Señala checador de rutas que sus ingresos apenas alcanzan para comer.
“Empecé con un malestar en la garganta, pero no presté atención porque no creía en el covid. Sin embargo, cada día que pasaba me sentía peor, así que fui con un médico y me mandó a realizarme la prueba, y salí positivo. Me espanté mucho porque tengo a mi familia y tuve que dejar de trabajar más de un mes”.
Así contó su experiencia Ignacio Flores, que trabaja como checador de rutas en el mercado Adolfo López Mateos y quien dijo que a raíz de ese contagio que casi le cuesta la vida, ahora a todos lados lleva puesto el cubrebocas.
Aunque el mercado es uno de los centros más concurridos, el entrevistado señaló que para evitar un segundo contagio de coronavirus se lava las manos de manera constante y se retira el cubrebocas únicamente para tomar sus alimentos.
Refirió que ha tomado estas medidas preventivas porque el año pasado cinco integrantes de su familia se infectaron con covid-19 y dos perdieron la vida a consecuencia de este virus.
En su trabajo -apuntó- ha vivido una situación económica muy difícil porque aunque está contratado por la empresa de transporte Ometochtli, por registrar el tiempo de diferencia que hay entre un operador y otro algunos no le dan ni un peso.
Pese a esa situación, afirmó que no se ha visto en la necesidad de solicitar dinero prestado gracias a que su esposa trabaja y entre los dos solventan los gastos de su casa. Además, comentó que en sus ratos libres trabaja como ayudante de albañil para obtener otros ingresos.
“Trato de no pedir prestado porque no sé si después podré pagar. Aquí vamos al día, bueno... por lo menos hay dinero para la comida”.