“Día a día lo recuerdo, no lo olvido y para mí conducir un camión del transporte es lo más hermoso que aprendí de mi padre; me enseñó a trabajar y eso es una gran herencia, porque me dejó el conocimiento” afirma Narciso González, quien labora como operador en la Ruta 5.
Dijo que empezó su vida laboral a los 17 años de edad gracias a que su papá, Francisco González, le compartió sus conocimientos antes de morir.
Narciso recuerda a su progenitor como un gran maestro que en vida le decía “échale ganas, haz el trabajo que te guste y si agarras el camión sé amable con las personas de la tercera edad”.
Los consejos que recibió de su padre -señala- los aplica en su actividad diaria y ahora los comparte con su hijo, Rodrigo Manuel González, quien desde los 13 años mostró su gusto por el volante y cuando cumplió 17 años empezó a conducir.
“Mi papá fue de la vieja escuela, fue un buen maestro y la prueba está en que aquí estamos mi hijo y yo. Siempre he dicho que es lo más bonito que me pudo dejar y siempre recuerdo cuando me decía ‘tienes que manejar con precaución y tener paciencia al pasaje’; es lo que me decía todos los días”.
Si bien reconoce que en la “ruta” trabajan largas jornadas, asegura que lo principal es tener gusto por el volante para poder desempeñar bien su actividad, pues, principalmente el tráfico en la ciudad ocasiona estrés al operador.