Uno de los cercanos del recién electo presidente del CDE dijo a La Unión de Morelos que “estamos viviendo una situación muy desagradable, el presidente saliente, Oscar Velasco simplemente no quiere entregar, porque está dejando un desaseo total, se llevaron todo lo que había y también las pocas participaciones que le corresponden”.
Pero la decisión, una vez que los bloques han tomado distancia, es que van por las posiciones que tienen algunos personajes de la “sagrada”, es decir, la hasta ahora coordinadora del grupo parlamentario de Acción Nacional en el Congreso local, Norma Alicia Popoca Sotelo, será bajada del caballo y en su lugar va el diputado Carlos Alanís.
Independientemente de lo anterior, aquellos personajes que aparecen como figuras cerradas del panismo histórico, el que se distinguió por el control absoluto del partido y de sus espacios, quedan fuera. Es decir, hablamos del ex gobernador Marco Antonio Adame Castillo, Sergio Álvarez Mata, Oscar Sergio Hernández Benítez, Adrián Rivera Pérez, la diputada Emma Margarita Alemán Olvera -cuñada de Adame- y el mismo diputado federal Javier Bolaños Aguilar, que porque lo quisieron jalar para que apoyara el proyecto de Terrazas y nunca respondió.
Para acabar pronto, el 90 por ciento de quienes le dieron vida al grupo de la “sagrada familia” van a quedar volando. Esa es la decisión de quienes se hacen cargo de esta nueva etapa del blanquiazul y en contrario, quien -dicen- tiene las puertas abiertas para regresar si quiere es el ex gobernador Sergio Estrada Cajigal Ramírez.
Y uno de los que se la jugó en serio con Juan Carlos fue Oscar Cano Mondragón, por lo tanto, queda muy bien y es una de las figuras que se perfila como cuadro valioso en lo sucesivo. El golpe que se les dio fue mortal, ellos lo saben, porque de acuerdo al testimonio de algunos que van con el proyecto nuevo, más de uno no podía ocultar su desánimo cuando se conocieron los resultados.
Igual y es exagerado, pero se sostiene que el ex candidato a la gubernatura Adrián Rivera Pérez llegó con muestras de que había llorado, porque sabían el tamaño de la derrota que les encestaron. Y mire que ésta tenía que ser la única forma de ir dejando en el pasado esa negra etapa que padeció el partido.
Un caciquismo para muchos inaceptable, porque el instituto era algo así como una franquicia que les pertenecía a unos cuantos que se despachaban con la cuchara grande y utilizaban a las estructuras inferiores para lograr sus ambiciones en política.
A menos que nos equivoquemos, sus épocas de “vacas gordas” pasaron a mejor vida; tendrán que buscar una estrategia alternativa, porque se quedaron fuera del PAN.
Quién lo dijera, pero las cosas cambian tan apresuradamente, que generan sorpresas como ésta.
Porque como quiera que sea, el panismo en Morelos logró ganar la gubernatura y ejerció el poder estatal durante dos sexenios. Claro, nunca supieron ganarse la confianza ciudadana ya en el mandato. Por el contrario, apenas llegaron y comenzó la desilusión.
Como candidato a gobernador, Sergio Estrada Cajigal llegó con mucha legitimidad, sin embargo, buena parte del equipo del que se rodeó no le ayudó nada. Al contrario, estuvo a punto de ser destituido por juicio político ante evidencias de actos de corrupción y presunciones de complicidades con la delincuencia organizada.
Habría que aceptar que cuando desde el gobierno federal le quitaron de en medio a Eduardo Becerra Pérez, Secretario de Gobierno, y a su jefe policiaco José Agustín Montiel López, pudo medio enderezar las cosas, logró cierto nivel de desempeño y hasta pudo empujar a Marco Antonio Adame Castillo para que lo relevara, sólo que éste volvió a ser reprobado –a juicio de la ciudadanía- y ya no logró refrendar la posición para el PAN.
Pero si algo hizo daño a los azules fue la concentración de poder en unas cuantas manos, despreciando la aportación de sus cuadros. A costa de lo que fuera controlaron el CDE y desde ahí hacían de las suyas, pero esta vez se confiaron y no midieron el alcance de lo que venía.
Sin embargo, se menciona dentro del grupo de ganadores que en buena medida se volvieron de escritorio, se les acabó la fuerza y la pasión partidista de aquellos tiempos de oposición, de tal manera que no salieron a la calle, a los pueblos y comunidades a pedir el apoyo para Oscar Velasco y cuando se dieron cuenta, ya les habían dado la vuelta.
Se dice además, que tampoco MAC quedó ya muy bien posicionado, porque a nivel federal se la jugó siempre con Gustavo Madero y la perdió. Intentó buscar algunas carteras en el CEN, pedía la secretaría de información para su hijo Juan Carlos, quien fuera diputado federal, pero le respondieron que podía ser, pero que sería la única y prefirió declinar.
Por eso les entró escalofrío cuando fueron desplazados de la dirigencia estatal en la entidad, ya que cuando se quedaban sin espacios en el régimen político local y nacional, se refugiaban en el comité y de ahí vivían cinco o seis “sagrados”. Pues eso se les acabó y en serio.
Y como entre las facultades de la dirigencia estatal está la de nombrar al coordinador de la fracción parlamentaria en el Congreso local, pues ya determinaron que Norma Alicia se va. Pero por encima de ese grupo que llevó a la derrota al PAN, más bien pudiera estarse entrando en una nueva época, porque al menos por ahora, los que llegaron aseguran que ellos sí van a ampliar los espacios de participación política a líderes naturales, para darle fortaleza al instituto, de tal manera que pudiera ser un parteaguas positivo.