Los asaltos están a la orden del día, relata Juan
Juan González trabaja como chofer de taxi y contó que hace tres semanas fue víctima de la delincuencia cuando circulaba por la avenida Vicente Guerrero, en Cuernavaca. Ese día dos sujetos armados lo obligaron a bajar del vehículo y huyeron a bordo de la unidad.
Su sospecha es que el asalto ya estaba planeado porque tres días antes se percató que una camioneta le seguía el paso desde el poblado de Ocotepec, pero no prestó atención.
Al otro día acudió a presentar su denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) pero no le tomaron su declaración porque no había personal y le pidieron regresar después. Al tercer día de que lo asaltaron presentó su denuncia pero no ha recuperado el coche.
“Sólo nos queda encomendarnos a Dios y guiarse por el instinto. Analizamos a las personas y les hacemos preguntas del lugar al que se dirigen, o cuando están en estado etílico les cobro antes de que se suban al carro”, dijo el entrevistado.
Agregó que en otro asalto lo metieron a la cajuela, lo pasearon por varias horas y lo abandonaron junto con el carro en los ejidos de Acapantzingo, en Cuernavaca.
“Aquí nos pasa de todo” dice Juan, y recuerda que hace unos años bajaba de avenida Universidad y se percató de que había movimiento policiaco porque se había registrado un asalto. A unos metros observó que una persona le hizo la parada, por lo que se detuvo.
“Vi la mano de un chavo y me dijo: ‘voy a aquí abajo’ pero cuando ya estaba arriba del carro me dijo: ‘muévete’. Me quitó del volante y me pasó a la cajuela. Me di cuenta que me andaba paseando y pues en ese momento sólo piensas en la familia. Tenía que ir a recoger a mi hija a la escuela pero ya no llegué”.
Dijo que logró salir de la cajuela porque llevaba una llave guardada en su calcetín; de lo contrario no sabe qué le habría pasado.
A pesar de estos hechos violentos que ha vivido durante su jornada laboral, afirmó que no ha pensado en dejar el volante, porque es más grande la necesidad económica y en otros empleos ofrecen salario mínimo.
Como taxista -dijo- sus ingresos oscilan entre los 400 y 500 pesos en una jornada de doce horas, y en sus ratos libres realiza trabajos de plomería para tener dinero extra.