Fue en defensa personal, dice Mario.

Mario trabaja como chofer de taxi desde hace varios años y dice que una de las anécdotas que más recuerda es la de un automovilista que chocó con su unidad, cuando circulaba sobre la avenida Plan de Ayala, en Cuernavaca.

De este hecho, relató, el automovilista intentó darse a la fuga por lo que aceleró y lo alcanzó para pedir la reparación del daño, pero su primera reacción fue la agresión.

La respuesta del conductor que le pegó a su carro -dice Mario- fue agredir físicamente con un maneral que guardaba en la cajuela, de tal manera que en su defensa Mario lo sometió y señala que probablemente fue tanta la fuerza que el sujeto se desmayó.

“Yo soy una persona tranquila pero tenía que buscar la forma de defenderme. Lo sometí, se desmayó y me retiré del lugar porque lo que menos quiero son problemas”.

Sin embargo, refirió que en su trabajo no todo es malo, pues también se ha encontrado con clientes muy amables y otros que tal vez no están de buen humor, porque no le responden ni el saludo.

Su experiencia como trabajador del volante es de diez años y dijo que todos los días empieza a las ocho de la mañana y termina su jornada alrededor de las once de la noche.