Le describíamos lo ocurrido en torno al vehículo Lamborghini tipo Gallardo, 2009, que fue dado de alta en el padrón vehicular mediante el pago de un impuesto de dos mil 133 pesos, y con factura falsa. Eso, hasta donde sabemos, generó la reacción del titular de la SMyT, Manuel Santiago Quijano, quien incluso habría demandado a la parte administrativa el cese inmediato del involucrado, el delegado en Xochitepec Jesús María Mejía Sánchez.
Sin embargo, también se menciona que el sujeto sigue laborando como si nada, no obstante las instrucciones superiores y lo anterior lleva a pensar que en efecto, hay quienes se manejan por la libre en las posiciones medianas y además, por la actitud del responsable del área administrativa, se podría presumir de complicidades.
Pero con todo este rollo de la corrupción en esa dependencia, igualmente se ha podido apreciar que para Santiago Quijano, su permanencia en el gabinete es más por compromiso de amigos que por negocio y que estaría perdiendo mucho dinero.
Como usted sabrá, el señor es arquitecto de profesión, en su oportunidad y con algunas administraciones perredistas, incluyendo al Distrito Federal, tuvo a su cargo obras magnas que le significaban ingresos extraordinarios, sin necesidad de tomar algo ilegal.
El caso es que en Morelos es responsable de una de las instancias más complicadas y donde se mueven fuertes intereses por el monopolio de concesionarios del servicio público del transporte y por más esfuerzos que ha hecho para combatir las complicidades de sus subalternos con los permisionarios, ha sido una tarea imposible, parece que él mismo reconoce que se viene desgastando infructuosamente.
Para completar el cuadro, del mismo modo se conoce que por su perfil profesional, es frecuentemente llamado por sus superiores en el gobierno estatal, para que corrija o supervise proyectos en desarrollo urbano a cargo de la Secretaría de Obras. Para acabar pronto, es quien ayuda a la secretaria del ramo, Patricia Izquierdo Medina, a evitar resbalones, como en los casos de las remodelaciones de las calles Linares y Guerrero, esta última en el primer cuadro de la ciudad.
Lo que gente muy cercana a Quijano afirma, es que pareciera ser el titular de ambas dependencias, sólo que mediante prestación de asesoría gratuita. Pero en buena medida, la corrupción del personal de transportes obedece a salarios, incluso, por debajo de los mínimos y aunque pareciera lo contrario, si de algo adolece esa secretaría, es de un presupuesto más o menos mediano para enfrentar sus responsabilidades. Cuenta con cuatro o cinco inspectores para revisar un padrón por encima de las 30 mil unidades en la prestación del servicio público del transporte, porque no hay capacidad para más, están totalmente fritos, es lo que se afirma en el interior de esa dependencia.
Por lo que cuentan algunos cercanos suyos, si el proyecto del “Morebús” para cuya formalización en el estado habría sido invitado a colaborar, no prospera, lo más seguro es que Santiago Quijano busque regresar a la capital del país o a algún otro estado donde puede dedicarse al negocio de la construcción, que es su fuerte, aquí, por lo visto, no es negocio para él.
El tipo, por lo que se logra apreciar, es de un muy buen nivel, personajes de primera línea del Partido de la Revolución Democrática lo identifican perfectamente, incluso se habla de compadrazgo con algunos de ellos, o sea, sus relaciones le dan para mucho más que ser secretario de una dependencia tan complicada como la de movilidad y transporte, y en una entidad pequeña como la nuestra.
Ahora bien, si le dieran todos los instrumentos –recursos humanos, equipos, vehículos, facultades- para tomar decisiones y buscar someter al orden a la anárquica situación del transporte colectivo en Morelos, igual y ya habría logrado avances importantes, pero se ve que lo tienen muy limitado. Ya para que algunos delegados municipales como el de Xochitepec le estén “picando los ojos” y no lo pueda despedir, es porque enfrenta obstáculos bastante poderosos.
Pero la realidad que se vive en la vía pública con tanto desorden en el transporte parece imposible de resolver, todo mundo sabe y la secretaría lo reconoce, que existen cientos, tal vez miles de taxis operando de manera ilegal, porque adolecen de permisos y placas para tal efecto, nadie muestra el tamaño como para combatirlos.
La mala calidad en la prestación del servicio a los usuarios es otro cáncer que se antoja incurable, algunas rutas continúan utilizando unidades de modelos viejos, no obstante que la Ley en la materia dispone que sólo autobuses o micros con diez años o menos de vida, pueden hacerlo, ¿quién hace respetar esa Ley?.
Lo anterior le da derecho a muchos a pensar que hay quienes, desde la Secretaría de Movilidad y Transporte se están beneficiando con eso del “pirataje” y los automotores de desecho, simplemente no se puede encontrar otra explicación y a todo eso le llamamos corrupción.
La dependencia por instrucciones superiores contrata ya una empresa que desarrollará un estudio y encuesta para ver cuál es el sentir ciudadano en torno a la calidad del servicio público del transporte que se le ofrece en el estado y de acuerdo a las respuestas, que se adelanta, serán de absoluta desaprobación, se echará a caminar un proyecto de modernización del mismo, que entendemos, transformará radicalmente el esquema vigente. Si es para bien, qué bueno, porque pareciera no haber poder que logre combatir tantos vicios e irregularidades.
Es un riesgo viajar en unidades que ya deberían estar en el deshuesadero y que sin ninguna explicación válida y coherente se mantienen en las calles, simplemente no es aceptable, ¿no le parece?