Para Sofía Escalera, colega.
¿Un mexicano no joven puede escribir literatura de calidad en casa de sus papás? No lo creo. No porque un lugar determine su oficio, sino porque los vínculos, las lealtades y lo doméstico (en especial en sistemas machistas) imponen acciones, hábitos y hasta restricciones. Es un tema polémico y no tengo una hipótesis definitiva. Reflexionemos:
En México, la juventud termina oficialmente a los 29 años (no me crea, revise la ley). Si la ponemos como una edad de referencia, pensemos que antes de eso cualquiera se forma o inicia cierta profesión, oficio u orientación. Un político ha aprendido a mentir, un carpintero se ha forjado en el taller, el periodista ha recorrido las calles, la cantante ha colocado su voz, el emprendedor ha fracasado varias veces.
Muchos se quedan a vivir con sus papás tras la crisis de los 30 años. Me parece prudente o recomendable salir de ahí, huir si es necesario. ¿Por qué? Sencillo: se llama vida independiente y (casi) cualquiera que la experimente encontrará cosas interesantes ahí: retos, aprendizajes, problemas. Uno crece en las adversidades y en las oportunidades individuales (acaso de pareja), no en la zona de confort (o de guerra) de “la casa de mis papás”. Ya me puse moralista y me salí del guión. Volvamos a la escritura:
Ventajas de la vida independiente para un escritor:
- Eres dueño de tu tiempo, no dependes de que otro despierte o de que venga mami a sacarte de la modorra. La administración del día recae en tus manos y el tiempo de escritura puede distribuirse como mejor logres hacerlo en la jornada, incluso de madrugada, por desvelo o desmañanada.
- La tranquilidad: en la casa de otros (la paterna no es tu casa, sino suya) hay muchas distracciones: los otros nativos hacen ruidos o necesitan cosas: “Vete por las tortillas”, “Voy a taladrar un ratito”, “Vinieron mis amigos”… Así no se puede escribir con calma.
- Eres dueño de tu espacio, para darle orden y estructura (o desorden) al modo personal, sin que nadie mueva tus cosas a zonas ignotas. Puedes tener tu lugar de descanso, estudio, escritura o lectura; todo puede ser lo mismo, pero cada rincón es importante. Eres el espacio que habitas (“como es afuera es adentro”), por eso es significativa la autonomía para la creación, porque cuando te construyes a ti mismo, veo más congruente crear con mayor valor.
- Puedes llevar a quien gustes: amigos, novias, amantes, prospectos, otros escritores o equis, sin que te regañen. Puedes hacer fiestas, talleres, el amor, bailar, leer, comer, platicar sin límites. Y luego se retiran y vuelves a estar contigo mismo.
- Tienes tiempo para descansar, contemplar la vida, estar en soledad, meditar, reflexionar o repasar temas. Es decir, se presta para pensar.
- Puedes acumular una tremenda cantidad de libros.
Ventajas de vivir en la casa materna para un escritor:
- Ninguna.
Borges vivió con su madre hasta que ella falleció; incluso así, escribió fenomenal. Todo en él es extraño: quizás también murió célibe. Con su madre compartía el oficio de escribir, más raro aún. Borges siendo Borges. No conozco a ningún buen autor que viva con sus progenitores.
Aclaración: vivir en pareja o con hijos (o ambos) son variables de la vida independiente. Fácil de entender: con la pareja acuerdas y a los hijos los crías. Nadie da órdenes ni puede correrte nomás porque sí. No sé cómo sea vivir con roomies, no lo practico.
Quizás opino así porque fui obligado a emanciparme a los 14 y es mi venganza porque aún no hay casa materna ni paterna. Nunca tuve la opción, pero insisto: libertad, individualidad, soledad son indispensables para escribir y leer. Tal vez por eso escribo tanto, o eso quiero pensar.
Crear es creer en uno mismo y amarse loco, solo, emocional, intenso y hasta un poco mago, pero siempre buscando la independencia. No solo se trata de ser libres o de escribir bien, sino de vivir con mayor conciencia. Cohabitar con tus papás es dependencia, mientras que vivir por tu cuenta es independencia y solo a partir de ella se logra la interdependencia. Muchas gracias.
