El clima de crispación -no sólo entre los profesionales del derecho, sino de la sociedad misma- llega a niveles históricos, el jefe policiaco no logró poner en orden al estado y el control se le ha salido de las manos; es hoy un personaje tan despreciado y repudiado como el gobernador Graco Ramírez, la señora Elena Cepeda o el titular del transporte, Jorge Messeguer Guillén.
En efecto, esas cuatro figuras son las que concentran todo el desprestigio y ausencia de credibilidad institucional en la entidad y todo indica que operan en armonía, en una mutua complicidad de intereses. Por lo tanto, bajar del caballo al tijuanense no será nada fácil por las razones expuestas.
Lo hemos dicho hasta el cansancio: Cepeda de León maneja el sistema estatal DIF como una empresa propia; secundando a su pareja sentimental, los contratos de compra a proveedores son orientados hacia empresas con las que se tienen arreglos poco honorables.
El Secretario de Movilidad y Transporte tiene una serie de operadores que le arriman negocios y dinero, los viene dejando robar y de ello recientemente le exponíamos dos o tres ejemplos documentados, y no pasa absolutamente nada, porque los hilos vienen siendo manejados desde palacio de gobierno, para ellos todo tiene un propósito y un fin: convertir en dinero cualquier acción para su causa.
Y en el caso de Capella Ibarra, los excesos son claros, también al respecto le dábamos aquí el testimonio de algunos elementos policiacos, quienes afirman que el “jefe” utiliza diversas estrategias para el “lavado de dinero” público, una de ellas, que debe ser la menos significativa, los cursos de capacitación que a juicio de los elementos, en un 90 por ciento no sirven para nada.
Lo anterior tampoco significa que el resto de los integrantes del gabinete no estén metiendo mano al presupuesto para enriquecerse, pero por lo menos lo hacen con más discreción y cuidado, pero el gobernador, Cepeda de León, Capella Ibarra, Jorge Messeguer, incluyendo al hijo Rodrigo Cepeda, son los que se están atascando hasta el cuello. Por lo tanto, intentar romper ese círculo de perversión por parte de los abogados no será muy sencillo porque el tabasqueño defenderá hasta con las uñas a su mayor cómplice en el negocio del dinero del pueblo, el Comisionado Estatal de Seguridad.
Sin embargo, a los quejosos les sobran argumentos, lo que recuerdan es que durante el presente gobierno les han asesinado unos 15 compañeros y ya no están dispuestos a seguir aguantando tanto, por eso advierten que van por la cabeza del tijuanense.
Gerardo Arrieta, de la asociación de juristas; José Luis Urióstegui Salgado, Carlos de la Rosa Segura y el actual presidente de la Barra de Abogados, Alejandro Smith dejaron ayer pública constancia de su enojo por la falta de compromiso del gobierno con la población.
Por su formación académica, algunos de ellos fueron muy mesurados. Adelantaron incluso que han solicitado una audiencia con Graco Ramírez para intentar hacerle ver que las cosas están muy mal en materia de justicia y seguridad y que lo más sensato es revisar las políticas públicas en esa materia, pero de entrada, ya la figura del comisionado saldría sobrando, porque en definitiva, ha fracasado en sus responsabilidades. El barco tiende pues a hundirse, tiene agujeros por todas partes y apenas se encuentra a mitad del trayecto, por eso lo que consideran es que si se quiere llegar a la orilla, tendrán que aceptarse los errores y buscar enmendarlo, de otra manera, el futuro será incierto.
PRD: LA OFENSA A SUÁREZ HUAPE
Y en otro tema, algo que se nos había pasado comentar es el desprecio público que se dio a familiares y amigos del ex dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, quien falleciera hace unos meses, Juan Ignacio Suárez Huape.
Hace unos días, el hoy “dirigente” Rodrigo Gayosso Cepeda, tras haberlo anunciado con anticipación, entregó placas y medallas de reconocimiento a la trayectoria de algunos perredistas caídos. Eran tres los que serían recordados por el instituto político: la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo, el ex legislador local José Luis Correa Villanueva y Suárez Huape.
Pero por razones no explicadas por el presidente del partido, a éste último se decidió no incluirlo, pero ya en pleno evento, que se realizaba en las instalaciones del CDE. Las cosas se pusieron complicadas, porque los familiares y amigos que llegaron a recibir los reconocimientos montaron en cólera por la actitud de desprecio con el que fueron exhibidos.
Rafael Cerón, quien fuera compañero cercano de Huape, salió de las instalaciones con su grupo echando pestes contra Gayosso y en una acción de coraje, se quitó la camisa amarilla y se puso una azul. Los esbirros del “dirigente” salieron tras él y como quiera que sea, lograron convencerlo para que se regresara a platicar con aquel.
Nunca se supo cual fue el argumento que le dieron, pero de cualquier manera, el reconocimiento no se dio. Muchos conocimos las fuertes diferencias que se dieron entre Suárez Huape y Graco Ramírez. En su oportunidad el jojutlense cuestionó el proceder y actitud del tabasqueño como mandatario, porque ya en aquel entonces había motivos para ello.
Por eso hubo quienes, sabiendo de tales circunstancias, llegaron a sospechar que el accidente en el que murió junto con su esposa, pudo ser provocado. Pero lo ocurrido en torno a la entrega de placas da fe de que no era bien visto por el gobernador ni por su gente.
Y todo mundo sabe que Gayosso sólo está ahí para cubrirle las espaldas a Graco, controlar las candidaturas a favor de los enviados de palacio y sobre todo, para asegurar la suya en el proceso electoral que viene, y si se le negó la presea a Huape es porque la orden venía de arriba, eso es lo más lógico.