La más reciente declaración del equipo de trabajo suyo fue en el sentido de analizar la propuesta estatal, con la condición de que el comisionado estatal de seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra sea sustituido de su cargo, cosa que vemos casi imposible, porque es el de las confianzas en Palacio.
Pero como que ellos conocen esta parte de Capella y por eso se aventuraron a que no sería ni valorada por la contraparte y entonces significa que la determinación continúa siendo el no al Mando Único. Sin embargo, desde el interior del Ayuntamiento han empezado a surgir algunas versiones que no son para nada descabelladas, en el sentido de que desde el edificio gubernamental del Centro Histórico, se viene “trabajando” a fin de “convencer” a la mayoría de quienes formarán parte del próximo Cabildo.
Pero no sólo eso, se asegura que ya se tiene el control de nueve de los 15 integrantes y eso significa la mayoría, que por lo tanto, aún en contra de la voluntad de Blanco Bravo, los regidores estarían aprobando continuar con el convenio del Mando único.
Usted quizá recuerde que al iniciar trabajos la actual legislatura local amenazaba con rebelión, mediante lo efímera integración de un bloque de 24 diputados en lo que denominaron ellos mismos el Grupo de los 24 (G-24), pero antes de tomar la protesta de ley, se desvaneció porque gobierno del estado operó su desintegración y en cuestión de dos horas.
Es de considerar que para los operadores de Palacio, resulta mucho más fácil “convencer” a buena parte de los regidores electos para que apoyen la continuidad aquí de dicho modelo policiaco, cosa que ya en este momento, se da por hecho.
En la administración municipal saliente están muy bien enterados de los movimientos y acciones que vienen impulsando sus sucesores y si desde ahí se afirma que más de la mitad del Cabildo venidero ya negoció con personeros de la administración estatal, es porque algo hay de veracidad.
Reiteramos, no podemos perder de vista que por encima de declaraciones y posiciones en temas como el policiaco, será en sesión, donde el Cabildo en pleno habrá de aceptar o rechazar firmar el acuerdo del Mando Único y si la mayoría dice sí, el mismo alcalde en turno no tiene nada que hacer, es la mayoría la que manda.
Durante algunas semanas la atención de los que se espera, tomen el mando de la comuna capitalina a partir del primero de enero, estuvo centrada en el dictamen que la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitiría, respecto a la validación o no de los resultados electorales a favor del Cuauh y como que se descuidaron otros aspectos igualmente significativos como el referido.
Es decir, se convirtió en un distractor, mientras desde la trinchera de enfrente, se operaba políticamente a fin de asegurar la continuidad del Mando Único en contra de algunas voluntades y por lo visto va fructificando, porque el deportista y su equipo no lo previeron.
Y es entendible, en particular Cuauhtémoc no sabe de estas cosas, una de las fortalezas que lo llevaron al triunfo es su grado de inocencia y pureza en lo que tiene que ver con la política a la mexicana, no sabe de tranzas y componendas entre políticos, pero aquí sí sería grave que le pasaran por encima sus propios regidores, en un claro compromiso con Palacio.
Blanco Bravo y su gente tendrán que estar más atentos, a lo que pasa en relación al comportamiento de aquellos a los que consideran aliados. Se decía que con la suma de dos regidores del Partido Acción Nacional (PAN), se perfilaban como mayoría, pero lo que se comenta ahora es lo contrario.
Es lógico que desde Palacio no se cruzarían de brazos para esperar que les echaran a perder el negocio del Mando Único, sobre el cual se ha visto un interés casi exagerado. Había que aplicar estrategias diversas para darle la vuelta al próximo edil y se antoja que ya se tiene amarrada una bastante segura.
Y si esto resulta cierto, pues en lo sucesivo, desde el estado se podrá manejar la mayoría en los cabildos para sacar adelante temas que a ellos les interese, o en su caso, rechazar los inconvenientes, lo cual sería bastante delicado, algo así como un obstáculo a fin de empujar hacia la parálisis de la comuna, por eso decimos que no es cosa menor.
Por si fuera poco, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sigue con la impugnación, va por la última instancia, la sala superior del tribunal electoral. Y entonces significa que los mantendrán entretenidos por mucho más tiempo y eso facilita las cosas a los operadores del gobierno del estado.
Sería muy lamentable que el nuevo presidente municipal quedara atrapado entre los miembros de su Cabildo, imposibilitado para aplicar sus propias decisiones y rebasado por las circunstancias, cosa que se traduciría en un golpe de imagen a su persona.
Qué bueno que no es político, como lo dijo él muchas veces en campaña, sin embargo debe contar con cuadros que sepan mucho de eso, para que le prevengan de posibles golpes y traiciones, de otra forma sería muy vulnerable ante sus adversarios, que lo advertimos, no tendrán ninguna compasión y cada vez que le puedan meter gol, lo harán y además cacaraquearán el huevo. Ya lo veremos.
Los políticos tradicionales se conducen mediante acuerdos e intereses, ya se perdió hasta la convicción partidista, de ello somos testigos en cada proceso electoral, cual chapulines, brincan de una trinchera a otra, casi todo se arregla con dinero y aquí no será distinto, por ahí van las cosas en lo referente al próximo Cabildo.