Incluso, el secretario de gobierno Matías Quiroz Medina, quizás previendo los inconvenientes, reconoció que éste debería decidir en cuál posición se quedaba. Sin embargo, hasta ahora, el famoso comisionado no ha dicho “esta boca es mía” y Marín sigue montado en ambos cargos, algo inédito para quienes conocen antecedentes en estos aspectos.
Lo veníamos observando desde hace buen rato. Capella siempre aspiró a controlar, tanto el órgano de prevención del delito, a través de la Comisión de Seguridad, como la investigación y persecución del mismo. Por eso, aparecieron tempranamente los inconvenientes con el ex fiscal Rodrigo Dorantes Salgado, quien al final, tal vez por dignidad, decidió renunciar a la fiscalía.
Se hacían muchos esfuerzos para aparentar un trabajo en coordinación y una relación personal de excelencia, sin embargo personas muy cercanas a Rodrigo siempre se quejaron de que el comisionado lo tenía casi amarrado de manos, que salvo algún secretario de su confianza, el resto de quienes laboraban en esa dependencia en posiciones clave obedecían a intereses de Capella, no a los suyos.
Esta acción descabellada de enviar a Marín, un personaje que, todo indica, viene igual que él, de Tijuana, y además respaldado por 50 elementos del Mando Único como investigadores, da fe de los antecedentes mencionados.
Para acabar pronto, si no se corrige el error, en la prevención y persecución del delito, las huestes del comisionado serán jueces y parte, posibilitando -como advierten abogados- una perversión interior, cuyas consecuencias serían a favor de muchos delincuentes, en lugar de mantener el equilibrio entre ambas instancias.
Hay quienes desde gobierno señalan que Capella aspira a la fiscalía general de justicia, no le vemos sentido, desde su actual posición tiene injerencia directa en las decisiones de la misma, más bien son intereses los que están en juego y busca convertirse en el centro absoluto para todo tipo de negociaciones.
Jesús Alberto tiene ya buen rato en la comisión pero para nada su tarea está completa y la diferencia en algunos rubros de la delincuencia, cuyo número de hechos ha ido a la baja, no tiene mucho que ver con haber erradicado o eliminado las bandas de malandros.
El jefe policiaco busca afanosamente convertirse en el único interlocutor ante los actores referidos, la presencia de Rodrigo le molestaba. De tal forma, que lo más adecuado era obligarlo a dejar la plaza para instalar ahí a alguien incondicional, y el señor prácticamente lo ha logrado.
Por eso nos aventuramos a adelantar que va a recurrir a todo lo que a su alcance esté, para seguir manteniendo todo el control de la seguridad en los 33 municipios mediante el brazo armado del Mando Único. Es parte de lo mismo, el que los ayuntamientos controlen sus cuerpos de seguridad en sus respectivos territorios le quita control a Jesús Alberto, por lo tanto, no se va a permitir y lo veremos apenas iniciado el 2016, cuando entre la nueva generación de presidentes municipales.
Quien se oponga, la sufrirá y en serio, porque el tamaño del interés que hay en medio de todo esto no admite indisciplinas. Todos tienen que estar sometidos y tampoco es por los dineros que la Federación designa a seguridad en las alcaldías.
Que lamentable que la actual legislatura, que afortunadamente ya se va, enredada también en sus intereses y búsqueda de beneficios de última hora, no diga “esta boca es mía” en lo referente a la descabellada decisión del comisionado de pretender mantener en la policía acreditable y de investigación a un incondicional, cuando tendrían que haber sido los primeros en reaccionar. Ya esto es motivo de crítica de parte de muchos abogados, que como conocedores del Derecho, saben que no hay compatibilidad de ambos cargos por una sola persona.
Claro, se advierte de algo muy cierto, igual y se da marcha atrás, en apariencia, porque seguramente enviará ahí a alguien más de su confianza para maquillar las cosas, pero en el fondo estará detrás de las decisiones, tanto en la Comisión Estatal de Seguridad, así como en la Fiscalía General de justicia, de ello no tenemos duda.