“Tenemos a tres héroes que son reconocidos mundialmente: Benito Juárez, José María Morelos y Pavón y Emiliano Zapata, pero desconocemos su historia y su importancia y en vez de honrarlos buscamos héroes extranjeros”, dijo ante autoridades municipales y estatales y demás público asistente, entre los que había niños de dos escuelas del lugar y un descendiente directo de Morelos: Marco Antonio Carraso.
Gánem Guerra pronunció un discurso al lado de una escultura del generalísimo, que él mismo donó y que es una réplica de la original que se encuentra en Jonacatepec: “la primera escultura sedente que se hizo en México y en el mundo entero, con una dignidad que ninguna otra tiene, sentado en una piedra, pensando con su machete al lado y cubierto con su manga; y que ninguna autoridad municipal o estatal quiso venir a inaugurar el 22 de diciembre de 2015”, reclamó.
El doctor Gánem explicó que Juárez representa la fe, ya que permitió dar soberanía a la nación al derrotar a uno de los mejores ejércitos del mundo y evitar la consumación de una dictadura a través de un imperio; también degolló el águila de dos cabezas y nos dejó con la de una. Emiliano Zapata representa la esperanza al dar su vida por su patria y dejarnos el Plan de Ayala, y José María Morelos representa el amor plasmado en su frase: ‘Morir es poco cuando por la Patria se muere’.
“Quiero agradecer a todos su presencia, creo que hoy honramos el 204 aniversario de la entrada triunfal de Morelos a la ciudad de Cuernavaca, rumbo a su gran batalla en el sitio de Cuautla, pero también honramos el bicentenario de su muerte”, dijo Jorge Gánem Guerra.
A su vez, el cronista Juan José Landa dio pormenores de la entrada de Morelos a Cuernavaca: Morelos llegó a Tecualoya, donde derrotó a una guarnición virreinal y se aproximó a Tenancingo, donde venció al poderoso ejército virreinal, comandado por el español Rosendo Tolier, quien salió huyendo rumbo a Toluca. Entonces Morelos decidió regresar a Cuautla y rumbo a esta ciudad pasó por Cuernavaca, haciendo su entrada triunfal en esta ciudad el 4 de febrero de 1812. Se sabe de su entrada por una carta que le envió el cura Matías Alvarado al Virrey Venegas. ¿Por qué resultó importante la ocupación del generalísimo en Cuernavaca? Porque el Cura de Cuarácuaro llegó a esta villa victorioso e invicto, y en ese momento se había convertido en el enemigo número uno del gobierno virreinal y su fama ya había llegado a Europa.
Morelos mandó a acuartelar todas sus tropas aquí: los mil 500 guerrilleros que comandaba él y el regimiento de Guadalupe que comandaba Hermenegildo Galeana; el batallón de Mariano Matamoros y el contingente que comandaba Pedro Ascencio Alquicira. Al ocupar Cuernavaca, Morelos ordenó que una fuerza insurgente incendiara y saqueara la Hacienda Temixco, propiedad del hacendado español Gabriel Yermo. Morelos estuvo en Cuernavaca dos noches y tres días y los aprovechó para descansar. Sin duda, fue la última vez que descansó a pierna suelta antes del sitio de Cuautla, por tal motivo su asesor y cronista de la insurgencia, el abogado Carlos María de Bustamante, al referirse a la estancia de su jefe en la antigua Cuauhanáhuac escribió esta frase: “Cuernavaca, lugar de delicias donde tuvo Morelos dos días de desahogo”.