En concreto, por una centésima de errores que cometió el ex gobernador, en comparación con lo que estamos enfrentando, fue sometido a juicio político y aquellos que lo persiguieron y hasta capitalizaron económicamente el conflicto de JCO con el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, resultaron un fracaso como autoridades.
Los números parecen no mentir, la organización nacional “Alto al Secuestro” acaba de ofrecer algunas estadísticas en lo referente a delitos de alto impacto como el secuestro, y Morelos está a la cabeza, sí, por lo menos en lo referente al pasado mes de marzo, con siete plagios, seguido por Tamaulipas y el Estado de México.
Y claro, aquí los voceros oficiales buscan siempre la forma de desmentir este tipo de datos que dan fe de lo mal que andamos, haciendo referencia por ejemplo de que en el Estado de México se registraron numéricamente más casos que en nuestra entidad, sólo que allá son 16 millones de habitantes y aquí no llegamos ni a los dos.
Pero ya ve lo que desde el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se hizo publicar, sobre la existencia de un nuevo grupo de delincuencia organizada en el estado, denominado “Los Laredo”, que perpetran todo tipo de acciones de delito.
Ese ya es el colmo de los cinismos, ¿cómo es posible que desde la Unión Americana nos vengar a informar, y a detalle, de lo que en la materia viene pasando en Morelos? Vergüenza les debiera dar. Y todavía el tabasqueño se refiere al tema con cierto desdén y buscando restarle importancia. Lo anterior, pareciera confirmar las sospechas de que el mismo comisionado estatal de seguridad, Jesús Alberto Capella, está metido en el lodo, como dijera recientemente el mismo Graco, buscando defenderse.
Olvidémonos de los hechos delictivos que ocurren todos los días en contra de ciudadanos morelenses, esos dos casos que le estamos refiriendo debieran ser suficientes como para llamar a cuentas a quienes se comportan de manera irresponsable ante una terrible realidad, en lugar de hacer un esfuerzo por recuperar el control territorial. Lo peor del caso es que nos trata como retrasados mentales o menores de edad, negando cualquier escenario que no corresponda a sus intereses de grupo en el poder.
Y mientras las cosas parecen ir empeorando por las complicidades oficiales con el crimen, Ramírez Garrido anda de paseo o haciendo campaña de partido en otras entidades, burlándose del dolor de los gobernados que no encuentran respaldo institucional para enfrentar a los mañosos.
Ya sabe usted que el pasado domingo el señor fue dizque a “apadrinar” candidatos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tlaxcala. Si en aquel estado conocen un poco de la corrupción, la incapacidad y el desaseo que Graco trae en Morelos, lo menos que le tendrían que decir es “no me ayudes compadre”, o “mucho ayuda el que no estorba”, porque todo lo que toca lo echa a perder. Y ya verá usted que en esa entidad van a ser derrotados, ya les cayó la maldición.
Más aún, desde que andamos en esta tarea de informar, el gobernador en turno, acompañado por el gabinete en pleno, asiste a la sesión solemne que se realiza el 17 de abril de cada año en el Congreso local, con motivo de la creación como entidad federativa del estado de Morelos.
Pues el gobernador andaba haciendo grilla barata, mostrando el nulo respeto y amor por nuestra entidad; fueron los otros dos Poderes los que desarrollaron la agenda al respecto en Jojutla de Juárez, donde por cierto, recibieron reclamos por haber declarado improcedente el juicio político contra el tabasqueño. Ahí quedó testimonio del repudio a su gestión, quizás sea por eso que ya no quiere dar la cara, apenas acaba de salir por piernas del acto luctuoso del general Emiliano Zapata en Cuautla.
Inmersa en el robo abierto de las arcas públicas y de todo aquello que les deje dinero, la administración estatal de Graco Ramírez parece olvidarse de sus responsabilidades frente a los morelenses, le dedica muy poco espacio a su cargo como gobernador y se la pasa fuera de la entidad el 80% del tiempo.
Bueno, eso de Los Laredo sólo indica dos cosas, o el señor y su jefe policiaco son los que capitanean a dicha banda traída de Tijuana, como sostienen muchos, o de plano no saben lo que está ocurriendo al interior de su casa y entonces estamos atrapados en medio de dos bloques de delincuentes, los organizados y los de cuello blanco.
A quienes les pega todo esto es a los ciudadanos, empresarios, prestadores de servicio, trabajadores y sociedad en general, porque también desde el otro lado del Río Bravo se volvió a alertar al turismo de aquel país en el sentido de que se abstengan de visitar Morelos por los riesgos en inseguridad, por eso algunos comenzaron a sacar la cabeza para demandarle al gobierno acciones contundentes, no evasivas.
Bastante mal andan las cosas, Ramírez Garrido es un jefe de gobierno “non grato” en la mayor parte del territorio estatal. A mitad del camino enfrenta serios conflictos y la relación con el pueblo está rota, no puede ya encabezar reuniones masivas abiertas, porque lo menos que le ocurre es que le recuerden el 10 de mayo.
Hay sobrados motivos para el enojo colectivo. La entidad está abandonada y en un vacío terrible de poder, la maña lo controla prácticamente todo, el brazo armado gubernamental no se ve por ningún lado, es un estado sin ley y el ciudadano se sabe indefenso.
Y además el saqueo aplicado a las arcas públicas los ha llevado a la quiebra financiera interna, por eso en este 2016 no hay un solo proyecto relevante en materia de inversión pública del estado, lo poco que hay lo usan en gasto corriente, porque la burocracia se está llevando todos nuestros impuestos.
Editorial
Un caso aislado; demasiados asuntos pendientes
Ayer, en un caso muy específico funcionaron los mecanismos de persecución de los delitos y se rescató con vida a un niño de Yautepec que permanecía en manos de secuestradores.
La movilización de su madre, que organizó una marcha y cuestionó a las autoridades, está detrás de la intervención oficial. Sin embargo, miles de delitos, incluidos un número indeterminado de secuestros y más de un centenar de homicidios, esperan ser resueltos.
Quienes participaron en la acción hicieron bien su trabajo, pero sus jefes han demostrado que no hacen bien el suyo, porque en Morelos se asesina y se secuestra a plena luz del día, ya que los delincuentes no temen ser detenidos.
La madre del pequeño liberado nos ha mostrado el camino: se necesita movilizarse, protestar, reclamar a las autoridades para que actúen, porque por propia iniciativa nunca no se han dignado cumplir con su deber.