Hace ya cuatro años que tuve la oportunidad de pisar la blanca arena de la Costa Maya. Estuve por una semana en Mahahual, un pequeño paraíso de aguas turquesa, arrecifes de coral y majestuosos manglares, cuyos habitantes han defendido por años del turismo masivo depredador que ya está a punto de terminar con la biodiversidad del otro lado de la costa, la famosísima Rivera Maya.
Pero a la Costa Maya la quieren seguir cuidando y por ello, sus habitantes de origen maya y también los extranjeros que han llegado ahí en busca de una vida pacífica y se dedican a la administración de pequeños hoteles y restaurantes, se han organizado con distintas iniciativas para la conservación de la región.
A esta joya del Caribe Mexicano la resguardan también otros vigilantes sagrados que, lamentablemente hoy están en grave peligro: sus majestuosas y ancestrales tortugas marinas.
Don José se dedica, como mucha gente, a dar tours de snorkel en las aguas de Mahahual, para que los turistas puedan observar la fauna marina de la región y los arrecifes de coral. A veces, mientras conduce la lancha, se le escucha recitar unos cánticos que suenan a antiguos rezos.
Así llama a las tortugas, a quienes identifica con los espíritus de Itzayana y Xareni. Y es que, cuentan los viejos de la Península de Yucatán que hace mucho, mucho tiempo, en épocas prehispánicas, la princesa Itzayana, esposa del jefe de la tribu Chan, salió a pescar en canoa con su hermana Xareni. Ese día fueron más lejos de lo habitual, hasta los arrecifes del sur de Mahahual. En medio de la faena, las abordó una enorme canoa de guerra de Mayapán, el pueblo vecino y rival. Las jóvenes fueron apresadas, maniatadas y arrojadas al fondo de la gran embarcación. Aunque suplicaron por sus vidas, los despiadados guerreros de Mayapán no las escucharon y comenzaron a remar hacia su poblado.
Cuenta la leyenda que los lamentos de las mujeres fueron escuchados por Ixchel, diosa del Amor y señora del Arco iris. Se apiadó de ellas y convocó a Kukulkán -dios de las Tempestades- y a Ehécatl -dios del Viento- y juntos provocaron una enorme tormenta que zarandeó la canoa. Las enormes olas amenazaban con hacer zozobrar la nave. A medida que se hundían, el pánico se apoderaba de los feroces guerreros que, atónitos, contemplaron como las dos jóvenes comenzaban a transformarse en tortugas marinas gigantes. Para salvar sus vidas, los hombres las lanzaron al mar y, sólo entonces, las aguas comenzaron a calmarse. La tormenta amainó y las olas desaparecieron.
Los guerreros de Mayapán regresaron a su pueblo y las dos mujeres de Chan, convertidas en hermosas tortugas blancas, vivieron para siempre en las aguas de Mahahual.
Hoy todavía se dice que las tortugas gigantes descienden de ellas y para llamarlas, los habitantes de origen maya de esta zona, cantan canciones desde la orilla de la playa, para que las tortugas vuelvan a la superficie a escuchar la música.
Sin embargo, hoy parece que el espíritu de las princesas ya no es suficiente para proteger a las tortugas de Mahahual y están en grave peligro. Los seres humanos nos hemos vuelto sus peores enemigos, más peligrosos aún que los guerreros que secuestraron a las princesas mayas.
Si bien Mahahual no enfrenta los estragos del turismo masivo sí enfrenta un grave problema: la basura que le llega desde otros países a través del mar. Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago son los principales exportadores de basura plástica a Mahahual, lo que junto con el sargazo y tráfico de huevos representa el mayor problema que enfrentan las tortugas marinas, cuyo desove registró el año pasado una seria disminución.
Cada año las playas de Mahahual y playas cercanas Norte y sur tienen el privilegio de recibir a las hermosas tortugas gigantes marinas durante la época de reproducción. Sin embargo, los traficantes de huevos de tortuga están al acecho para robarlos después de que las madres los han enterrado en la arena de las playas. Por ello surgió el Proyecto Aak Mahahual, donde ciudadanos prestadores de servicios turísticos, científicos y voluntarios se han organizado para proteger a las tortugas marinas en las playas de este hermoso pueblo de Quintana Roo. El proyecto cuenta también con el asesoramiento técnico del ingeniero Roberto Herrera, especialista en el campo de las tortugas marinas en el Colegio de la Frontera Sur.
Los objetivos del programa se basan en tres ámbitos de intervención:
- Seguimiento de la población local de tortugas: El programa prevé la colecta de datos vinculados a la demografía de la población, el posicionamiento geográfico de las áreas de anidación y alimentación, el estado de salud, entre otros. Las informaciones obtenidas nos permitirán promover acciones pragmáticas para el manejo y la conservación de estos animales. Igualmente, los datos serán compartidos con nuestros colaboradores en el Colegio de la Frontera Sur y la Universidad de Quintana Roo.
- Vigilancia y protección de las áreas de anidación: El campamento tortuguero prevé la vigilancia mediante comités de vigilancia permanentes y voluntarios con el fin de realizar recorridos de monitoreo a lo largo de las playas de anidación. De la misma manera, se realizará el marcaje de los nidos y se construirán corrales de incubación. En casos excepcionales (depredación, saqueo, inundación fuera de control) se realizará la reubicación de nidadas en vivero o corral.
- Educación y sensibilización ambiental: Las actividades de conservación de tortugas presentan importantes oportunidades pedagógicas para la educación ambiental tanto de la población local como de estudiantes de todos los niveles. El centro de investigación Takata ofrecerá cursos, seminarios y talleres sobre la biología y conservación de tortugas marinas. Los estudiantes podrán participar en las actividades de vigilancia y protección de las áreas de conservación, así como en la colecta de datos para el seguimiento de la población.
Además, se está desarrollando una base de datos que permitirá seguir de cerca la historia de vida de cada tortuga que visita estas playas. También trabajan con aliados locales para organizar con la población e incluso algunos visitantes voluntarios, actividades de protección y limpieza de las playas de anidación.
Y es que las autoridades en materia medio ambiental no cuentan con personal ni recursos para proteger la zona que integra la Biósfera del Caribe Mexicano y que supone un Área Natural Protegida. Por ello, el presidente de la asociación civil Proyecto Aak Mahahual, Víctor Rosales Hernández, resalta que uno de los objetivos de la agrupación es la protección de la tortuga marina y el cuidado de su hábitat principalmente en la época de desove.
Las niñas y niños de la comunidad también pueden participar, en el proyecto “Cambiando resorteras por binoculares”, cuya función es el estudio de las aves que abundan en la región de Mahahual, aunque se han sumado recientemente a la limpieza de áreas de desove de la tortuga marina.
Indicó que de manera periódica limpian las áreas de desove de las tortugas, básicamente en cinco lugares identificados, el más cercano ubicado después del muelle de cruceros y el más lejano a 42 kilómetros.
Al problema de la basura se ha sumado el del sargazo, algo que junto a la acumulación de basura puede modificar la conducta de las tortugas en temporada de anidación, debido a que la presencia de plásticos y obstáculos grandes incluso refrigeradores y tinacos obstaculiza los nidos de la tortuga.
En lugares muy alejados, a donde no llega turismo local, se ha llegado a recolectar más de una tonelada de basura en tan solo 200 metros de playa. El 90% de esta basura son plásticos y no sólo hablamos de bolsas o botellas, sino plásticos de gran volumen como cajas, tinacos y envases de plásticos de combustible u otros. Toda esta basura proviene de países que viven del turismo masivo y destructor, que no tienen políticas de manejo de residuos sólidos y cuya basura termina en nuestra hermosa Costa Maya.
¿Cómo podemos ayudar los viajeros? Puedes contactar al Proyecto Aak Mahahual a través de Facebook y sumarte al equipo de voluntarios que muy pronto estarán preparando las zonas de nidación de las tortugas para que los huevos no sean robados y éstas puedan volver al mar.
Si no puedes asistir en la temporada, de todos modos puedes visitar Mahahual y unirte a algún proyecto de limpieza de playas, observación responsable de fauna o tours en snorkel (sin uso de bloqueador por favor) pues con la realización de estas actividades, la comunidad puede continuar protegiendo tanto a las tortugas como a todo el entorno del paradisiaco pueblo de Mahahual.