Como que su ascenso empezó a tomar forma por ahí por el comienzo de la presente semana y en cuestión de dos días, logró montarse en la cúspide, haciendo a un lado aquellos que casi la sentían segura, porque contaban además con algunos apoyos visibles.
Fue incluso ya poco antes de que iniciara la sesión en la que se eligió al titular, cuando se decía que las cosas estaban definidas, que venía Olivares y aquello tomó indicios de convencimiento cuando vimos que algunos personajes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde el señor imparte cátedra, hacían presencia, uno de ellos el director de la Facultad de Derecho, Raúl Vergara Mireles.
Bueno, entre los concurrentes, unos de éstos aspirantes al cargo, se especulaba precisamente respecto a quien traería la bendición. Dos que tres ya se la daban a la doctora en derecho Clara Soto Castor, pero Vergara replicó “no, quien va es Jorge Arturo”. Y en efecto, él sabía porque estaba ahí, ya le habían pasado la información.
En materia legislativa aquellos puntos y decisiones de trascendencia, son consensuados antes de entrar en sesión o en tribuna, los acuerdos se dan a puerta cerrada e incluso ahí mismo se programan las intervenciones de los legisladores, incluyendo aquellas que cuestionan los resultados y ya cuando se está en el pleno, sólo se reproducen los convenios.
Ayer lo vimos claro, cuando cada líder de su fracción parlamentaria subió a mostrar su posicionamiento, la mayoría de ellos simulando que aún no sabían a quien favorecería la votación, Jesús Escamilla Casarrubias fue el único que habló claro, anticipó que la decisión estaba tomada, que sería un hombre el sustituto de Lucero y hasta agregó, “podría decirles el nombre, pero mejor aguántense tantito, de todos modos en un momento más lo sabrán”.
Pero el número de votos con los que ganó Olivares, pareciera indicar que ni el bloque completo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) votó por quien se supone era su candidata, la doctora Soto Castor, que sólo obtuvo tres sufragios. ¿Cómo es que pudo pasar eso?
Es decir, de los 27 diputados que asistieron a la sesión, 24 apoyaron al hoy presidente de la CDHEM, tres a Soto y uno a Sara Olivia Parra. De que ganó con amplitud, no hay duda, pero la inquietud es por saber ¿cómo es que las cosas salieron de esa manera, cuando se entiende que los perredistas, por ser el partido en el poder domina frecuentemente esos escenarios?
O es que acaso ¿no era ella la candidata del gobernador? pudiera ser, lo malo es que la dejaron llegar hasta el final y mire que cuando concluyó la elección, desde tribuna se soltó contra los legisladores, afirmando que aquello había sido un fraude, una grosería contra el resto de los participantes, acusando al ganador de no reunir los perfiles para desempeñar la posición.
Su cuñada, la coordinadora del grupo parlamentario perredista, Hortensia Figueroa Peralta también dio muestras tempranamente de que habían perdido el proceso. En tribuna dio una serie de explicaciones y se lamentó de que la familiaridad política con ella hubiera sido un factor determinante en la elección. O sea, de alguna manera se excusaba ante Clara, pero ésta de todos modos, igual que hizo Juan Juárez Rivas y Patricia Bedolla, otros miembros de la lista, desde la tribuna lanzaron todo tipo de descalificaciones, calificando aquello como una burla.
Hortencia seguía preocupada por el estado de ánimo en que se encontraba Soto Castor, que en ese momento daba declaraciones a los medios, abundando en datos y motivos de su enojo, se trasladó hasta donde se encontraba y le dijo “yo estoy haciendo fila de espera para verte”, seguramente la intención era tranquilizarla.
La crítica más fuerte a Olivares es en el sentido de que nunca se le ha identificado como defensor de los derechos humanos, buena parte de sus actividades profesionales las ha desarrollado al interior de la UAEM, aunque sí ha ocupado algunos cargos de administración, acompañó a quien fuera presidente municipal suplente en Cuernavaca, Rogelio Sánchez Gatica, al final del trienio de Manuel Martínez Garrigós.
Como quiera que sea, de que supo hacer su tarea, ni que decir, convencer a la mayoría de la legislatura no es cosa fácil, porque hay quienes sostienen que no fue producto de una negociación entre los tres poderes y que más bien surgió del seno de la comisión de derechos humanos del Legislativo.
Lo que son las cosas, mucho se especuló en el sentido de que la familiaridad política de Soto Castor con Figueroa Peralta sería factor determinante para que ella relevara a Lucero Benítez y al final, más bien fue lo que la dejó fuera, quizás para evitar la crítica, porque muchas voces anticipaban que de haber sido así, íbamos a tener una comisión sometida al capricho del Poder Ejecutivo.
Los diputados aceptaron sin embargo que la decisión no fue en función de los perfiles de los aspirantes, que fue política. ¿Pero en qué sentido?, porque cuando es de esa manera, tiene que ver con cobro de facturas entre grupos parlamentarios, pero igualmente se insistió en que tampoco fue por ese lado.
Algunos de los inconformes no descartaron irse a un amparo buscando echar abajo la elección, sobre todo por lo que públicamente se admitió, que fue definición política. Bedolla y Juárez Rivas valoraban tal posibilidad. Como quiera que sea, por el momento Olivares Brito es ya el nuevo presidente de la CDHEM, porque incluso al final de los trabajos legislativos, le tomaron la protesta de ley. Ya habrá que esperar la reacción de los que se sintieron defraudados, aunque sabían anticipadamente que no tenían posibilidades de llegar.