Nombro el presente en busca de la eternidad. Escribo sobre mi época para que trascienda hacia otras épocas. Doy cuenta de mi vida para que le sirva a otras vidas. Comparto lo que observo y filtro desde mi visión para que luego alguien, en otro contexto, abreve de ello, para sus propios fines.
Es importante mirar hacia el pasado, para obtener de él grandes riquezas, pero no debe despreciarse la actualidad; conviene tratarla con el mayor respeto posible, lo que también incluye ser crítico con ella y cuestionarla lo más que podamos.
La academia define actualidad como "Cosa o suceso que atrae y ocupa la atención del común de las gentes en un momento dado" (RAE, 2024). Es decir, hechos de interés público (o privado), que ocurren en un momento delimitado. Agrego que es susceptible de que un testigo deje un testimonio de ella.
Pobre, sobre todo triste, es quien no vive su actualidad. Penosos los nostálgicos que se evaden en un pasado imposible o los ansiosos que vagan en un futuro incierto. ¿Conoces a alguien que se la pase sumido en sus lamentables recuerdos y no se sitúe en lo que un filósofo llama el poder del ahora? ¿Ubicas al futurista eternamente insatisfecho, si no es que fracasado?
¿Vives tú el presente? No me refiero a un estado contemplativo ni a una urgencia por atender cada instante, sino a una conciencia del hoy. Ser consciente de la actualidad es saber el momento en que vivimos, aunque sea panorámicamente, porque los detalles, se sabe, son cosas de maniacos.
Recibir la actualidad es observar la realidad. Ser y estar presente, en general, en nuestra vida es vivir un presente, que es nuestro y está al rededor. Redundo para tratar de explicarme, pero también para adornar lo que digo, claro.
Estar de forma consciente es percibir. Para más claridad lo pongo en verbos: vivir el devenir en su lento avance es sentirnos personas, en las dimensiones corporal, mental, emocional y espiritual, pero también es observar lo que ocurre, lo que pasa, lo que se mueve más allá de nuestro yo.
Vivir la actualidad es sentirla: olerla, verla, escucharla, tocarla, degustarla y dejarnos sentir alguna emoción con sus estímulos, sin importar si eso nos hace reír, llorar, temer o llegar al asco.
Compartir la actualidad también es ser parte de ella, convertirnos en partícipes, en actores, en protagonistas de hechos nimios o magníficos. Por ejemplo, participar de acciones familiares (fiestas, nacimientos, conflictos), o bien, de eventos colectivos (votaciones, manifestaciones, decisiones, propuestas, espectáculos, enseñanza).
Negar la actualidad es una necedad. No querer verla quizás se deba a conflictos no resueltos, heridas y dolores y caídas y pleitos y venganzas y duelos y círculos no cerrados. Voltear hacia donde no podamos ver la actualidad puede ser cómodo si la realidad no es placentera, se entiende, pero igual se sabe que mucho se pierde.
La actualidad para mí como escritor es fundamental. He sanado y trabajado en mi desarrollo como persona y artista en gran medida para poder ver mejor y disfrutar y corresponder a una realidad actual de forma más clara, oportuna y benéfica. No siempre lo he logrado, pero lo intento de nuevo, cada día con menos dramas.
Y es justo de eso de lo que escribo, me refiero a todo: el dolor, el proceso sanador, conocer mi época, vivir los días, dar un paso al frente para ser y no solo parecer, para participar y no únicamente recibir, para que un día voltee atrás, con valor, y vea que mis pasos dejaron una huella.
Actual es actuar, como arte es ser parte. Porque cuando doy recibo y cuando escribo soy leído. Insisto en que es una necedad negarse a la necesidad de postrarse frente a la actualidad y mirarla como si fuera un espejo. Bella metáfora: la actualidad es un espejo: yo soy la actualidad, tú lo eres, lo somos, juntos o separados, la hacemos, luego nos miramos en ella, nos reflejamos y volvemos a comenzar.
La vida es algo extraño y las gentes somos de lo más peculiares, distintas, malabarescas, sin embargo, mirar la realidad (verla, percibirla, interpretarla) nos ayuda a conocernos, es decir, me ha ayudado a mí a conocerme mejor. Y quizás a ti te sirvan estas reflexiones al respecto. Gracias.
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