En la semana leí dos discursos de autoras mexicanas: Blanca Luz Pulido (BLP) y Mónica Lavín (ML). La primera habla sobre poesía mexicana y otras vicisitudes con Fidelia Caballero. La segunda saca de su ronco pecho una crónica sobre su experiencia en el metro de la CDMX. Son congruentes en sus ideas y hablan a la perfección, pero además de eso, evidencian una serie de privilegios de los que gozan y que en ningún momento hacen evidentes.
Equilibremos en género: dos escritores varones con hartos privilegios son: Javier Sicilia, más que claros sus privilegios; y Daniel Zetina, que lo mismo. Sicilia escribe en especial poemas y crónicas de la violencia; yo, de todo un poco. Los cuatro somos privilegiados, pero antes un acuse: no conozco ni he leído a dichas autoras y aunque antes conocí al poeta no tengo ninguna relación con él. Y nadie de ellos conoce mi obra, claro.
Privilegios de escritores: vivimos con un estilo de vida (y unas prácticas de consumo) por encima de la media nacional. Todos hemos tenido becas (dinerito público, pues), aunque ellos muchísimas más que yo (BLP no deja de agradecerlas). Hemos trabajado en gobierno en puestos más o menos, con ciertos sueldos o con trabajo desde casa bien pagado. Gozamos de cierto prestigio (eso sí es relativo) por lo que escribimos. Contamos constantemente con recursos para comprar libros y revistas, porque no padecemos hambre. Tenemos acceso a medios de comunicación para expresar lo que sentimos, publicar lo que queremos o denunciar cuanto nos plazca. Nuestros hijos pueden ir a escuelas y médicos particulares.
Más privilegios de los escritores en México: pueden estudiar una carrera profesional y posgrados en algún momento (con becas); dije pueden, no deben. La libertad de dedicarse a lo que les apasiona (hay quien se queja de que no gana bien, pero no los veo cargando bultos en el mercado). La ventaja de tener tiempo libre, que puede usarse para escribir, amar, dar entrevistas o escribir columnas. Entrar a una librería y ver los propios libros ahí exhibidos (se vendan o no). Estar con frecuencia frente a un público que los escucha y compra sus libros.
Otros: privilegio de ser entrevistados (de lo que escriben u otros temas, porque… los escritores saben cosas). Privilegio de tener buenos gustos (comida, vestido, vacaciones). Privilegio de acceso amplio a la cultura (ópera, teatro, bibliotecas, archivos, museos, conciertos, ruinas, continúa la lista). Privilegio de ser aplaudidos por gente que no sabe lo que hacen ni los leerá nuncamente. Privilegio de ser considerados per se seres humanos inteligentes y creativos. Privilegio de viajar a diferentes ciudades a trabajar. Privilegio de enseñar a otros su maravilloso oficio. Privilegio de pensar libremente (aunque algunos vendan sus ideas al poder, a final de cuentas venden algo que les pertenece).
Muchos de estos privilegios provienen de condiciones diversas (ignoro la vida de BLP, ML y JS), como nacer en cuna de oro (es metáfora) u otras circunstancias ajenas al autor (autora, autore), pero sé también que algunos de los privilegios que yo poseo me los he ganado a pulso. No se trata de presumir, tampoco de subestimar, solo de reconocer, de asumir nuestros privilegios reales. ¿Para qué sirve hacerlo? Quizás para nada, pero me gusta reflexionar sobre cosas inútilmente interesantes.
Para mí, el mayor privilegio es el dominio del lenguaje y el más hermoso es tener lectores.
Reflexión final: me impresiona la capacidad de algunos escritores nacionales para ignorar sus privilegios, mientras engrandecen sus problemas, banales como no tener buenos contactos, no poder beber café orgánico, moverse en transporte público, pagar impuestos, no ganar concursos o andar escondidos por los rincones, temerosos de que alguien los vea, arrastrando un terrible bloqueo creativo (miedo a la hoja en blanco, puag). Así los escritores se vuelven ciudadanos ridículos y se alejan de la sociedad. ¿Cómo escribir de algo que no se conoce? Lo mejor es la honestidad: demasiados privilegios confunden a las personas, pero bien llevados pueden ayudar a escribir más.
Como parte de mis privilegios, vendo mis libros en Gandhi, El Sótano, Amazon y en mi librería virtual, pase usted: http://libreriaedicioneszetina.librantida.com/?idbp=26.
Entrevista a Pulido: https://bajopalabra.com.mx/el-poeta-a-lo-que-puede-aspirar-es-a-hacer-algo-contra-el-silencio-blanca-luz-pulido
Texto de Lavín: www.eluniversal.com.mx/metropoli/la-vida-peligraba-y-me-hacia-mensa-yo-y-todos-cronica-de-monica-lavin-sobre-la-linea