Hay carencia de tratamientos en el sector Salud, asegura organización civil.
El número de casos de adolescentes infectados con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) va en aumento y se han documentado pacientes que fuero contagiados cuando fueron víctimas de abuso sexual. Además, hay carencia de diversos tratamientos en sector salud, informó la organización civil Apoyo Colibrí.
Adriano Antes del Tiempo, coordinador de dicha asociación e integrante de la agrupación “Bichotas”, sostuvo que la deficiencia de medicamentos para personas con VIH se reporta sobre todo en medicamentos para infecciones oportunistas (y de importante resistencia a antibióticos); la asociación documentó un paciente que no ha recibido el tratamiento desde el mes de noviembre.
Hay medicinas que en el mercado cuestan dos mil pesos por caja, que les alcanza sólo para 15 días, a pesar de que en las instituciones de Salud debe ser proporcionado de manera gratuita.
“Es absurdo que el gobierno federal y por lo tanto local, diga que hay un abasto total, cuando tenemos hasta fotos de personas que no han recibido todo lo que necesitan; entonces se está poniendo en riesgo la vida de muchas de ellas y a causa de este retraso, algunas de las que tienen VIH están llegando a fase SIDA. Básicamente nos están matando así por no hacer su trabajo…”, sostuvo.
Mencionó que de noviembre a la fecha ha documentado alrededor de cien casos de personas que sufren la carencia de varios medicamentos, no solo retrovirales, sino para otras afecciones que son recurrentes en esta enfermedad.
Adriano expuso que otra de las inconformidades es que la autoridad de salud se ha negado a incluir a dicha organización en el consejo estatal de atención a personas con VIH, sin argumentos, sólo con el pretexto de que no tienen un poder notarial, que cuesta más de diez mil pesos y que en otras entidades no se solicita.
Sostuvo que de esta manera se les obstaculiza la labor para apoyar a las personas que necesitan orientación, acompañamiento, asesoría y respaldo emocional.
Refirió que según datos de la Organización Mundial de SIDA, (OnuSida) entre el 60 y el 70 por ciento de casos nuevos de VIH corresponde a personas adolescentes. En este sentido hizo notar que la organización cada vez recibe más adolescentes con VIH. Hizo notar que varios de estos se contagiaron por abuso sexual o a través de la madre, en el parto.
Otros más sí se contagiaron por vía sexual y sólo una parte pertenecen a la comunidad LGBTTTI; en general los, las y les jóvenes sufren ante la falta de atención y apoyo por discriminación.
La organización Colibrí tiene tres casos y otras organizaciones que están en la Ciudad de México recibieron a seis adolescentes más que son morelenses.
Puso como ejemplo de discriminación institucional el de un menor de edad que está en proceso de conversión, que no es aceptado por sus padres. El menor no quería revelar a sus familiares lo que estaba viviendo por temor al maltrato.
Refirió que el joven fue llevado al Hospital del Niño y el Adolescente Morelense, donde se negaron a darle atención médica, a pesar de que la ley federal autoriza que se le atienda cuando existe este tipo de situaciones. Además, resaltó que los padres estaban denunciados por violencia por discriminación sexual.
“Tuvimos que solicitar la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Comisión Estatal y buscar abogados para que tramitaran amparo y nos quisieron cobrar estudios, medicamentos y cada vez que llegábamos al hospital nos gritaban: ya llegaron los sidosos. Hacían que los guardias de seguridad nos siguieran todo el tiempo. La doctora que lo revisó permitió que mientras que el menor estaba semidesnudo entraran enfermeros y otras personas, lo cual es una forma de vulnerar sus derechos humanos, aseguró.
Agregó que la trabajadora social Luz Elena lo amenazaba con decirles a sus papás y cada que lo veía le decía que “algún día Dios lo iba a arreglar, encontraría a una mujer que lo arreglara”, abundó.
El representante de la citada organización denunció que encima, los funcionarios cumplieron su amenaza en este asunto registrado en el 2020, en plena pandemia, cuando el menor tenía 16 años: “algún trabajador que supuestamente era del DIF pegó un letrero en la puerta de su casa diciendo que su hijo tenía VIH. Por culpa de esta trabajadora social, del Hospital, el niño tuvo que irse de su casa, casi lo matan los vecinos, dejó la escuela, perdió su trabajo, lo perdió todo”.
Narró que los jóvenes que no cuentan con el apoyo de sus padres, tienen que esperar a cumplir los 18 años para ser atendidos en el Centro de Atención a Pacientes con Infecciones de Transmisión Sexual y Sida (Capacit), por lo que llegan en fases avanzadas.
Adriano Antes del Tiempo criticó a la titular del programa de atención a personas con VIH por ineficiente, pues no pertenece a la comunidad y no tiene experiencia ni conocimientos. “Pretende tratar todos los casos como si fueran de violencia, pero no tiene nada que ver con la salud, le explicamos y no entiende nada y no da solución alguna”.
De acuerdo con datos de Onusida (2019), más de la mitad de los casos nuevos de VIH en el mundo, se registran en jóvenes de 15 a 24 años.