esa propuesta que él ya les envió, es previsible que en el corto plazo arranque esta emancipación de pueblos.
Ya superamos el proceso electoral intermedio, también se están cumpliendo los primeros tres años del sexenio, los tiempos y plazos fatales se aproximan y hay que ir sacando los pendientes y éste es uno de los más reclamados y que tienen que ver con una acción mínima de justicia con esos pueblos ancestrales.
Para las alcaldías que sufrirán desprendimientos no será nada fácil, todavía vamos a ver muchas resistencias, pero si el Congreso y el Poder Ejecutivo tienen voluntad de permitirlo, estamos en la antesala de nuevas alcaldías.
Pero la única verdad es que las políticas públicas, tanto municipales como estatales los han considerado muy poco, el rezago que muestran es producto de una marginación intencional por parte de los ayuntamientos, que suelen orientar la mayor parte de los recursos a la cabecera, en detrimento de los pueblos, y así es en todos lados.
Y no sólo es en el terreno presupuestal, políticamente tampoco se les da mucha participación, los partidos políticos les niegan espacios y por eso no tienen representación en los poderes públicos, la emancipación parece pues ser la única vía por la que podrán comenzar a revertir el abandono histórico que padecen.
Pero hay reglas, una de ellas tiene que ver con la densidad poblacional, no todas las comunidades referidas alcanzan esos números; también hay que contar con cierta autosuficiencia financiera, algo más difícil aún, pero decía en su oportunidad López Palacios que ya en estados como Chiapas o Oaxaca se han instituido municipios indígenas con menos recursos y población que ellos, por eso es que no encuentran motivos suficientes como para que se les niegue ese derecho.
Claro, como lo decíamos, son los actuales ayuntamientos, aquellos que están en riesgo de perder territorio, los que no admiten la separación porque tendrán que ceder también cierto porcentaje de su presupuesto anual para los nuevos municipios y eso a nadie le gusta, sin embargo es consecuencia de actitudes y acciones de segregación que ofenden a muchos conciudadanos.
Es previsible que el primero que se convierta en municipio autónomo o indígena sea Xoxocotla, porque ha sido la comunidad que comenzó a abrir brecha en esta lucha, también la que ya cuenta con un proyecto integral y completo del diseño de su administración y ejercicio una vez que las condiciones se les den y se cumpla el sueño y de ahí en adelante, se estarían sumando los otros pueblos inicialmente referidos Cuentepec, Coatetelco, Hueyapan, Santa Catarina o Tetelcingo y los que se puedan sumar, porque una vez abierta la puerta e iniciado el camino, igual y aparecen muchos más. Alpuyeca, por ejemplo, ya padece las mismas consecuencias frente a la cabecera municipal de Xochitepec, todos los beneficios se centralizan en la cabecera y a los demás sólo les dan migajas.