La imaginación es saludable y necesaria para una buena vida. Quizás no seas miserable sin ella, pero intenta tenerla de tu lado cada día, podrías necesitarla para enfrentar lo que te ocurra. Esto es solo una reflexión.
Nos sirve para crecer como personas: imaginamos lo que aún no conocemos, lo que soñamos o podemos llegar a ser. Como salir de la miseria mental en que te educaron tus padres, las telenovelas, Timbiriche o el PRI.
En el estudio es particularmente útil imaginar, pero no a tu profe sin ropa o a Lupita/Tenoch entre tus brazos, sino aquello que trate los temas de interés, como un periodo histórico, instrumentos, ejercicios, experimentos. Lo que sea, menos dejar tu débil mente en blanco en el aula.
En el amor es de mal gusto imaginar realidades absurdas o fantasías malsanas, como imaginar que él/ella cambiará por ti (ja), cuando te ves como mantenida (fuchi), o imaginar que haciendo lo mismo de siempre obtendrás mejores resultados sin volver a la soledad. Aguas, eso duele.
En literatura, la imaginación es materia prima, herramienta básica, vocación intrínseca. Tampoco imaginar a lo tarugo, como cuando te pones a pensar tonterías y no das con nada claro (como eso que llaman bloqueo creativo, ridículos). Se trata de dirigir, con la inteligencia, una imaginación que desbordada es enfermedad y bien llevada deviene arte, cuando menos creatividad, quizás lucidez.
En la vida conviene ser imaginativo. Mírate: vives y sobrevives desde, en, con y para el tercer mundo, entre políticos (puag), líderes religiosos (puag), sindicatos (puag), pobreza (zaz), falta de oportunidades (ups), familiares molestos (auch), el Chavo del 8 (guácala) y sigues dando la batalla. Aguantas, te reinventas, sueñas y creces porque eres capaz de imaginar una realidad más allá de tus limitaciones, con base en tus virtudes y a pesar de tus defectos.
“El hombre no es lo que es solo por lo que es, sino por lo que quiere ser”. Y lo quiere porque es capaz de imaginarlo. Sin entrar en una crítica mordaz hacia el coaching ni promover la imaginación creadora, te diré que casi todo lo que he conseguido lo he visualizado antes, es decir, imaginado (algo poderoso).
No podrías tener sanamente y disfrutar las cosas buenas que caigan en tus manos si no sabes lo que son o nunca las viste. Imaginar es crear una imagen mental de algo (cosa, persona, estado, meta, libro, viaje) posible o verosímil según cierta realidad, alcanzable en tu contexto, algo que puedes tener antes de morir.
No dije que imaginar sea garantía, sino que es una opción más en la metodología salvaje cuando pensamos en ser mejores en cualquier aspecto: imagínate cuando compres casa; hazlo con la pareja que anhelas, no esa cosa que toleras cada día menos; recrea los detalles de aquella moto tuneada que quieres; o la fiesta de XV años de tu bendición.
¿Verdad que sirve de algo? ¿Quieres más pruebas? Haz tu propia lista de lo que no tienes, pero puedes imaginar, porque te es afín, lo deseas y quizás puedes tenerlo con esfuerzo, estudio, desvelo, disciplina, orden y ayuda. Redacta tu lista de deseos de año nuevo y trata de cumplirlos, no como los de 2022, holgazán.
Imaginar me ha servido en momentos cruciales, como cuando, solo y triste, adolescente y perdido, levanté la mirada e imaginé titulándome, rodeado de amigos, con tres platos de comida al día y muchos libros. Luego imaginé salir de la depresión, incluso volver a Cuernavaca. Imaginé una vida en paz, armónica, equilibrada, sanando y construyendo un futuro luminoso. Hasta soñé tener una columna en La Unión de Morelos…
Imaginar para no morir, para seguir adelante, para escribir una gran obra, o afrontar el día de hoy, viernes provinciano, con un poquito más de esperanza y cariño. Quizás alguien imagina una vida a tu lado, o te vea como un hijo/a exitoso/a, como un ser feliz. Está en ti demostrarte si puedes lograr lo que imaginas; mientras tanto, agradece que hay vida para seguir imaginando, viviendo, disfrutando, amando y leyendo esta columna. Abrazo.
Nos vemos este fin de semana en el Jardín Borda de Cuernavaca, estaré vendiendo libros a la entrada en el Festival Luces de la Esperanza.
No regales amor, regala mis libros. Visita mi librería virtual o escribe para saber cuáles tengo disponibles, como la Agenda Lépera (media carta, 200 páginas, frases motivacionales bien gandallas), para que organices tus metas en 2023. También tengo la Gran Rifa de fin de año, números de $100, premio de 5 libros, para el 29 de diciembre.
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