Su proliferación tiene una explicación y origen, refleja la ausencia de suficientes oportunidades de empleo e ingresos, que empuja a familias completas a buscar el sustento por la vía que sea, menos la delincuencia, claro, y en ese sentido puede hasta ser plausible.
El fenómeno no es privativo de Morelos, particularmente de Cuernavaca, Cuautla, Jojutla o cualquier otra ciudad local, se da en todo el territorio nacional y la existencia de agrupaciones con intereses encontrados o militancias partidistas distintas lleva a conflictos y choques por el control de esos territorios.
Es incluso algo similar a lo que pasa en la delincuencia, cada quien busca quedarse con lo mejor, con las plazas más rentables, donde se vende más la mercancía que promueven y era visible que, en el caso de Plaza de Armas o Plaza Emiliano Zapata, del primer cuadro de la ciudad capital, ocurrieran sucesos de disputa cuando terminara la remodelación y se volviera a abrir a la sociedad.
Ya lo decíamos recientemente, la incapacidad gubernamental para poder construir espacios dedicados al comercio, es decir, mercados públicos, obliga a muchos comerciantes a instalarse en áreas que debieran estar al servicio de la comunidad, porque han sido edificadas con el dinero de sus impuestos.
No ocurre de esa manera, las propias autoridades, ante la omisión de sus obligaciones, se vuelven tolerantes y complacientes, permitiéndolo todo, a fin de evitarse problemas y reclamos, que también son razonables, porque en efecto, a falta de espacios laborales, por lo menos deben contar con el recurso de salir a mercadear.
Ya sabe usted que en el jardín Juárez, del mismo Centro Histórico, ya los vendedores semifijos están de regreso, pero falta el platillo principal, la plaza grande. Pues ya estamos en vísperas de la aparición de éstos por todas partes. Más bien, ya a partir del pasado 25 de los corrientes, dos de ellos expenden discretamente.
Hace años que, desarrollando tareas poco honorables y decentes a favor de las autoridades estatales y municipales en turno, el Nuevo Grupo Sindical (NGS) cobra las facturas a través de diversas maneras, una de ellas, amparando y protegiendo la actividad comercial informal en lugares prohibidos.
Es precisamente el NGS la organización que está detrás de la mayoría de vendedores en distintos lugares de la ciudad, no solo en el Centro, pero otros grupos le disputan la hegemonía. La Federación de Trabajadores de Morelos (FTM) también atiende el rubro y es por eso que están llegando incluso a las agresiones físicas mutuas a fin de quedarse con el mayor número de lugares.
Cualquiera que haya sido el costo total de la remodelación de la Plaza Zapata, es muy buena lana la que se invirtió del recurso público y ciertamente que sin tanta vendimia, el popularmente conocido como zócalo capitalino se ve mejor.
Pero a decir de uno de los dirigentes del NGS, que comanda Bulmaro Hernández Juárez, en breve reiniciarán sus actividades ahí más de 140 comerciantes. Ya empezaron su incursión, quisieron medir la reacción instalando dos, la cosa se puso difícil, hubo agresiones con los de la FTM, ello indica que se darán resistencias, pero no de los ciudadanos, que somos los realmente afectados, sino entre quienes quieren la mayor parte del pastel.
¿MOREIRA EN MORELOS?
Y en otro tema menos agradable, atendiendo una información enviada por la cantante Tania Mendoza, se da fe de la presencia en Morelos, específicamente en Cuernavaca, de quien fuera gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, aquel personaje que fue objeto de toda clase de denuncias por haber llevado a esa entidad a la quiebra. O sea, algo así como un Javier Duarte en Veracruz.
Pues ella afirma –vive por esa zona de la capital morelense- que el señor adquirió una lujosa residencia en la calle de Leñeros, colindando con la ciclopista del bulevar Juan Pablo II, entrada por Río Mayo. Es decir, da detalles del asunto.
Agrega algunas características del inmueble, además de enviar la imagen, como aquello de que sólo la cocina representó un costo de ocho millones de pesos y tiene vitrales de cinco metros cuadrados, además de una cancha de tenis en la azotea. Debe tener alguna conexión con alguien cercano a la familia Moreira porque para enterarse de datos muy privados se necesita estar casi dentro.
Ya imagina el estado de ánimo de Tania, simplemente considera desafortunado –suavizando sus expresiones- que personajes con esos antecedentes en la política mexicana acaben eligiendo Morelos para vivir. Claro, luego de un prolongado escándalo, incluyendo su detención temporal en España, el ex gobernador coahuilense salió librado, como lo hacen muchos otros que abusan del ejercicio del poder, pero a los ciudadanos no se les olvida que por culpa de esos “servidores públicos”, el país, el estado, padecen momentos dramáticos en materia económica.
El que fuera exculpado por los altos niveles de gobierno no significa que sea inocente, el engranaje del poder público en México está diseñado de tal manera que permite la omisión en contra de los delincuentes de cuello blanco y este es seguramente uno más de tantos casos que registra el reciente pasado en materia gubernamental.
La vía legal generalmente no los alcanza, por la red de complicidades en la que se desenvuelven, pero del juicio popular no se salvan. Podríamos decir que Moreira, Duarte y muchos otros que han abusado de la confianza ciudadana son cadáveres políticos, su carrera en el ejercicio del poder público ha terminado, jamás podrán volver a buscar un cargo de elección, porque el elector los repudia. Sin embargo, a ese nivel de cinismo tal vez sea lo que menos les preocupa, porque han logrado una riqueza que les garantiza solvencia por el resto de sus vidas, además de algunas de sus futuras generaciones.