Con la intención de encontrar algún acuerdo, el pasado 6 de los corrientes la mayoría de los líderes sostuvieron un encuentro con el secretario de Gobierno, Matías Quiroz Medina, pero lejos de recibir apoyos les dieron excusas y salieron muy enojados, por eso se advierte que sus discursos del próximo domingo, en Chinameca, no serán muy complacientes.
Es decir, el sector campesino no es la excepción en lo que toca al descuido y ausencia de políticas públicas para fortalecer la producción agropecuaria de parte de la administración pública estatal, por el contrario, se viene convirtiendo en un “foco rojo” y consecuentemente, también aquí el gobernador Graco Ramírez Garrido es “non grato” y ante la posición adversa de algunas agrupaciones, se anticipa que se estaría valorando el envío de un representante, por temor a recibir muestras de repudio.
Hay que recordar que en el evento de hace un año, las cosas se pusieron bastante delicadas, a tal grado que Ramírez Garrido debió salir por piernas y escapar de los gritos y reclamos en el helicóptero, sólo que esta vez pinta más delicada la cosa.
Cada vez los espacios de movimiento del gobernador se acotan más, desde unos meses a la fecha sólo asiste a actos perfectamente cuidados y vigilados, los concurrentes son “invitados especiales” que deben ser palomeados por los colaboradores más cercanos, para garantizar que no se presenten inconvenientes.
Pero todo eso lo está llevando a un encierro tempranero, porque apenas lleva tres años y medio al frente de la gubernatura, sin embargo, la falta de cumplimiento a la palabra le ha traído serios conflictos y en la mayoría de los foros es considerado como un político poco serio, nada confiable –traiciona a quien se le ponga enfrente- y ante quien hay que cuidar el bolsillo.
Algunos de los miembros del CAP se quejan de que el argumento reiterado del secretario del ramo, Roberto Ruiz Silva, es que no hay dinero, pero existen programas que vienen combinados con recursos de la Federación y por lo tanto, necesariamente debe haber dinero.
Ese es el asunto, que en lo que toca a efectivo, hay un terrible desaseo. Tanto Graco como su pareja Elena Cepeda van por todo aquello que represente ganancias y así se trate de pesos y centavos. Bueno, un secretario de despacho decía a La Unión de Morelos que durante un evento artístico en la arena Teques, se le ocurrió darle permiso a señoras del lugar para que se ayudaran, vendiendo dulces, galletas, chicles y cosas menores.
Recuerda que Cepeda de León llegó y cuando las vio montó en cólera, le dijo hasta de qué se iba a morir y le advirtió que en lo sucesivo evitara esas cosas, porque cada peso debía ser para la casa, es decir, gobierno o más precisamente, ella, su marido o sus hijos, ¡qué le parece!, una postura muy diferente a la que muestran en público.
Por cierto, hay una serie de féminas muy cercanas a Elena que parecen tener manga ancha para conducirse, tienen un trato de privilegio y ganan lo que quieren; por la información que se tiene, se trata de personajes que vienen en su mayoría de la Ciudad de México, en su momento habremos de dar puntual información al respecto.
Y los campesinos andan preocupados porque saben que cualquier dinero que caiga en manos de la administración pública estatal, se desaparece, temen que algunas partidas o ministraciones provenientes del gobierno federal bien pudieron ser ya ocupadas para asuntos meramente familiares.
El clima que existe hoy, a dos días del acto con motivo de la muerte del general Emiliano Zapata Salazar es de pocos amigos, porque no se ve voluntad alguna para atender acuerdos y convenios que además, ya estaban aprobados y etiquetados con fondos, locales y federales.
Es una lástima que esté terminando así un gobierno que ofreció acabar con la delincuencia, la pobreza y manejarse con honradez y transparencia. Imposibilitado para caminar junto al ciudadano y mirarlo de frente, Graco Ramírez se ha arrinconado y ni siquiera en Palacio de Gobierno, porque no obstante que invirtió más de cuatro millones de pesos –que por cierto le robó al Instituto de Crédito de los burócratas- para blindar su despacho, ha dejado de atender ahí y cuando llega a recibir alguna comisión, lo hace en casa Morelos.
Eso sí, la pareja de avecindados continúa usando la posición de la gubernatura como trampolín para inventar toda clase de viajes de placer al extranjero, con cargo al erario público, no obstante que la disponibilidad presupuestal sigue a la baja.
Con el argumento de aspiraciones a una candidatura a la presidencia de la república en el 2018, aprovecha cualquier foro público en el país a fin de sacar ventajas político-electorales y presumir de lo que acá carecemos, porque para el discurso y la retórica sí se las gasta.
En su oportunidad, el aniversario luctuoso del general Zapata era motivo como para que el propio presidente de la república en turno viniera a Morelos, para tener acercamiento con el sector campesino y hacer algunos compromisos, pero para el evento que viene, lo más sensato es que desde los Pinos se envíe algún representante, el escenario no es propicio como para que Enrique Peña Nieto se haga presente.
Claro, igual y convierten aquello en una fortaleza de seguridad para evitar que cualquier inconforme pueda acceder, sólo que eso sería una grosería, porque se trata de un acto de y para los campesinos, dejarlos fuera sería imperdonable, pero conociendo cómo se las gastan nuestras autoridades actuales, puede ocurrir cualquier cosa.