“Habría que hacer un estudio serio de las razones por las que la población de Zacatepec, incluyendo a sus autoridades civiles, no respeta los símbolos patrios”.
“Por comisión del excelentísimo señor Hidalgo… me paso con violencia a correr las tierras calientes del Sur”.
José María Morelos y Pavón a su superior de la Mitra, después que conoció a Miguel Hidalgo y se unió a su causa.
Llegué a Valladolid cuando él y los insurgentes se alejaban, los seguí; cabalgaban hacia Charo e Indaparapeo, iban rumbo a la capital del virreinato, la Ciudad de México.
Ese sábado 20 de octubre de 1810, le ofrecí mis servicios como Capellán del Ejército Insurgente.
Yo amarré mi caballo a su carreta y juntos llegamos al mesón del Nazareno en Indaparapeo, Michoacán, cenamos. Allí, me expuso las razones del movimiento que en esencia aspiraban a la independencia política de México y me comisionó para liberar a las poblaciones de la serranía y Costa Sur, en particular del puerto de Acapulco, vital para el comercio novohispano con los países; también debía incorporar gente al movimiento, acopiar armas y pertrechos, aprehender a los españoles y remitirlos a la autoridad más cercana, deponer a las autoridades y designar otras afectas al movimiento, más aún, debía colaborar en la organización de un Congreso representativo de la Nación.
“Por el presente comisiono en toda forma a mi lugarteniente el bachiller don José María Morelos, cura de Carácuaro, para que en la costa del Sur levante tropas, con arreglo a las instrucciones verbales que le he comunicado”, decía el documento, lo recuerdo muy bien.
Me llevaba unos cuantos años y mucha experiencia, Hidalgo, nuestro Padre de la Patria e iniciador del movimiento social revolucionario por la Independencia, fue mi maestro y yo su discípulo, aunque no en las aulas.
Así lo conocí personalmente. Y esa fue la última vez que lo vi con vida.
El próximo 8 de mayo cumplirá 269 años.
En Zacatepec, el héroe epónimo debería ser honrado pero, a casi una década, su escultura ha significado un estorbo para los alcaldes, a los que no les ha importado instalarla en un lugar digno.
Al día de hoy y desde que entró en funciones la administración de nuevo presidente municipal, José Luis Maya Torres (2022-2024) no se ha visto ni se ha sabido que haya interés en removerla del sitio más inapropiado para el héroe del calibre de éste, que le presta su apellido al municipio.
Déjenme recordarles algunos datos que, si bien no se han olvidado, son de mucha importancia:
Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, o Miguel Hidalgo o el Cura Hidalgo o Hidalgo, nació en la Hacienda de Corralejo, en Pénjamo, hoy en el estado de Guanajuato, el 8 de mayo de 1753 y murió en Chihuahua, Chihuahua, el 30 de julio de 1811.
Los precedentes de su asesinato están bien documentados por los libros de historia:
A pocos días después de iniciado el movimiento de independencia, en septiembre de 1810, se promulgó el edicto de excomunión al padre Miguel Hidalgo y Costilla y a “sus secuaces”. El documento fue expedido por el obispo electo de Valladolid, Manuel Abad y Queipo de quien se dice, además, era amigo del cura. Se les acusaba por: “haber atentado a la persona y libertad del sacristán de Dolores, del cura de Chamacuero, y de varios religiosos del convento del Carmen de Celaya, prisionándolos y manteniéndolos arrestados. Los declaro excomulgados vitandos, prohibiendo, como prohíbo, el que ninguno les dé socorro, auxilio y favor, bajo la pena de excomunión mayor, ipso facto incurrenda…”.
Al año siguiente, el 27 de julio de 1811, en Chihuahua. Se le dictó sentencia y el proceso inició dos días después.
El 30 de julio de 1811, el cura Hidalgo fue fusilado; su cabeza, junto a la de Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, se exhibió en la Alhóndiga de Granaditas. Sin embargo, el cuerpo del cura fue enterrado (inicialmente) en Chihuahua, en la capilla de San Antonio.
Aquí, en Zacatepec, se instaló una escultura del Padre de la Patria en el parque Hidalgo, a un lado del antiguo campo de futbol “Agustín Coruco Díaz”, durante la administración del perredista Víctor Manuel Núñez Arellano (1997-2000).
El objetivo de esta estatua no fue sólo rendir homenaje al Padre de la Patria, sino también conservar la memoria de lo que hizo por mexicanos.
En esa época circularon habladas de que Víctor Manuel Núñez Arellano sirvió de modelo y lo mandó a hacer para que los pobladores nunca se olvidarán de él: era calvo, flaco, tenía melena y se le estaba pintando el pelo de blanco.
El monumento tiene cuatro metros con cincuenta centímetros, es de bronce y fue elaborada por los escultores Estela Ubando y Carlos Kunte (se terminó en el año 2000).
Como dato adicional, Jaime Olveda -investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia- afirmó que la imagen que tenemos del cura Hidalgo es una invención, porque nunca se hizo un retrato en vida y sus primeros retratos (de los que se tiene registro) se hicieron más de una década después de su muerte. El Miguel Hidalgo que ves en todos lados es una invención de los pintores; esto lo consignó Mónica Cruz en “ Verne”, 15 septiembre de 2016.
Pero hay rasgos inconfundibles: todos sabemos que Hidalgo es calvo, tiene melena, pelo blanco y es flaco, con eso ha sido suficiente para que permanezca en la memoria del pueblo.
En la administración de Abdón Toledo Hernández (2012-2015) la estatua fue removida de su lugar de origen y arrumbada por varios años en un espacio del terreno que ocupa la sede del ayuntamiento, debido a la remodelación del estadio de futbol “Agustín Coruco Díaz”.
Según vecinos del centro de Zacatepec, en 2018 el ex alcalde Francisco Salinas Sánchez (2015-2018) la sacó de la presidencia municipal y la mandó instalar en donde se localiza hoy en día: entre las avenidas Lázaro Cárdenas del Río y Escuadrón 201.
Yo me encuentro metros atrás, sobre la avenida Lázaro Cárdenas, número 8, dentro de las instalaciones de la Escuela Primaria Revolución Agraria y desde allí lo veo todos los días sobre una base triangular de 50 centímetros de altura en donde los limpiaparabrisas, los payasos y demás artistas urbanos arrinconan sus famélicas pertenecías.
El monumento, pintado de color oro, lleva en lo alto una entorcha en la mano derecha y en la izquierda unas cadenas rotas. Su mirada ciega rebota en el bronce interior.
Se desconoce con qué criterio, Paco Pachangas (como también se le conoce al ex edil Francisco Salinas, acusado en la actualidad de desvío de recursos) ordenó que se instalara en el lugar donde se encuentra en la actualidad: sitiada por un poste de cemento con una luminaria en lo alto, una lámina con la prohibición de dar vuelta a la izquierda, el semáforo y varios cables.
La estatua no tiene placa.
Es el peor lugar para ponerla, según algunos vecinos que la vieron entre escombros en un espacio de la sede del ayuntamiento ubicada en la calle Emiliano Zapata, colonia centro.
Algunos ciudadanos expresaron su descontento y exigieron que la instalara en un lugar digno, como así se dio a conocer en su momento.
El profesor Hugo Calderón (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10225639598358667&set=pb.1290203725.-2207520000..&type=3 ) en sus comentarios en su muro de Facebook:
“No es posible que ni siquiera se colocó una ofrenda floral en el monumento a Hidalgo, ubicada en el centro de Zacatepec, en este día que celebramos su natalicio (8 de mayo de 1753). Es evidente que las autoridades olvidaron esta fecha, no obstante que el municipio lleva orgullosamente el nombre de Zacatepec de Hidalgo. En fin, creo que para algunas personas es más importante andar en campaña, que recordar a nuestros héroes.”
Luz María Coutiño Hidalgo y Costilla, nieta en sexto grado del cura Miguel Hidalgo y Costilla, en entrevista exclusiva en 2021 (Miguel Hidalgo y su maldición; La Unión de Morelos, lunes 9 agosto 2021, https://launion.com.mx/morelos/zona-sur/noticias/187145-miguel-hidalgo-y-su-maldicion.html) destacó la importancia del “Padre de la Patria” en la creación de lo que ahora conocemos como México y explicó que como parte de su historia, Zacatepec escogió en su momento darle el apellido “de Hidalgo” a su lugar, motivo que podría ser suficiente para mostrar orgullosamente a oriundos y visitantes como el personaje emblemático de su zócalo o plaza principal:
“Mi petición va encaminada a no perder la figura y legado de uno de los héroes más importantes de nuestra historia, dándole el respeto y reconocimiento que merece y que seguro puede servir de ejemplo para las nuevas generaciones, que ahora parecen ignorar la historia de su país. Es también indiscutible, que existen lugares que a través del tiempo cuentan con más de un emblema que los caracteriza y los llena de orgullo como es el caso de Zacatepec a través del futbol, sin embargo, como sucede en el extranjero, cada imagen es ubicada en las áreas aledañas al propósito del monumento, respetando con ello su espacio y su tiempo”, argumentó.
Cuando Paco Panchangas perdió la elección y Olivia Ramírez Lamadrid (2019-2021) ganó, se pensó que, como es profesora, ordenaría de inmediato que la estatua del héroe fuera instalada en un lugar digno. No fue así, al poco tiempo de tomar el mandó hizo poner su propio nombre a una calle que se llamaba como la poeta chilena Gabriela Mistral; no contenta con ello, también puso su nombre en los paraderos del transporte colectivo. Su ignorancia fue tal que financió parte de la instalación de un asta bandera monumental y un desayunador en el Cerro de la Tortuga, prohibidos por las autoridades federales.
Como dice Jorge Ibargüengoitia en “El lenguaje de las piedras” (Monumentos mexicanos de las estatuas de sal y de piedra, coordinado por Helen Escobedo con fotos de Paolo Gori, coedición Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Cameralúcida y Grijalbo, México 1989) en orden de monumentos Benito Juárez está en primerísimo lugar, el segundo le corresponde a Miguel Hidalgo.
En este municipio es bastante conocido, por el horroroso lugar donde se encuentra el Padre de la Patria y porque cada año (antes de la pandemia por el coronavirus), salía de su tumba y participaba de manera protagónica el 14 de septiembre en la puesta en escena de la obra de teatro campesino en la cual los habitantes de Tetelpa (con más de 100 actores en escena) representan la toma de la Alhóndiga de Granaditas: qué grato es ver cómo le matraquea el cogote cuando se echa su caguama y se le hinchan las venas del pescuezo ordenando a los indios a matar gachupines, pero lo más emocionante es ver cómo le vuela la melena arrojando proyectiles de ceniza envueltos en papel de estraza.
El cronista e historiador Agur Arredondo Torres ha explicado que, en efecto, hay un desprecio por los héroes de la Independencia, particularmente en Zacatepec, y esto quizá se deba a que el municipio ha sido poblado y repoblado por personas y familias que vienen de varias partes de la república mexicana y que traen su propia cultura, sus creencias y sus propios mártires y héroes.
Por otro lado, la población en Zacatepec ha sido muy golpeada, desde la quiebra del ingenio y el despido de los trabajadores, pasando por la ilusión que les vendieron cuando remodelaron el estadio de futbol: creían que alrededor del estadio iban a florecer los negocios y la gente ya se veía rica, como viviendo en alguna ciudad fronteriza de Estados Unidos. Pero nada de eso sucedió. Luego llegó el coronavirus. La gente busca satisfacer sus necesidades básicas y a pocos le importan los símbolos patrios.
Habría que hacer un estudio serio de las razones por las que la población de Zacatepec, incluyendo a sus autoridades civiles, no respeta los símbolos patrios, dijo Arredondo Torres.
“Tetelpa se salva de esto, es una comunidad que ha preservado sus costumbres y las defiende, tan es así que la figura de Hidalgo en la representación de la toma de la Alhóndiga de Granadita o Los tamalazos, como también se le conoce, no sería tal sin la participación del cura”, apuntó.
Algunos habitantes, como el profesor Hugo Calderón, han sugerido que la escultura de Hidalgo se puede instalar frente al estadio, en vez de la del futbolista Agustín “Coruco” Díaz, y ésta pasarla a la explanada del estadio.
(Por cierto, si se paran frente a la escultura del futbolista, podrán observar cómo toca con sus dedos de la mano izquierda la punta de una rama de una acacia, como si con ello se sostuviera.)
El escultor Herlindo Ortega Ortega dijo que la estatua de mi maestro se podría instalar en el triángulo formado por las calles Ingenio Sanalona esquina con JM Morelos o Galeana Cuautla, muy cerca de escultura del general Lázaro Cadenas y del jardín donde se encuentra un busto masónico del Benito Juárez.
Desde luego, debe haber una ley, reglamento o circular que regule la edificación, ubicación, o reubicación de algún monumento, escultura, estatua o placa conmemorativa, o algún comité o consejo que determinen el mejor sitio para reubicarla.
Sería muy significativo que en su próximo cumpleaños la pusieran en un lugar digno y, de paso, mandaran restaurar la estatua: no sé de dónde viene esa horrorosa costumbre de pintarnos de oro con pintura de aceite, las esculturas sonamos y nos gusta que el tiempo vaya dejando su firma de óxido en nuestros recuerdos de metal.
Espacio para la estatua de Hidalgo.
Espacio propuesto para estatua.
Estatua de Hidalgo en la avenida.
Mano y cadena de estatua de Hidalgo.
Mano de estatua de Hidalgo.