Y nos referimos a los perredistas como tercera fuerza nacional, porque en la más reciente elección se mantuvieron en ese rango, no obstante se advierte que a futuro, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) los enviará a cuarto sitio.
Pero regresando al tema de los ajustes de cuentas –porque se nos antoja que así existan motivos de sobra para llevar a Duarte al banquillo de los acusados, debe ser por alguna traición contra el gobierno o su partido- había que entregar alguna víctima, a fin de mostrar que la idea es ir llamando a cuentas a quienes caigan en actos de corrupción, buscando convencer de ello a la ciudadanía.
Ya los amarillos habían entregado su cuota, en la figura del gobernador con licencia de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, por aquel asunto aún no resuelto de la desaparición de los 43 alumnos de la normal de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala.
Los panistas hicieron inmediatamente lo propio, suspender de sus derechos partidistas al ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, por los mismos motivos, altos índices de malversación de fondos presupuestales durante su gestión.
Lo de Duarte es un tema que deberá seguirse revisando por mucho tiempo más, porque reiteramos, las experiencias vividas en ese sentido muestran que por encima de los argumentos que se esgriman respecto a la necesidad de hacer renunciar a algún jefe de estado, la verdad de fondo suele ser otra, diferencias en intereses a nivel de cúpula.
Habría que sustentar nuestra versión con algunos ejemplos y por lo menos hay dos bastante claros, los casos de Jorge Carrillo Olea y la frustrada intención presidencial de hacer lo mismo con Roberto Madrazo Pintado, que era por aquel entonces, como el general, mandatario de Tabasco.
Desde los altos mandos del ejercicio del poder pudieron decir misa, pero al paso del tiempo quedó claro que en lo que a JCO se refirió, su separación del cargo obedeció a un enfrentamiento del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León con el ex mandatario Carlos Salinas de Gortari. El jefe de estado en Morelos era gente de éste y por ahí inició la persecución, hasta obligarlo a dimitir.
La misma estrategia se le intentó aplicar a Madrazo en Tabasco, sin embargo tenía mucho liderazgo y la gente y el priismo local lo arroparon de tal forma que Zedillo no logró concretar su venganza y por el contrario, lo convirtió en víctima, a grado tal, que tras concluir su mandato, pudo convertirse en el candidato a la presidencia de la república años más tarde, aunque la perdió.
Por todo lo que se ha logrado saber, el ya gobernador con licencia de Veracruz para nada es una blanca palomita, ciertamente se fue en serio contra el presupuesto, a fin de acumular una importante fortuna personal, sin embargo, de aplicarse la misma medida en el resto de las gubernaturas en el país, difícilmente quedaría algún mandatario en el poder, porque así sea en grados menores, la corrupción alcanza prácticamente a todos.
Pero el fenómeno es territorial y de ello tampoco los presidentes municipales escaparían, nos quedaríamos sin autoridades la mayoría de los mexicanos, por eso es de considerar que detrás de esas decisiones, tiene que haber algún motivo adicional y muy posiblemente de carácter político-electoral.
El señor se comió algo que no debía o no lo compartió con sus superiores jerárquicos, igual y operó electoralmente en contra del PRI en las elecciones para sustituirlo, porque eso se da muy frecuentemente, cada gobernador saliente intenta dejar a un heredero a fin de que le cuide las espaldas y si su partido le impone a alguien más, suelen traicionar, por ahí pudo ser.
Pero además, como que los propios partidos en sus cúpulas recurren a este tipo de estrategias para darse baños en salud frente a los electores y más cuando se acerca una elección como la presidencial. Con tantas muestras de desánimo y desconfianza de los ciudadanos ante sus autoridades, precisamente por evidencias de nula transparencia en el ejercicio del dinero del erario, se echa mano de lo que sea, a fin de hacer ver que ahora sí se procederá en contra de los pillos.
Otra acción recurrente: si desde las cámaras federales algún partido comienza a pegarle a alguna figura sobresaliente del contrario, éste buscará hacer lo mismo, a fin de llegar a un punto de negociación, por eso se nos antoja bastante extraño que ya a estas alturas, los tres institutos de mayor control de espacios en las estructuras gubernamentales y de representación, hayan entregado cada quien una víctima. El PAN, ya está visto, decidió entregar a Guillermo Padrés y desconocerlo como miembro del partido es el primer paso.
El PRD ya había hecho lo propio con Aguirre Rivero en Guerrero y faltaba el tricolor. Por eso le preparó la cama a Javier Duarte, aunque todo indica que sí lo quieren poner algún tiempo en la sombra, porque se va con una serie de denuncias penales detrás. Ya están parejos y todos con la misma finalidad, curarse en salud en lo que se refiere a corrupción, pero con tantas cosas de las que somos testigos como gobernados, hace falta mucho más que eso para convencernos de que ahora si se aplicará la ley contra todo aquel que la deba.
¿Y EL CASO MORENO MERINO?
Y respecto a la inesperada separación del diputado Francisco Moreno Merino de la presidencia de la mesa directiva del Congreso local, además de su dicho de que pedirá licencia para ir al gabinete en el gobierno estatal, se despertaron toda clase de especulaciones.
La primera, que simplemente ya no pudo soportar la presión que hace rato traía por parte del mismo PRI, que reclamaba su expulsión. Segunda, que va a la Secretaría de Gobierno a sustituir a Matías Quiroz, aunque sería un error, porque por su forma de ser sólo abonaría en más conflictos y confrontaciones; y tercera, que sería una señal de que ciertamente se piensa sustituir mandos en la parte superior de la administración pública estatal y es la primera avanzada.