“Me considero un chofer de vocación, porque el dinero no es lo que me mueve; estoy aquí porque me gusta el volante y lo disfruto. En la pandemia no había dinero y realicé muchos viajes gratis porque me gusta lo que hago”, aseguró Obeth Portillo, con más de tres décadas tras el volante.
El entrevistado aseguró que lo largo de ese tiempo ha vivido muchas anécdotas, pues ha trabajado como chofer del transporte público y privado en diferentes estados del país.
“He vivido de todo, pero uno siempre recuerda los eventos bonitos. Por ejemplo, ayudar a los demás es una gran satisfacción. Cuando empezó la pandemia de covid-19 cargué a varias personas contagiadas para subirlas al carro y llevarlas a los hospitales y nunca tuve miedo de un contagio”.
Aunque el trabajador del volante no temía al virus, dijo que se contagió en cuatro ocasiones, pues durante su jornada no utilizaba cubrebocas mientras que varios de sus clientes viajaban hasta con tanque de oxígeno.
De su actividad diaria, comentó que no le afecta la competencia de los servicios de plataforma porque tiene sus clientes y en una jornada de ocho horas ha logrado reunir desde 300 hasta 800 pesos, libres de cuenta y combustible.
Sin embargo, al final admitió que dentro de tres años dejará el volante y estudiará una carrera técnica en mecánica automotriz.