Mi relación con los centros educativos ha sido constante en mi vida. Primero, igual que tú, pasé 15 años entre kínder y prepa dentro de una escuela. Luego seguí estudiando mi profesión, incluso ahora estoy inscrito en un nuevo posgrado. La escuela me gusta, me encanta.

Desde pequeño fui un aplicado (un ñoño), hasta cuando iba a muchas fiestas me concentraba en el estudio. No fue difícil tener buenas calificaciones, aunque vale decir que tampoco fue fácil. Quizás tengo por herencia genética cualidades para aprender, pero ha sido mi esfuerzo y el aliento de mis compañeros y maestros lo que me llevó a tener títulos y con ellos grandes satisfacciones.

Entré a trabajar como docente apenas me gradué. He pisado cientos de aulas llevando bajo el brazo libros para compartir el conocimiento con personas desde 10 hasta 70 años. Es una vocación satisfactoria. Imagínalo así: que tuvieras la oportunidad de compartir con mucha gente aquello que te apasiona y de lo que más sabes, y que además te paguen por ello. Sí, una gran oportunidad.

Dejé de dar clases en sistemas hace seis años, mas nunca abandonaré la docencia. Estoy seguro de que siempre andaré entre escuelas, colegios, institutos, universidades, centros, casas de cultura y otros.

Ahora más bien doy talleres o clases específicas (especializadas) en escuelas de escritores, para públicos focalizados o para interesados en lengua, lectura, escritura, literatura, encuadernación o edición de libros. Enseño a que los estudiantes aprendan de los temas, pero que también puedan realizar libremente sus propias elecciones, para que se enfoquen en aquello que también les apasiona.

Ya libre de checar tarjeta diariamente en una escuela en especial, voy por ahí compartiendo lo que hago, por eso vuelvo a las aulas, auditorios, patios, jardines, salas o chanchas a hablar con los estudiantes de mis libros, pero también de cómo la lectura puede mejorar sus vidas. Suelo dar conferencias o pláticas enfocadas en el público ante el que me voy a hablar.

He planeado una serie de temas de interés general, para alumnos, pero también para padres, maestros, directivos y público en general. En especial, tengo conferencias ya probadas sobre hijos lectores, lectura y empleo, ventajas de escribir, cómo evitar el acoso laboral y escolar, identidad y lectura, además de otras como “Escribir para sanar heridas” y “Ponle acción a tu pasión”.

Digo que están probadas, porque las he llevado a cabo ya frente a público en escuelas, ferias de libro, plazas de municipios, centros de trabajo y hasta en plataformas digitales. Los resultados que he tenido, más allá de la venta de libros, han sido interesantes, pues siempre se genera un diálogo, de donde salen muchos detalles y temas para profundizar. Más que respuestas, lo que pretendo con mis palabras es sembrar dudas, para que el pensamiento crítico pueda propagarse de una mejor manera.

Mis conferencias tienen una duración promedio de 45 minutos, puedo acompañarlas con una presentación audiovisual, y están dirigidas a todo tipo de audiencias. Siempre las adecuo para las necesidades particulares de cada lugar. Las ofrezco a auditorios de entre 10 y 200 personas y suelo regalar algunos libros míos como anzuelo para pescar lectores con más eficacia.

Te preguntarás si tienen algún costo. Sí, claro, son parte de mi trabajo y debo cobrar por él. Me he capacitado y sigo estudiando para nutrir mi discurso con las mejores lecturas, videos, pláticas, clases, conferencias. No me gusta improvisar datos, sino manejarnos adecuadamente. También me gusta recomendar fuentes de investigación o lecturas para que se indague más a fondo.

Mi estilo es conocido por mucha gente y tiene que ver, por ejemplo, como el tono de esta columna, a saber, es alegre y claro. Siempre digo que prefiero dejar en tu mente una buena idea, antes que hablar mucho de lo mismo de siempre. Adicionalmente, me apoyo en dos herramientas para que las personas pasen un buen rato mientras aprenden: imaginación y humor. Los asistentes van a imaginar lo que les diga y van a reír en varios momentos. No es un cuento ni es comedia, pero reír e imaginar ayudan a tener una experiencia más trascendente en el aprendizaje. A tus órdenes.

Puedes contratar mis servicios en el correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.  

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