Los que escriben y los que dicen que van a escribir, pero nunca lo hacen.
Los que se quejan de la vida y los que tratan de disfrutarla a pesar de todo.
Los que venden muchos libros y los que atrapan a muy pocos lectores.
Los que critican a otros escritores y los que se concentran en sus cosas.
Los que se casan con una sola pareja y los que besan muchas bocas.
Los que conservan su catolicismo homicida y los que se vuelven paganos.
Los que solo compran ediciones de lujo y los que leen de todo un poco.
Los que se dedican a la edición y los que nunca entrarán a la industria editorial.
Los que siguen estudiando y los que permanecen en la supina ignorancia.
Los que acosan a personas y las violentan y los que respetan a los demás.
Los que casi no leen libros ni nada y los que leen con ritmo y entusiasmo.
Los que corrigen sus textos y los que los envían apenas los terminan.
Los que buscan pelea con sus pares y los que ignoran al resto de autores.
Los que se concentran por años en una obra y los que escriben muchas.
Los que solo sirven para funcionarios y los que solo sirven como artistas.
Los que pierden sus archivos literarios y los que los guardan celosamente.
Los que dan clases y talleres y los que nunca serán capaces de enseñar.
Los que publican columnas y los que leen las columnas de otros escritores.
Los que hacen revistas y los que nunca participan en publicaciones periódicas.
Los mafiosos que son muy corruptos y los éticos incorruptibles.
Los que tenemos enemigos y los que no solemos odiar a nadie.
Los que se vuelven insoportables en su sociedad y los que siempre caen bien.
Los que se drogan para escribir y los que prefieren la lucidez de la sobriedad.
Los que escriben con faltas de ortografía y los que afinan su lapicero.
Los que solo saben de literatura y los que buscan ampliar sus conocimientos.
Los que solo son publicados por sus amigos y los publicados por desconocidos.
Los que te caen bien a la primera o los que siempre te serán indiferentes.
Los que se retiran un día y los que escriben y publican hasta el final.
Los buenos para hablar en público y los que son impresentables.
Los que solo escriben de un tema y los que se diversifican en conceptos.
Los que tienen un gran rencor social y los que perdonan las fallas ajenas.
Los que viven mal de salud y los que se curan toda enfermedad.
Los que acumulan muchos libros y los que no pasan de diez títulos.
Los que escriben todo el tiempo y los que apenas unos días al año.
Los que se quejan por no poder escribir y los que agradecen hacerlo siempre.
Los que visten de forma ridícula y los que se atavían con elegancia.
Los que viven en el bloqueo de escribir y los que nunca lo han padecido.
Los que viven en la nostalgia y el pasado y los que se actualizan cada día.
Los que critican lo que no conocen y los que se abren a nuevas ideas.
Los que se creen grandes escritores y los que realmente lo son.
Los pusilánimes bastardos sin gloria y los agradables personajes.
Los que saben negociar y los que solo se la pasan peleando.
Los que hacen dramas y berrinches y los que prefieren el decoro.
Los que se hacen los chistosos y los que de verdad tienen gracia.
Los que son amados y los que son profundamente despreciados.
¿Tú qué tipo de escritor eres?
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