Bueno, las cosas se complicaron cuando cuatro mujeres sujetaron a igual número de policías que resguardaban el inmueble, mientras otros se abrían paso retirando los obstáculos que tradicionalmente se instalan a fin de controlar los accesos. Un número nutrido de enojadas personas se lanzaron contra las puertas de acceso al interior de la Cámara y como a los informadores nos gusta estar ahí muy cerca de los hechos, pues nos tocó una fuerte rociada de gas que lanzaron con un extinguidor.
Y es que se habían roto unos vidrios y estaban a punto de abrir la puerta; como que fue un último recurso de los agentes de seguridad, que efectivamente funcionó, porque se hizo el corredero hacia las escaleras de salida a la calle, pensando que podía ser gas lacrimógeno, afortunadamente no, pero créame que de todos modos es desagradable, sabe muy amargo y a la mayoría de los que ahí estábamos casi nos lo echaron en la boca.
Habría que agregar que para la mayoría del gremio periodístico que estaba ahí con los rijosos, se les impidió entrar a la sesión solemne, porque las órdenes fueron que no entrara nadie, ante la posibilidad de que se colara algún rijoso, así que debimos aguantar ahí, hasta que los señores engalanados terminaron sus discursos de posicionamiento, que seguramente fue la parte aburrida como en cada arranque de legislatura, así que a pesar de la rociada de polvos químicos, valió la pena estar ahí.
Lejos están aquellos tiempos en los que este tipo de eventos eran algo así como una verbena popular, porque como los tres poderes estatales se daban cita para dar fe de la toma de protesta de los nuevos diputados, se formaban vallas de gente común entre los palacios Legislativo y Ejecutivo y ya en torno al quiosco y en Plaza de Armas, se vendía toda clase de antojitos mexicanos. O sea, era una fiesta popular que daba fe de una relación de mayor entendimiento entre el gobernado y sus autoridades.
La cosa hoy día es bastante diferente, alejada de los liderazgos y por la falta de compromisos cumplidos con aquellos que, cuando van a las urnas, son toda amabilidad y decencia, pero una vez en el cargo, sufren increíbles transformaciones. Sin embargo, podríamos decir que en lo que se refiere a la asunción de la nueva legislatura, pagan justo por pecadores.
Ellos todavía no han tenido la oportunidad de demostrar en los hechos que harán un esfuerzo distinto, por lo tanto, esta cólera colectiva, que desde luego tiene razones fundadas, es por la decepción de pasadas legislaturas, de espectáculos, a veces penosos, entre fracciones y negociaciones a espaldas de la ciudadanía con los otros poderes públicos a fin de beneficiarse mutuamente.
Lamentable que esto comenzara así, sin embargo, es un mensaje bastante claro, hay un cansancio contra cualquier tipo de autoridad o representación, las cosas no andan muy bien, la marginación, la mala calidad de los servicios por parte de estado y municipios, a pesar de los altos impuestos que se pagan, son sólo algunos de los factores que llevan a multiplicar inconformidades.
Los políticos deberían reflexionar sobre lo que está ocurriendo, tiene que haber un cambio de actitudes y de comportamiento, seguir afectando los intereses del pueblo nos puede llevar a escenarios más complicados, tendrá que comenzar a haber un poco de prudencia antes de que la situación empeore aún más, sin embargo, no vemos por dónde pueda darse, hay quienes llegan al recinto sin mayor compromiso y con la única intención de sacarle raja personal a esta oportunidad.
Claro, tampoco significa que los diputados sean responsables de todos los males que nos aquejan, en cuestión de economía y desarrollo, ni siquiera la presidencia de la república, son efectos de una contracción financiera mundial, pero en lo que a ellos les corresponde, tendrían que tratar de cumplir cabalmente con sus responsabilidades.
Por lo menos la anterior legislatura tuvo la cordura de desistirse de aprobar la concesión del alumbrado público municipal y de la basura, sólo le entraron al nombramiento de magistrados y del fiscal anticorrupción. Seguramente advirtieron del gran problema social que causarían, porque ese día, grupos fuertes de protesta los andaban siguiendo para impedir que consumaran lo que a juicio de las mayorías, está mal.
En el caso del alumbrado público, el foro que se realizó el jueves pasado sí mostró que la empresa N. L. Tecnologies haría un enorme negocio. Concretamente en el caso de Temixco la concesión a 20 años por 90 millones de pesos no ofrecía ninguna seguridad en calidad y mantenimiento, o evolución tecnológica. Otras empresas dijeron dar más calidad con 15 millones de pesos y en tres años, para no hipotecar a los siguientes ayuntamientos.
Pues por lo menos en tribuna, quienes ofrecieron su posicionamiento a nombre de sus respectivas fracciones parlamentarias, se comprometieron a modificar el comportamiento al interior del Congreso y a mantener cercana la relación con el ciudadano. Julio Yáñez, del Partido Socialdemócrata, abordó temas bastante delicados, que tienen que ver con el clamor popular, dijo estar dispuesto a apoyar cualquier determinación que abone en la recuperación de la seguridad, la generación de empleo, la economía y la educación, iremos observando hasta dónde da cumplimiento a su palabra, porque no es nada fácil.
Tocó al secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, asistir con la representación del Poder Ejecutivo, porque en efecto, las condiciones no estaban dadas como para que el gobernador Graco Ramírez estuviera presente, había muchos deseos de violencia y de ajuste de cuentas por parte de ciertos grupos antagónicos a todo aquello que huele a gobierno.