Sin embargo, cuando sí sentí tristeza fue cuando hace una semana leí que la isla de Janitzio, un ícono de la tradición de Día de Muertos estará cerrada al turismo en la Noche de los muertos.
La emblemática isla, en Pátzcuaro, Michoacán, anunció ya restricciones para la histórica celebración debido a su necesidad de prevenir una ola de contagios de COVID-19 que pueda afectar a comunidades donde la infraestructura médica es prácticamente inexistente. De hecho, serán las mismas comunidades indígenas quienes decidirán el formato de estas próximas fiestas y a nosotros, como posibles visitantes, lo que nos queda es respetar y acatar las reglas de la nueva normalidad.
La conclusión es clara: por primera vez en décadas de esta añeja celebración, la Noche de Ánimas o Noche de los Muertos en la emblemática isla de Janitzio, en Pátzcuaro, Michoacán, se llevará a cabo sin la presencia de visitantes nacionales o extranjeros.
Esta se trata de una de las tradiciones prehispánicas más profundas, representativas y arraigadas de la cultura purépecha asentada en el Lago de Pátzcuaro, con la que se proyecta a nivel internacional a México.
Los pobladores de la isla de Janitzio y sus autoridades decidieron preservar su tradición, pero sin poner en riesgo la vida, ¿qué pasará en otros pueblos como Mixquic en el sur de la Ciudad de México u Ocotepec, aquí en Morelos? Todavía no lo sabemos pero sí podemos ir pensando ¿cómo debemos comportarnos de una manera responsable para continuar con la tradición de Día de Muertos?
Para eso, algunos medios de comunicación como Los Angeles Times ya han comenzado a publicar guías de comportamiento que señalan las actividades que pueden ser de alto riesgo, tanto para la comunidad latina que festeja en Día de Muertos, como para los anglosajones que celebran Halloween. La guía emitida por los Centros de Control y prevención de Enfermedades (CDC) enfatiza el riesgo de coronavirus, sobre todo porque muchas actividades tradicionales de Halloween pueden tener un alto riesgo de propagar virus. No obstante, existen varias alternativas más seguras de celebrar.
En California, donde por cierto ya abrieron las escuelas y con ello hubo un considerable incremento de contagios, se sugiere que si existe la posibilidad de que una persona esté contagiado de COVID-19 o alguien en esa familia haya estado expuesto al virus, lo mejor es que no participe de las festividades, ni siquiera regalando dulces en la puerta de su casa.
Las actividades que pueden considerarse de alto riesgo son: repartir o intercambiar dulces, asistir a fiestas de disfraces llenas de gente en espacios cerrados, ir a casas embrujadas donde la gente puede estar hacinada y gritando, consumir alcohol o drogas que pueden nublar el juicio y aumentar los comportamientos de riesgo, viajar a alguna festividad rural en comunidades con bajos índices de riesgo si usted vive en una ciudad con alta propagación.
¿Cuáles son las actividades de bajo riesgo? Decorar su casa, tal vez organizar actividades con un pequeño grupo de vecinos, respetando la sana distancia y en espacio abierto.
También se sugiere hacer una búsqueda del tesoro de Halloween donde los niños reciben listas de cosas con temas de Halloween para buscar mientras caminan al aire libre de casa en casa admirando las decoraciones de Halloween a distancia, tener un concurso virtual de disfraces de Halloween, tener una noche de cine de Halloween con las personas con las que vive, realizar una búsqueda de dulces al estilo de rastreo del tesoro con los miembros de su hogar dentro o alrededor de su hogar en lugar de ir de casa en casa.
Y para nosotros en México, sin duda hay mucho que podemos hacer en familia, como cocinar, preparar dulces tradicionales como calaveritas de azúcar o de amaranto, enseñar a los niños a montar el altar, decorar con flores o hacer nuestro propio papel picado. Lo importante es no acudir a lugares donde pueda haber altas concentraciones de personas.
Para ello, podemos ser precavidos y comprar las cosas que necesitaremos para nuestra ofrenda con varios días de anticipación para evitar que la gente se aglutine el mero día.
¿Ir o no ir al cementerio? Lo recomendable es no hacerlo porque, aunque es un espacio abierto, normalmente en esos días es muy difícil guardar una sana distancia. Seguramente las autoridades nos marcarán el camino a seguir con operativos o incluso, cancelando los festejos públicos, como ya pasó con el 15 de septiembre, habrá que esperar.