Kenia cuida a su pequeña hija durante sus jornadas de trabajo.
La niña de casi dos años de edad reclama la atención de su mamá, Kenia Vázquez -checadora de rutas- quien la toma de los brazos, la recuesta en su pecho y la arrulla para que se tranquilice, mientras las rutas no dejan de pasar y ella tiene que registrar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de las diferentes organizaciones, para ganarse unos pesos.
En una banqueta sobre la avenida Morelos trabaja Kenia. Desde ahí avisa a los conductores del transporte público los minutos de diferencia que llevan respecto a sus colegas. En ese mismo espacio la acompaña su tía, quien cuida a la bebé mientras Kenia trabaja.
Kenia dice que tenía un empleo formal, pero hace poco hubo recorte de personal y tuvo que salir y su primera opción fue laborar como checadora “de paso”, porque puede disponer de su tiempo, y sus ingresos van de los 70 hasta los 300 pesos diarios.
Sin embargo, señala que en esta actividad no todo es color de rosa, pues por ser mujer se ha enfrentado a comentarios sexistas de parte de los operadores.
“Hay unos que me ven con morbosidad, me ven y se muerden los labios; me ven de arriba hacia abajo y hay otros que me dicen que me vaya con ellos, pero no todos son así. Además, no les hago caso”.
Pese a esa situación, afirmó que no ha pensado en dejar esta actividad, pues así como hay días malos, también hay otros en los que logra reunir hasta 300 pesos, los cuales le alcanzan por lo menos para mantener a su hija.
¿Es complicado trabajar y estar al pendiente de tu hija?
-Sí, porque es una niña pequeña que es inquieta, pero mi esposo me apoya, cuando sale de trabajar viene y él la cuida mientras termina mi turno, comentó.