Vivimos una época en que podemos ver cambios importantes en la narrativa contemporánea, me refiero a la literatura en específico. Hay que ser conscientes de las nuevas formas para aprender, disfrutar y poder aportar algo también.
Solo en algunos momentos históricos es posible ver cómo se transforma el arte. No me refiero a que el arte sea estático, sino que algunos de los procesos que llamamos corrientes o épocas determinadas, bajo ciertos criterios, tardaron siglos en cristalizarse o a que cuando ocurrían la gente no era consciente de que algo cambiaba. Las personas de la edad media no decían “Estamos viviendo lo mejor del oscurantismo” ni las del renacimiento opinaban “Ah, claro, estamos haciendo el renacimiento con nuestras propias bases teóricas”.
No es que los artistas sean tontos, sino que muchas veces falta la perspectiva, ver las cosas con cierta amplitud de campo para advertir que algo no es como fue ayer. En la narrativa varían ciertas formas de escribir, se descubren nuevos recursos, hay una nueva originalidad.
Vimos un giro significativo con el acentuado uso del recurso de la acción directa en todo tipo de narrativas (breves, infantiles, extensas, experimentales), pero la cosa no para ahí: hay una renovación de la narrativa, que puede verse claramente (cuando menos) en los siguientes fenómenos:
- la rápida evolución de géneros breves, como una necesidad de síntesis, lo que lleva al autor a reducir la historia a sus mínimos elementos, además de que implica un fomento de la interpretación por parte del lector; esto va más allá del concepto de la obra abierta, que será terminada por el espectador, sino que es casi una escritura colectiva, en torno a los temas que flotan en el ambiente de nuestra época
- la rápida evolución de los géneros híbridos, tanto de autores noveles como de premios Nobel (Annie Ernaux la más reciente): se trata de textos que tienen algo que decir, y que lo dicen bien, pero que no necesariamente encajan en los cánones del algún género: vemos por doquier poemas-ensayo, crónicas poéticas, un diario-ensayo, un libro de viajes como novela, cuentos que son una mezcla de varias opciones, novelas que incluyen varios subgéneros, nuevos géneros o textos sin género, entre otros
- la rápida evolución del interés en las historias reales: literaturización de la vida cotidiana (Ethel Kolteniuk Krauze dixit), aumento de las biografías y autobiografías, libros testimoniales, crónicas de acontecimientos que serán históricos, reflexiones en torno a la identidad, historias de desapariciones forzadas, antologías sobre sororidad, etcétera
- hay un debate en cuanto a los géneros, en escuelas y talleres se habla sobre la necesidad (o no) de que los textos tengan género y subgénero específicos, lo que a veces sí queda claro, pero otras no; el debate está abierto, porque claro que hay puristas que quieren que nada cambie para que sus fórmulas anquilosadas no caigan en el olvido, pero también hay quienes buscan innovar, ser creativos, originales, auténticos y buscan nuevos horizontes narrativos; o simplemente la realidad empuja a la literatura hacia nuevos géneros, nuevas formas de sublimar la realidad
Es fácil encontrar otros argumentos-ejemplos de cómo cambia la narrativa hoy en día. No me refiero a cómo cambia en la historia de la literatura con los milenios, sino ahora en específico. Tampoco es una petulancia por querer destacar en la historia, sino una observación a la que hemos llegado varios en el gremio.
Ustedes tendrán sus propios argumentos y ejemplos (a favor o en contra). Nos ha tocado vivir un cambio sustancial y vale la pena verlo, vivirlo, leerlo, analizarlo. También está la opción de levantar las cejas, negar lo que aquí digo por parecer una bagatela y sentarse llanamente en la zona de confort de la literatura como debería de ser, porque todos tenemos el derecho a la nostalgia y a la necedad. ¿Tú qué opinas?
Otro cambio importante es el aumento, en las últimas dos décadas, del comercio del libro desde la web, ya sea como e-book o impreso bajo demanda. Es parte de nuestra realidad, no se puede negar, es mejor aprender cómo funciona. Puedes comprar tus libros de fin de año en la Librería Ediciones Zetina, de impresión bajo demanda y que llegan hasta tu domicilio: https://libreriaedicioneszetina.librantida.com/?p=1&id=3348
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