Como se recordará, una modificación hecha por el Poder Legislativo local cambió las fechas de la rendición de cuentas del gobernador en turno a febrero del siguiente año, con la finalidad de que se ofrezcan a los gobernados datos completos sobre el ciclo objeto del análisis.
Y por esos motivos, según se nos ha informado, todas las dependencias gubernamentales están conjuntando datos y cifras respecto a lo que pudieron desarrollar durante este 2015, por lo que aún en medio de festejos y puentes de asueto, los responsables de las secretarías de despacho tienen que estar trabajando.
Pero en lo que toca al año en curso, lo más relevante fue la elección intermedia del pasado siete de junio, en la que los electores renovaron el Congreso local y los 33 ayuntamientos.
En el primer caso, ya los diputados asumieron el cargo el pasado primero de septiembre, y en lo que toca a los ediles, harán lo propio este primero de enero.
Lo más novedoso de esa justa fue la victoria, que por la vía del Partido Social Demócrata (PSD), lograra el famoso futbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo en la capital del estado y que hasta el momento es materia de controversia, polémica y hasta confrontación con algunos otros poderes o personajes de la vida política.
En el resto de los espacios que estuvieron en juego, no se presentaron grandes sorpresas; si acaso un achicamiento de las representaciones partidistas en la cámara local, como en el caso del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que de haber tenido casi la mitad de las curules en el trienio anterior, pasó a cerca de una cuarta parte.
Pero también el Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) sufrieron bajas, porque algunos partidos en ascenso pudieron quedarse con uno o dos legisladores, o por inclusión de nuevos partidos, como en lo que toca al Humanista.
Respecto a los ayuntamientos, el mapa sigue siendo multicolor, porque la ciudadanía sigue buscando nuevas opciones con la esperanza de que le vaya mejor, aunque en ocasiones se arriesga al retroceso. Sin embargo, está en su derecho.
Pero en este año también se presentaron ciertas dificultades para poder consolidar proyectos e inversiones, sobre todo de carácter federal, por negativa o resistencia de aquellos que por alguna razón se sintieron afectados, y en ese tenor no lograron mayor avance acciones como la construcción de la autopista Siglo XXI, la apertura del paso exprés Cuernavaca o la ampliación a cuatro carriles del tramo de autopista La Pera-Oacalco.
Con empujones y lo que usted quiera, en lo que toca a la siglo XXI y el paso exprés, como que ahí van las cosas. Si bien se continúa teniendo retraso en las metas iniciales, se advierte que finalmente podrán cumplirse, así sea a destiempo.
En lo que toca al paso exprés, ya los que impedían su avance aceptaron la negociación de pago por los inmuebles que serán desplazados y entonces es de pensar que en el primer trienio del 2016, pudiera estar listo ese acceso, tan importante para agilizar el tránsito vehicular.
Sobre la Siglo XXI aún hay problemas en la última parte del trayecto, ya por el rumbo de Tlaltizapán, pero se estima que también se superarán. Sin embargo, en lo que toca a este proyecto, hablamos de más de 60 kilómetros y eso lleva a considerar que tal vez no se concluya esa parte programada durante el año entrante, pero sí se avanzará mucho.
Donde francamente parece que las autoridades darán marcha atrás es en lo tocante a la ampliación La Pera-Oacalco. Los tepoztecos lograron un amparo que tiene paralizadas las acciones desde hace meses y ya a nivel de discurso ninguna autoridad hace referencia al caso, lo que lleva a pensar que están bajando los brazos.
Es una pena, porque se trata de un trayecto bastante transitado. Muchos visitantes con rumbo a la zona oriente del estado la utilizan, además de mucho transporte de carga, que es el factor a resolver, porque se trata de automotores grandes y pesados que son los que provocan todo el conflicto vial.
Pero buena parte de los habitantes de Tepoztlán argumentan que la ampliación genera daños al entorno ecológico y por eso decidieron oponerse, igual, y se trató de un intento fallido y un pendiente que no se resolverá por lo menos en el corto plazo.
Todo esto significó para Morelos una afectación económica de grandes dimensiones, porque sólo en esas tres obras la inversión es de siete u ocho mil millones de pesos, que representan un considerable número de oportunidades de empleo en situaciones tan difíciles como las actuales.
No sólo eso, también dinamizan el flujo financiero en forma interesante, porque el circulante llega a muchos más beneficiarios. Qué decir de los beneficios de contar con una autopista del tamaño de la Siglo XXI, que conectará a la entidad con puntos estratégicos de comercio y turismo en esta zona sur sureste del país.
Es desarrollo, progreso y dinero para muchas familias, pero ciertamente que hay aquellos a los que por alguna razón les afecta y es lógico que reaccionen en contra. Sin embargo, lo más sano para Morelos es que en el 2016 se desatoren y se alcance el fin previsto.
Luego de esos mega proyectos, anunciados desde el mismo inicio de las administraciones federal y estatal, no vemos posibilidades de algunos otros de tal importancia en los tres años que les resta de ejercicio. Por eso lo más prudente es que al menos se puedan aterrizar; de otra manera, las cosas no irán muy bien que digamos, y que la contracción económica nacional y hasta mundial producirá una baja presupuestal drástica.
Hay que aceptar lo que ya se encuentra comprometido antes de que se arrepientan, porque igual y con tanto conflicto, optan por retirar las inversiones.