Pero tampoco nos limitamos a lo anterior, los alcaldes se rodean generalmente de pandillas de delincuentes de cuello blanco, cuyo único propósito es llevarse la mayor cantidad de dinero posible sin el menor merecimiento, porque a lo que menos van es a trabajar por el sufrido ciudadano.
Y ejemplos de “pillos” a los que la justicia les ha hecho los mandados sobran, pudiéramos señalar a un Gustavo Rebolledo Hernández, tristemente célebre ex edil de Zacatepec, que se robó lo que quiso y no pasó nada. Qué decir de un Jesús González Otero o su antecesor en Cuautla, que tampoco cantaron mal las rancheras y que disfrutan tranquilamente del hurto, porque en este estado, donde la familia en el poder pone el ejemplo en corrupción, el saqueo es la cotidianidad.
Pero donde la situación llega a extremos, es en Huitzilac. Sí por lo menos en lo referente a los alcaldes, el actual y el anterior, han venido manejando la administración municipal como empresa personal y el Cabildo les vale, no respetan en lo absoluto las normas en materia.
Alfredo Mancilla, el ex munícipe, se condujo con absoluta opacidad, cosa que lo llevó al enfrentamiento con algunos de los regidores que nunca fueron tomados en cuenta y a quienes se les falsificaba hasta la firma para que aparecieran validando las cuentas públicas.
Por cierto, uno de los señalamientos en aquel entonces, era en el sentido de que, en la realización de obras, nunca se hizo licitación cuando por los montos la ley obligaba a eso y quien era el mayor beneficiado por tales arbitrariedades, era quien lo sustituyó en el cargo, el actual presidente municipal Antonio Cruz García que se dedica al negocio de la construcción
Bueno, pues éste viene replicando el proceder de su antecesor, faltaba más, el regidor Felipe Eslava Cueto señala que jamás ha entregado un corte de caja al Cabildo, conjuntamente con el regidor César Dávila y la síndica Leticia García, controlan ingresos, egresos, adquisiciones, adjudicación de contratos de obra y vienen falsificándoles las firmas a él y dos compañeros más.
Éstos ya hicieron llegar un listado de irregularidades al Congreso local, que instruyó al titular de la Entidad Superior de Fiscalización, Vicente Loredo Méndez, a fin de que aplique una auditoría especial a la gestión de Mancilla y a los primeros meses de Cruz García.
Pero existe el temor fundado de que Loredo Méndez se preste a cualquier triquiñuela, porque hay antecedentes que muestran una intervención directa del gobierno estatal en el resultado electoral del pasado 6 de junio del 2015 para que ganara Antonio Cruz.
En efecto, quien ganó la comuna con base en votos, fue el aspirante del Partido Verde, José Casas González. Y al paso del tiempo ha quedado muy claro, porque tras los resultados “oficiales”, en los que ganó con menos de 100 votos el edil actual, se descubrió que entre los sufragios a su favor, había 400 clonaciones, además de que otros tantos votos de Casas fueron encontrados en un predio baldío luego del proceso.
¿Por qué Graco Ramírez operó a favor de Cruz García?, muy sencillo “Pepe Casas”, como popularmente conocen a José por aquellos rumbos, se manifestó en campaña contra la aplicación del Mando Único, de tal manera que desde Palacio se consideró peligroso que se quedara con la comuna y se hizo el trabajo sucio y fraudulento para impedirlo.
Es decir, desde el origen, hay un “amasiato” entre el munícipe y el repudiado tabasqueño que además lo menos que puede presumir es de honestidad y decencia, así que no se descarta que acabe protegiéndolo, finalmente los delincuentes suelen identificarse y generar pandillas.
Mal se vería la Entidad Superior si no desarrolla una auditoría real para castigar el hurto a Huitzilac, tanto del ex como del actual presidente municipal.
FUERA VALENZUELA FARFÁN DE TEMIXCO
Y en otro asunto, hace ya algunas semanas, le habíamos informado en este espacio, que quien se desempeñaba como jefe policiaco en Temixco, Raúl Valenzuela Farfán no había pasado los exámenes correspondientes para tal efecto y que entonces su estadía en el cargo era ilegal.
Pues por lo que sabemos, ayer el señor debió ser renunciado y entonces se le tendrían que fincar responsabilidades, porque no es posible que alguien que no cumple con los requisitos para tal encomienda, lo haga y además salga sin que pasara nada.
Todavía recordamos que por atender a intereses de corriente política al interior del Ayuntamiento, fue corresponsable de la muerte de una menor cuando se realizaba un evento en el balneario Ex Hacienda. El jefe policiaco por diferencias con la titular de Protección Civil municipal nunca le envió el memorándum, a fin de que interviniera en el acto para aplicar las normas de seguridad respectivas.
Pero independientemente de eso, hay antecedentes que lo ligan con el robo de tráileres cuando se desempeñó en Cuernavaca, al lado de quien fuera secretario de Seguridad Pública de la comuna en el trienio de Adrián Rivera Pérez como edil, Hugo Valdez.
Es decir, de que existen elementos como para llamarlo a cuentas, ni que decir, pero en este entorno de impunidad en el que vivimos, con un gobierno estatal que practica la corrupción a niveles históricos, dudamos que pase algo. Los malandros se protegen entre sí.
Claro, hay que ver quien lo sustituye, porque el comisionado estatal de seguridad Jesús Alberto Capella Ibarra aprovechará para imponerle a la alcaldesa Irma Camacho García a uno de sus incondicionales, así lo ha venido haciendo en el resto de las presidencias municipales, es quien controla la plaza completa.
Ahí seguimos esperando que la Fiscalía General de Justicia abunde en las investigaciones para dar con los responsables intelectuales del asesinato de la alcaldesa Gisela Mota Ocampo, porque los temixquenses que han estado al pendiente del tema, parecen contar con muchas evidencias respecto a los motivos del crimen y aquellos que lo perpetraron.