Los niveles de pobreza se disparan por todos lados y la brecha entre las clases populares y los políticos, partidos y poderes es cada vez más ancha. El obrero o el campesino viven con dos mil o tres mil pesos al mes, pero los gobernantes derrochan recursos sin límite.
La sociedad, con sus impuestos, es la que financia los excesos de las generaciones de “servidores públicos” en el gobierno y son éstos los que se lo gastan sin el mayor esfuerzo, por eso el descontento y malestar es cada vez más creciente, porque no hay una corresponsabilidad ni sensatez en el quehacer gubernamental.
Estos tiempos actuales son un claro ejemplo de la falta de responsabilidad y ética de los gobiernos, las desmedidas ambiciones los llevan a casos extremos, a fin de conservar privilegios, autoridades y delincuentes parecen comer en el mismo plato. Además, sin el menor rubor, son capaces de llegar al exterminio de los contrarios, porque se perdió la moral y el respeto, estamos como pueblo en lo más profundo del hoyo, que sin embargo amenaza con tener más fondo.
Si bien la situación no es para nada cómoda a nivel país, Morelos parece enfrentar circunstancias mucho más complicadas, porque no hay en este momento proyectos de desarrollo de alcance social que pudieran generar la esperanza de un mañana mejor, la obra pública local se encuentra prácticamente paralizada.
Entidades vecinas como Puebla o el Estado de México hablan de cifras de inversión de carácter social de 60 mil u 80 mil millones de pesos, aquí acaso son de dos mil o tres mil millones, que en una distribución equitativa en todo el territorio estatal, acaba siendo simbólico.
Desde luego que la comparación se antoja burda, por la misma dimensión presupuestal de cada estado, sin embargo el trabajo de gestión lleva a otros gobiernos a alcanzar objetivos de tal magnitud, que en una sola acción pueden llevarse el equivalente de nuestro presupuesto orientado al apoyo social de todo el año.
Las cosas son difíciles en todos lados, sin embargo, como que aquí nos seguimos quedando en el pasado, porque aún el vecino estado de Guerrero, más allá de los problemas de pobreza que tiene en buena parte de su territorio, viene evolucionando mucho más rápido que nosotros en muchos rubros, particularmente en zonas turísticas como Acapulco, Zihuatanejo o Chilpancingo, la capital.
¿Qué está pasando?, en buena medida, los sucesos relacionados con hechos violentos sí han causado una merma en la afluencia turística, lo dicen los prestadores de servicios, pero ello igualmente impacta en el nivel de interés de inversionistas de la iniciativa privada y por el contrario no pocos negocios continúan cerrando por incosteabilidad o por presiones de la delincuencia.
Un caso específico es el del parque de aventura Beraka, ubicado en el municipio de Xochitepec, a pesar de ser una inversión bastante fuerte, cerró sus instalaciones hace ya cuatro o cinco meses, sólo desarrolla algunos eventos musicales y artísticos, y como ese caso hay más. Pero los políticos no sufren, continúan pegándole a la gallina de los huevos de oro, manejando la cosa pública al antojo y en evidente complicidad de poderes públicos. Eso sí, se molestan cuando alguien levanta la voz para decirles sus verdades.
DIRIGENCIA ESTATAL DEL PRI ¿HASTA JULIO?
Por otro lado, todo indica que la reestructuración en el CDE del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Morelos se irá hasta la segunda mitad del presente año, hay señales del CEN que, en ese sentido, indican que para el partido en el poder, la prioridad es sacar en buenos términos las elecciones en 12 estados de la república.
Hacemos referencia a este asunto, porque ya hay algunas corrientes y grupos que comienzan a presionar y hasta advierten que el proceso de sustitución de mandos en el partido está por comenzar, la verdad es que no hay tal, el momento no es el adecuado.
Y es que a través de algunos priistas con cercanía al dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones, sí existe la intención de dedicarle el espacio y el tiempo a la reestructuración partidista en Morelos, con la idea de fortalecer al instituto, a fin de que llegue en buenos términos a la justa del 2018, donde buscarán por fin y luego de 18 años, recuperar la gubernatura, sin embargo por todo lo que pasa a nivel nacional, Rodolfo Becerril Straffon parece que seguirá al frente cerca de medio año más.
Aquellos que ya quieren o vienen abriendo fuego pudieran quedarse gritando en el desierto, a pesar de que ya cuentan con muchas desafortunadas experiencias, por no entender que para las ligas mayores, hay prioridades a resolver y hoy están en una lucha abierta por mantener sus gobiernos en la mayoría de las entidades y bajo esa visión Morelos no figura.
En efecto, el tricolor parece ir de nueva cuenta a una oportunidad más para recuperar el ejercicio del poder a nivel de gobierno del estado, la vio cerca en el 2015, pero al final se le fue por la izquierda, para el 2018 las cosas no le vienen tan mal, desde ahora se da por un hecho que el Partido de la Revolución Democrática está fuera de la pelea, los rivales a vencer serán más figuras que partidos, igual y algunos aspirantes por la vía independiente como el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez.
También, por qué no, la eventual sobrevivencia del edil capitalino Cuauhtémoc Blanco haría sufrir a cualquiera si decide aspirar al siguiente nivel: la gubernatura, pero sí eso no sucede, pues en efecto, estarán otra vez tocando las puertas de Palacio, pero para eso necesitan un partido fuerte y unido, lo pudieran lograr, pero en una renovación que deberá esperar qué sucede en la lucha por los 12 estados en juego, ¿no le parece?